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A UNA DAMA QUE LAMENTA LA DUREZA DE MIS VERSOS

Sucede que cuando salgo, lo primero que veo es un vagabundo que hurga en la basura. A veces, una loca sombrea su miseria frente a mi casa.  Y el vacío de sus ojos insomnes entenebrece la luz de la mañana. Esquinas y semáforos invadidos por gentes que venden cualquier cosa…  enjambres de niños se precipitan a limpiar automóviles a cambio de un peso, un insulto, un golpe. Adolescentes ofertan el único bien: sus cuerpos. Mendigos, limosneros, drogadictos: la ciudad entera es una mano famélica y suplicante. Usted vive un mundo hermoso: frondosas arboledas canchas de tenis, piscinas donde retozan bellos adolescentes. Por las tardes niñeras uniformadas pasean en cochecitos a rubios serafines. Su marido es funcionario importante. Usted y su familia vacacionan en Nueva York o París y en este país están sólo de paso. Lamenta mis visiones ásperas.  Las quisiera suaves, gratas como los pasteles y bombones que uste...

Reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres

I El hombre que me ame deberá saber descorrer las cortinas de la piel, encontrar la profundidad de mis ojos y conocer lo que anida en mí, la golondrina transparente de la ternura. II El hombre que me ame no querrá poseerme como una mercancía, ni exhibirme como un trofeo de caza, sabrá estar a mi lado con el mismo amor con que yo estaré al lado suyo. III El amor del hombre que me ame será fuerte como los árboles de ceibo, protector y seguro como ellos, limpio como una mañana de diciembre. IV El hombre que me ame no dudará de mi sonrisa ni temerá la abundancia de mi pelo, respetará la tristeza, el silencio y con caricias tocará mi vientre como guitarra para que brote música y alegría desde el fondo de mi cuerpo. V El hombre que me ame podrá encontrar en mí la hamaca donde descansar el pesado fardo de sus preocupaciones, la amiga con quien compartir sus íntimos secretos, el lago donde flotar sin miedo de que el ancla del compromiso le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro. VI E...