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Vendo roca de Sísifo, añeja, bien lustrada, llevadera, limada por los siglos, pura roca de infierno. Para tediosos y desesperados, amantes del absurdo o para culturistas metafísicos. Almohadilla de pluma para el hombro sin coste adicional. …   Vendo una isla de segunda mano. No la puedo atender. Perfecto estado: arenas y ensenadas, olas, acantilados, arboledas, delfines. Instalación de sueños casi intacta. ...  Vendo toro de Dédalo. Discreción. Quince días de frenético ensayo. Se entrega a domicilio. Se adapta a todo tipo de orificios. … Revendo laberintos usados, muy confusos. Se garantiza pérdida total por siete u ocho años. Si no queda contento, reembolsamos el hilo de Ariadna. …  La vida es una empresa laboriosa: veinte segundos de ficción en pie y una tenue canción desesperada. Somos microrrelatos que caminan: Soy No-fui, No-seré, No-soy cansado. Vivir es patinar breve ...

NUBES (Humilde homenaje a los que ayudan)

NUBES No habrá una sola cosa que no sea nube. Lo son las catedrales de vasta piedra y bíblicos cristales que el tiempo allanará. Lo es la Odisea que cambia como el mar. Algo hay distinto cada vez que la abrimos. El reflejo de tu cara ya es otro en el espejo y el día es un dudoso laberinto. Somos los que se van. La numerosa nube que se deshace en el poniente es nuestra imagen. Incesantemente la rosa se convierte en otra rosa. Eres nube, eres mar, eres olvido. Eres también aquello que has perdido. DATOS DEL POETA : J. L. Borges, de nuevo. Como en otras ocasiones con este autor, nos parece innecesario mencionar sus datos biográficos o bibliográficos, de sobra conocidos por todos. De todas formas, dejamos un enlace para suplir esta parte:  http://www.fundacionborges.com.ar / COMENTARIO : Esta semana he buscado entre mis libros más leídos un poema que me ayudara a entender. Me he encontrado en la tesitura de explicarme a mí mismo una imagen, la última fotografía ...

ARTE POÉTICA (CELEBRANDO EL DIA INTERNACIONAL DE LA POESÍA)

ARTE POÉTICA Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua. Sentir que la vigilia es otro sueño que sueña no soñar y que la muerte que teme nuestra carne es esa muerte de cada noche, que se llama sueño. Ver en el día o en el año un símbolo de los días del hombre y de sus años, convertir el ultraje de los años en una música, un rumor y un símbolo, ver en la muerte el sueño, en el ocaso un triste oro, tal es la poesía que es inmortal y pobre. La poesía vuelve como la aurora y el ocaso. A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo; el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara. Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Itaca verde y humilde. El arte es esa Itaca de verde eternidad, no de prodigios. También es como el río interminable que pasa y queda y es cristal de un mismo Heráclito inconsta...

EL REMORDIMIENTO

He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado. DATOS DEL POETA. J.L. Borges, claro. COMENTARIO: ¡Cómo obsesionaba a Borges el no ser feliz! ¡Cómo pueden unos versos clavarse en la memoria para siempre! A veces es muy simple afirmar que se es feliz, sin más, sin pensarlo, pero claro, esto no vale. Hay que responder con sinceridad y, como hemos visto en clase de Ética, aunque la finalidad de esta disciplina es buscar la felicidad, muchas veces, nuestra felicidad individual choca c...

POEMA DE LOS DONES

Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.  De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden  las albas a su afán. En vano el día les prodiga sus libros infinitos, arduos como los arduos manuscritos que perecieron en Alejandría.  De hambre y de sed (narra una historia griega) muere un rey entre fuentes y jardines; yo fatigo sin rumbo los confines de esta alta y honda biblioteca ciega.  Enciclopedias, atlas, el Oriente y el Occidente, siglos, dinastías, símbolos, cosmos y cosmogonías brindan los muros, pero inútilmente. Lento en mi sombra, la penumbra hueca exploro con el báculo indeciso, yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca. Algo, que ciertamente no se nombra con la palabra azar , rige estas cosas; otro ya recibió en otras ...