LA LLAVE DE LA CULPA
Cuando accionan la llave de la culpa en una sociedad aterrada, una finísima lluvia ácida humedece los tejados de pueblos y ciudades. Así crecen los casos de artrosis ideológica, mientras vuelan negras aves sobre las fábricas cerradas, y nadie salió con paraguas a hacer la cola de la beneficencia. Se escribe la Historia de los pobres con la misma tinta de oprobio siglo tras siglo. Lobos del miedo riendo, antiguos señores feudales resucitando dulcemente; niños desnutridos a la vuelta de la esquina. Son viejos jinetes entablillados a putrefactos caballos también sometidos. Canciones que suenan a Réquiem por más notas agudas que incorporen y aunque la orquesta del Telediario practique ficticias felicidades de almíbar coqueteando con acordes en tono mayor. Se ha perdido la batalla. Menos mal que ganamos el Mundial de...