SI LLUEVE ES QUE ESTÁ CURADO

SI LLUEVE ES QUE ESTÁ CURADO

La felicidad
es una anciana sonriente
escuálida del beso de los años.

Cubierta de arrugas
que cuentan una historia
Como las sábanas de una cama
tan mojada
que en lugar de arrugas
juran ser olas.

El mar en cama
después de la tormenta.

Eso es la felicidad.

Tus manos
que son la cornisa más bonita
en la que me he aferrado a la vida.

La risa que me entregas
mientras susurras;
mantenla
es la calma.

El cambio en mis costumbres
que me hacen llegar a pensar
que me estás siendo infiel
otra vez
conmigo.

Saber que despertaría todos los odios del mundo
sólo para que durmieses sola
esta noche.

Que no sepas cuánto me alegro
y cuánto me duele.

Eso es la felicidad.

Caminar a ciegas por el cable
que hace explotar la bomba
al final del túnel.

Y que lo hayas vuelto a confundir con un puente.

Que te la juegues.
Que cortes el azul,
cielo.

Volemos por los suelos.

Eres la jaula más bonita de la que he intentado huir.

Ser pájaro en vano,
eso es la facilidad.

Esto es la felicidad.

DATOS DE LA POETISA: Irene X se llama la autora de Grecia y El sexo de la risa. Sin embargo, nosotros todavía la conocemos virtualmente. Podéis conocerla en su magnífico blog: AUTOCRÍTICA, vomito flores; aunque también a través de Facebook, o de TWITTER (), desde donde la conocimos nosotros.

COMENTARIO:
Un poema es bueno desde el título: Si llueve es que está curado. En este caso parece ya una sentencia, un brevísimo aforismo que nos predispone a una lectura atenta y sorprendente. Lees el título y, obviamente, tienes que seguir porque la expectativa que brinda el título es mucha.

Y es que en este poema, Irene X, va desgranando imágenes, a veces contradictorias, a veces casi surrealista, de una cotidianeidad que le rodea y que ella identifica con la felicidad (esa anciana, esa cama-calma, ese volar por el suelo). Esta felicidad no tenemos porque compartirla, pero suponen ejemplos sencillos de conseguirla. En ocasiones basta con jugar con las palabras y ya la tenemos delante de nuestros ojos y los demás sentidos. Nosotros, por nuestra parte, nos identificamos con algo que ignorábamos sobre nuestra propia felicidad, pero que al leer el poema hemos descubierto sobre nosotros mismos. Nos referimos a esto:

Que no sepas cuánto me alegro
y cuánto me duele
Esa es parte de mi felicidad también. Y tú, lector, ¿con cuál te quedas de las que propone Irene X?

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