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Mostrando entradas de 2021

PARA VENIR A POSEERLO TODO

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  Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. S. Juan de la Cruz   Al hombre liberal y moderado, racional y benéfico, le deseo un encuentro con la devastación de su promesa por un terror sublime. Le deseo una cita con los frutos salvíficos de la peste. Que se trague una a una, una a una, todas las amputaciones de la lepra. Que le despierte el choque con un amor salvaje, un amor sin esquinas y la desproporción que solo puede traducir un cuerpo que mansamente afirma, frente al vacío, su blanda consistencia. Con ese amor salvaje que es el cuerpo en sí mismo. Le deseo una noche de ratas y belleza, un fascinante ritual de alcantarilla; una oblación en labio inapropiado que le despiece, que le desmesure, que, al cabo, le desnazca. Al hombre que domina las circunstancias le deseo un hijo irregular que le enseñe la dicha de perder y perderse en la inmensa ternura de una mirada bizca, le deseo blandas migas de pan taponando el oído para escuchar

EN LAS FRÍAS MADRUGADAS

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Para mis alumnos, que se agrupan cada mañana  a las puertas del Instituto   En las frías madrugadas y en las mañanas luminosas, entre la niebla o sobre la hierba fresca, húmeda en los días de abril, llegabais puntuales a clase en monótonas bandadas de luz.   Nadie os dirá jamás que sois hermosos, nobles en la constancia del camino, que vuestros pasos nada saben, ahora, de la oculta desdicha o el oscuro temor, que a todos juntos os redime vuestra pasión de alas, este anhelo de ser verdadero.   Por eso cada día una lenta tristeza os dice adiós a todos, sabiendo que marcháis hacia un país perdido en cuyo espejo no se reconocerá ya nunca vuestro vuelo.   DATOS DE LA POETA :  Esperanza Ortega (Palencia, 1953). Durante más de 35 años desarrolló su trabajo de profesora de Lengua y Literatura en los institutos Jorge Manrique, de Palencia, y Pinar de la Rubia y Núñez de Arce, de Valladolid. Ha publicado poesía y narrativa, además de realizar antol

LAVADORA /LABADORA

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LAVADORA   El día que moriste me compré una lavadora.   Al abrir la puerta   se me mojaron los pies,   el agua me pilló por sorpresa.   Ya sabes, ríos azules recorren mi pecho,   el mar se desborda por mi boca.   Fue aquella vez, mirando desde la escotilla al mar   entre el jabón y los trapos sucios,   cuando supe que te alcanzó la ola.   Metí mis manos al instante en el agua enjabonada,   buscándote en vano entre mi ropa.   Lloré con mi boca   con mis orejas con mi ombligo,   lloré con mis manos con toda mi piel.   Desde entonces, tengo ríos muertos recorriendo mis venas   y una nueva lavadora.         LABADORA   Zu hil zinen egunean labadora bat erosi nuen.   Atexka zabaltzean   oinak busti zitzaizkidan,   ezustean harrapatu ninduen urak.   Erreka urdinak ditut bularrean, badakizu,   itsasoak gainezka egiten dit ahotik.   Labadoraren eskotillatik itsasoari begira izan zen,   bat-

ALGUNA VEZ SEGUISTE EL CURSO DE LAS JAURÍAS

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  Alguna vez seguiste el curso de las jaurías  guiado por aquel olor a surcos  poseído por el mareo que se derramaba   sobre la multitud.    Ciego aprendiste a morder                                     y desgarrar como los otros.    Tarde bebiste el agua de la revelación.    Mataste a los tuyos en la oscuridad  tú eras parte de lo débil que devorabas  tú, eras la presa. DATOS DE LA POETA : Mariela Cordero (Valencia, Venezuela, 1985) es abogada, poeta, traductora y artista visual. Su poesía ha sido publicada en diversas antologías internacionales. Ha recibido distinciones, entre ellas: Premio de Poesía Alejandra Pizarnik, Argentina (2014). Premio Concurso Iberoamericano de Poesía Eular Granada, Ecuador (2015). Premio de Poesía Concorso Letterario Internazionale Bilingüe TraccePerLaMeta Edizione, Italia (2015). Premio Micropoemas en castellano, concurso TRANSPalabr@RTE, 2015. Premio Concurso Internacional de Poesía Aniversario Poetas Hispanos, España (2016). Parte de su poesía ha sido

III

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 MI padre no se lleva bien con los balcones   Un día nos dejamos las llaves en la casa llamamos a la puerta del vecino buenas noches mire le pedimos que nos dejara pasar por su terraza hasta la nuestra tú no pasas ya voy yo no sea que te caigas y no queremos eso   Estar en lo alto de la cornisa sudar por el miedo mirar a tu hijo tambalearte sentir que el cuerpo tiende a la herida   Pienso en mi padre si se hubiese caído si no le hubiera agarrado a tiempo si de él quedara una mancha en el recinto que persiga a mi familia muchos años una que nos susurre al oído soy las cosas que quedaron aplastadas aquel día   En julio mi padre fue a Nueva York reservó los vuelos se pidió un par de semanas hizo cinco mil setecientos kilómetros cuatro noches en un hotel que no incluía el desayuno Dentro del museo del 11S vio los vídeos de aquellos que escapaban del fuego de aquellos que saltaron a propósito   Asomado al balcón del hotel se preguntó s

BLUE

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Estos días azules y este sol de la infancia. De autobuses que vuelven a casa del colegio. De sangre en la nariz y pómulos morados, no hables con tus padres, sabemos dónde vives. De lunes de meriendas tiradas por el patio, de martes de saliva y tinta en el estuche. De miércoles de wásaps, cartas sonrientes, amigo, no te escondas, te estamos vigilando.  De jueves de mañana serán cuarenta euros . De viernes de pestillos que no cierran. Y así otra vez lunes, así otra vez martes, y así todos los días azules de la infancia. Bajando la cabeza en los pasillos, soñando la llegada de un ángel justiciero: bazucas que destrocen las pizarras, catanas que rebanen las cabezas y bombas que explosionen autobuses. Y así poder entrar sin miedo a los autobuses. Beber sin que te mojen los cuadernos, hablar sin que se rían. Y te griten. Y te escupan. Y entonces llega un día en que no más, y viene el director a poner orden. Y llama a tus padres, no es hora de lamentos. Tenemos que evitar que ocurra otras des