INVICTUS (HOMENAJE PÓSTUMO A MANDELA)

INVICTUS
En medio de la noche que cae sobre mí,
negra como un pozo que se hunde inabarcable,
Doy las gracias a Dios, si es que algún dios existe,
Por ser el propietario de esta alma invencible.
Atrapado en las garras de la cruel existencia
Nunca he vociferado ni he expresado dolor.
Bajo los mazazos de mi pésima suerte
Mi frente se desgrana pero jamás se rinde.
Más allá de este lugar de lágrimas y cólera
Veo que se aproxima el más siniestro Horror
Y que el tiempo amenaza, pero no los temo.
No me preocupan que se cierren las puertas
Ni que lluevan sobre mí un sinfín de castigos,
Pues sé que yo gobierno el rumbo de mi vida
Y que soy el capitán de mi alma invencible.

(Traducido por Ángel Rupérez)

DATOS DEL POETA: William Ernest Henley (23 de agosto de 1849 — †11 de julio de 1903) fue un poeta inglés. Sus otras colecciones de poesía incluyen "Canción de la espada" (1892), "London Voluntaries" (1893), "Colección de Poemas" (1898), "Hawthorn and Lavender" (1901) y "In Hospital" (1903). Este último incluye su poema más conocido, "Invictus" (escrito en 1875).
Fue crítico y editor de la Revista de Arte (1882-86), y del Scots Observer desde 1899. En 1891 esta revista se transformó en el National Observer y transferida a Londres desde donde continuó siendo su editor. El periódico publicó los primeros trabajos de Thomas Hardy (1840-1928), George Bernard Shaw (1856-1950), H.G. Wells (1866-1946), Sir James Barrie y Rudyard Kipling (1865-1936). Henley editó (junto a T.F. Henderson) la edición centenaria de los poemas de Robert Burns, y fue uno de los compiladores de un diccionario en 7 volúmenes de idiomas (1894-1904). Murió en Woking (cerca de Londres) el 11 de julio de 1903.

Fuente: WIKIPEDIA.

COMENTARIO: ¿Qué será eso de “alma invencible”?, ¿qué puede ser ese arma indestructible, capaz de soportar en la noche más oscura, tanto dolor y lágrimas? ¿cómo alguien puede sobrellevar un sinfín de castigos, o saber que le queda poco tiempo para conocer el más siniestro Horror -con mayúscula, claro- y no temer nada? Este poema de Henley, que acompañó a Mandela en la prisión (y que en la voz grave Morgan Freeman llega a su máxima expresión en la película homónima) es nuestro humilde homenaje al sudafricano. A él le sirvió en sus días de cárcel y, por tanto, a nosotros también nos debería ayudar en las horas más bajas de nuestra cruel existencia, la clave aparece en los últimos versos: Pues sé que yo gobierno el rumbo de mi vida/ Y que soy el capitán de mi alma invencible. La clave es aprender qué significa ser libre. Gracias al poema, Mandela lo supo. Ojalá no olvidemos tampoco que la POESÍA sirve para aprender estas cosas, aunque para muchos la poesía, la literatura, la filosofía, las humanidades no sirvan para nada...

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