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Mostrando entradas de mayo, 2020

EXTRAÑO MÍO (Fragmento II)

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II No añoro las ventajas de pertenecer a una comunidad bien definida, menos aún si tengo que inventármela: sé distinguir las buenas intenciones de los hechos, y sé también, por experiencia, que algunos sentimientos son, por naturaleza, colonialistas. Pero lo cierto es que te quise nada más verte, que te esperaba, y acabo de enterarme que has muerto cerca del Muni, en el océano, mientras acompañabas a tu hermana en el barco de Bioko al continente. No pensaba decírtelo. Menos aún públicamente. Si te lo digo es porque tú lo entenderías. Y porque te recuerdo, recién condecorado con tu primer carnet de biblioteca, y tu primer diploma inútil a todos los efectos. Tu inquietud por si se olvidarían de añadir tu segundo apellido, el de tu madre. Y la facilidad con la que te sumabas a las celebraciones de cualquiera. Y recuerdo a los otros, cantando bajo los países, con sus simangas , su fiebre endémica, su ayuno; cuerpos hechos para la mezcla y la disolución, hechos por el deseo de ser más nume

DESPERTAR

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Quiero salir de mi, vuestra, nuestra, sucia vida. De mi estrecha comodidad. De vuestro amplio bienestar. De nuestros privilegios de sangre y fuego, de estrellas amarillas sobre fondo azul. De huellas dactilares estampadas en cartulinas que sí cruzan fronteras. Salir de nuestros delgados horizontes plastificados, reales, mentales, enrejados, amurallados, afilados. Quiero salir, y mirar al mundo. Salir y mirarlas a ellas, a ellos. Quiero descalzarme, y dejar de clavar mis uñas, vuestras uñas, nuestras uñas, en nuestra linda carne, en nuestra carne blanca. Quiero ensuciarlas. Uñas sucias, llenas de tierra. Quiero arrancarlas. Y escupírselas a los otros. Uñas sucias, llenas de tierra y de saliva. Y hacernos salir así, mirar así, llorar así. Sin uñas y sin zapatos, y a sabiendas de que ya hemos despertado. DATOS DE LA POETA : Marta Medrano Martín es una de las dos patas del proyecto que podéis conocer en el blog:  https://jimaguasblog.word

DOCUMENTO NACIONAL DE IDENTIDAD

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Yo era el niño que ardía en mis ojos. Agustín Gutiérrez Aquí estoy. Me llamo Txus y soy transgénero. Llevo siglos siéndolo. Fui niño bollera y niña gay. Madre me trans-vestía como una señorita: manoletinas, braguitas y encajes, lacitos, un parche en el ojo vago, gafas. Plantillas correctivas. Pelo largo moreno, muy liso. Hice la comunión trans-vestida de blanco. Era una pequeña y folclórica gordita. Era marika. Adivinad qué papel me pedía en el juego tonto ese de apapasyamamás … Crecí seducida por pelis de romanos, duelos al sol y hombres de hojalata. Yo era Tarzán o Guillermo, el Travieso. En mi bola de cristal amaba a Alaska (cuando todavía podía ser Olvido Gara). Y leía Mujercitas y era Jo. Leía Los Cinco y era Jorge. Engullía libros de la Blyton y suplicaba a mis padres poder vivir en un estricto internado inglés, sólo para chicas. Tomaría cerveza de jengibre y pasteles por la noche. Podría cabalgar a lomos de la masculina señorita Roberts…

METRO DE MADRID INFORMA

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7 de cada 10 pasajeros de este vagón no apartan sus miradas del teléfono móvil. 1 de 10 mira al frente sin mirar nada. 1 de 10 duerme y se despierta casualmente en su parada, o no. Yo, voy leyendo o en su ausencia escribiendo. Escribo cartas de amor para olvidarme de él, algún borrador del que luego sacaré un poema comercial, canciones con la letra cambiada, insultos muy logrados hacia todo aquel al que odio y razones para llorar. Voy escribiendo de todo lo que veo y acaba convirtiéndose en todo lo que me importa.   Las niñas, sacan cuadernos y lápiz, se hacen un moño, se cruzan de piernas o se sientan en el suelo. Sus madres miran el móvil. Yo, las miro a ellas. Pero hoy no escribo, hoy leo.   Voy riéndome sola, llorándome sola. 1 de 10 me mira pero no me veo. Algunas veces soy yo ese 1 de 10 que mira, pero mira sabiendo. Me enamoro de personas y en ocasiones acabo tomando con alguna una cerveza, Sonrío como en películas americanas de un nov

COVID´19

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Los delfines remontan las calles de Venecia. En Linfen, la ciudad más contaminada del mundo, inauguran de nuevo el paisaje y los chinos se quitan las molestas mascarillas después de años respirando veneno. Cuánta belleza existió en aquel infortunio de avenidas desiertas y calles desterradas. Los aviones no volaron y fabricaron un cielo despejado, con un pronóstico de escasa contaminación. Los diarios narraban que en Nueva York los vagones del metro se quedaron vacíos, que la quinta avenida se paró, en seco un día. Y que abril fue el mes más lluvioso de las últimas décadas. Ahora hace cien años de todo eso. Principios del los veinte del siglo XXI. La tierra se rompió para volverse limpia. Se sublevó la naturaleza ferozmente ante la ingratitud de sus sordos y ávaros inquilinos. Los gobiernos se dieron con el cristal en la frente. las especies tomaron las calles, los bosques y las playas. Se desplomaron todas las bolsas, y el mundo, aunque siguió girando, se detu