ELOGIO DE LA VIDA SENCILLA

Feliz el que malvive
lejos de la envidia del vecino
lejos del poderoso
bebe en mugrienta taza vino malo.
Feliz el ignorante
contento de sus suerte y de su patria.

Más le vale morirse
llorado por la esposa cotidiana,
por los hijos absurdos,
ganado vastos cielos de mentiras
prometidos por buitres
a los mansos cabestros del rebaño.

Feliz todos nosotros
que creemos en dichas no compradas
en el amigo noble,
en el futuro absurdo de una idea:
tal vez nunca entendimos
que somos agua de distinto cauce.

DATOS DEL POETA: Ángel Pariente (Gijón, Asturias, 5 de abril de 1937). En 1972 fundó en Madrid Ediciones Júcar, para las que ha dirigido, con el nombre de Manuel Aragón, las colecciones ‘Los Poetas’ y ‘Biblioteca de Traductores’. Es autor de los libros de poemas También a mí me gusta la bella música (1967) y Este error (1968), de carácter crítico. Posteriormente publicó Ser alguna vez (1981), en el que, sirviéndose de un gran número de símbolos y de elementos irracionales, reafirma su actitud ética y comprometida, y Los sueños (1989), donde se mueve entre la desazón y la desesperanza. Oscuro corazón de la llama (1996) y Albergue a cualquier hora (2006), antología que recoge la casi totalidad de su obra poética, son sus últimos libros. Entre sus ensayos destacan y Razonado desorden (textos surrealistas, 1991). Su Diccionario bibliográfico de la poesía española del siglo XX (2003) obtuvo el Premio de Bibliografía de la Biblioteca Nacional 2002 y está disponible en Internet. (Información de la Wikipedia).


COMENTARIO: Conozco solamente la antología de este poeta en Renacimiento. Con tan pocos mimbres resulta difícil llegar a conocerlo, pero a veces un lector no renuncia a imaginar quién es exactamente el hombre que escribe. No por malsana curiosidad, no porque importe mucho el personaje, sus amores, sus miserias, su biografía, etc., sino más bien porque intuimos que podríamos ser afines a él. A mí me ha pasado con Ángel. Hay en sus palabras, en sus poemas, algo que me hace asentir, converger con él y con las historias que cuenta, como si supiera con exactitud cada uno de los detalles que describe (podría imaginar que su nombre delata el parentesco, pero es tosca y absurda la explicación). No obstante, es sencillo coincidir con Ángel cuando expone sus

RAZONES

Errar por los andenes
distraer la nostalgia
elegir otro mundo
arruinar la estadística

Escapar al pasisaje de gentes taciturnas
habitar la pereza

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