MI MAL (Poema para el Día de la Lectura en Andalucía)
MI MAL
A...
En vano ansiosa tu amistad procura | |||
Adivinar el mal que me atormenta; | |||
En vano, amigo, conmovida intenta | |||
Revelarlo mi voz a tu ternura.
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Puede explicarse el ansia, la locura | |||
Con que el amor sus fuegos alimenta... | |||
Puede el dolor, la saña más violenta, | |||
Exhalar por el labio su amargura...
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Mas de decir mi malestar profundo, | |||
No halla mi voz, mi pensamiento medio, | |||
Y al indagar su origen me confundo:
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Pero es un mal terrible, sin remedio, | |||
Que hace odiosa la vida, odioso el mundo, | |||
Que seca el corazón... ¡En fin, es tedio! |
DATOS DE LA POETA:
La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro
Andaluz de las Letras, dedica este año el Día de la Lectura en
Andalucía a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda, con motivo
del bicentenario de su nacimiento (1814-2014). Nosotros desde aquí,
nos sumamos a la celebración, de ella es este soneto.
(Enlace para estar
informados:
http://plybenflorenciopintado.blogspot.com.es/2014/12/dia-de-la-lectura-en-andalucia.html)
COMENTARIO:
Traemos este soneto aquí porque de los poemas leídos de Gómez de
Avellaneda, nos parece uno de los más actuales para el mundo que nos
ha tocado vivir. Para la autora, se puede nombrar el amor y el dolor,
la locura del amor y el dolor más violento mediante las palabras y
la poesía. Pero el mal más profundo, no resulta tan fácil. Sobre todo si se
quiere ir al origen del mismo. (Cada vez que pienso en el origen de
las cosas, me acuerdo de un librito, Elogio de la Radicalidad,
en el que se reivindica que la auténtica forma de ser radical es ir
al origen de los problemas o de aquello que se quiere descubrir). La
poeta sabe sus consecuencias: es algo que hace odioso el mundo y
la vida y que seca el corazón... Y al final, en el último momento, en la última
palabra lo nombra; se trata del TEDIO. (Que nadie confunda el tedio
con el aburrimiento, yo creo que si fuera francesa y se llamara
Baudelaire lo llamaría spleen,
pero este es otro tema). Lo que nos hace percatarnos de lo
siguiente: al final, el furor poético logra su cometido y se nombra
lo innombrable, lo que parecía imposible en la primera parte del
soneto. Aquí está su acierto y su debilidad, porque algún lector
le puede decepcionar ese... TEDIO. No obstante, para aquellos
lectores que se sientan decepcionados, les invito a que intenten
nombrar el malestar más profundo e íntimo que anida en el origen de
su percepción del mundo, porque nombrarlo es ya empezar a dominarlo.
El nombre del mío, por cierto, empieza por A. Y lo mantengo en
suspense como ha hecho la autora con la dedicatoria de este magnífico
soneto. Pero, ¿y el tuyo, cuál es? Espero tu respuesta.
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