EN TORNO A EINSTEIN

La línea recta cúrva-
se inexorablemente
en el espacio. El tiempo
se detiene en los pasos
de la luz. Estamos
donde siempre. La magia 
de las cosas. No existe
la realidad. Existen
múltiples realidades
o ninguna. Existe
la mirada recíproca
que aguardo. El beso
en mitad de la noche.
La anciana que nos tiende
la mano y pide poco
de limosna. El día
de la increíble muerte.
Tan intima. Tan sola.


DATOS DEL POETA: Víctor Botas (Oviedo, 1946-1994), Licenciado en Derecho. Publicó su primer poemario, Las cosas que me acechan, cuando tenía 33 años. Una sorpresa para amigos e incluso familiares, porque su relación con la escritura pasaba desapercibida para muchos de ellos. Sin embargo, cuando murió prematuramente a los 49 años, sí que su obra poética señalaba un interesante recorrido por la creación literaria en más de un decena de títulos; como puede comprobarse, por ejemplo, en su Poesía Completa, publicada por Ediciones de la Isla de Siltolá. Otros de sus poemarios son: Las rosas de Babilonia (1994), Historia Antigua (1987) y Retórica (1992).

COMENTARIO: ¿Qué cabe en un poema?, ¿sólo palabras? ¿Cómo es posible que Víctor Botas use a su antojo la teoría de la relatividad para hacer un poema? No resulta difícil admitir que la teoría de Einstein, todavía, se nos escapa a muchos, al menos si vamos un poco más del simple titular y sus consecuencias sociales o incluso éticas. El nombre que se le dio a la teoría, en el ambiente de principios del S.XX, parecía coincidir con el espíritu de la época. Y bajo el sello de la relatividad, parecía que teníamos justificación científica de algo que se sabía desde hace muchos siglos antes: no existe nada absoluto, todo es relativo y cambiante, etc. En el caso del poema que nos ocupa, diríamos, por deformación profesional, que el tratamiento literario y ontológico que hace Botas de la teoría de Einstein no parece defender el relativismo, sino más bien, cierto perspectivismo orteguiano. No por casualidad, la única vez que visitó el físico nuestro país fue de la mano de Ortega y Gasset, en 1923. Y Ortega, en algunos de sus escritos, barría para casa y no le interesaba tanto la verdad o la falsedad de la teoría de Einstein, cuanto defender que la verdad no puede ser meramente subjetiva o relativista, sino que es, como la realidad misma: perspectiva. 
El propio Einstein rechazó los intentos de extrapolar o aplicar sus teorías a otros ámbitos. De hecho, y aunque no seamos especialistas, sí comprendemos que la realidad (el espacio, el tiempo, la masa) puede aparecer de distintas maneras a distintos observadores o puede ser descrita de distintos modos. Pero para Einstein, obviamente, existen leyes y constantes universales (la velocidad de la luz) sea cual sea el observador y su sistema de coordenadas. Etc.
Y, sin embargo, ¿qué tiene que ver todo lo anterior con el poema? ¿Dónde está el acierto de Botas? Para nuestra forma de leerlo, creemos que el poema coincide con la propia actitud vital de Einstein cuando afirma que "la cosa más bella que podemos experimentar es lo misterioso". Para el alemán, esa experiencia de lo misterioso es el origen de la ciencia y del arte, por lo tanto, también de la literatura y la poesía. En los continuos encabalgamientos del poema, en esos versos que no acaban o que comienzan en un espacio extraño o ajeno, Botas nos muestra como la verdad es un cúmulo de perspectivas. Para conocer la verdad de cualquier hecho, necesitamos acumular el máximo de perspectivas en cualquier asunto. Perspectivas son: la de la ciencia, y la de la poesía, la del amante y la de la amada, que parece dibujar un mundo de rosas, pero también la de la anciana que sufre y que forma parte de esa misma realidad que nos rodea y que queremos conocer. 
A menudo olvidamos que nuestra mirada sobre el mundo es solo una única mirada. Creemos tener razón, nos posicionamos y desde esa atalaya creemos vislumbrar la verdad. Pero esa mirada es un acercamiento, válido, pero raquítico, por decirlo así. Y es que, por ejemplo, muchas veces cuando nos pasan cosas desagradables, parece que el mundo es injusto definitivamente. Y, sin embargo, basta cruzarse con cualquier otra persona que sufre muchas más injusticias que tú para darte cuenta que ese hecho puede matizarse. Esa mirada, y otras muchas, hay que incorporarlas siempre. Como decía Machado: 

¿Tú verdad? No, la verdad; 
y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela.

Eso enseña, entre otras cosas, el poema de esta semana y no es baladí o inoportuno recordarlo frente a los que piensan que siempre tienen razón y que su dolor de muelas, si se me permite el sarcasmo, es el dolor del mundo. Tener la capacidad de aglutinar más perspectivas sobre cualquier asunto nos acercará siempre un poco más a la verdad. Diálogo frente a imposición. Múltiples perspectivas frente a una mirada egoísta y corta sobre la realidad. Magia frente a pensamiento único.  


ACTIVIDADES:
Ahora que empieza este nuevo curso 2019/2020, queremos aprovechar para recordar con el poema En torno a Einstein, que este blog no es solo para un área concreta. Como saben muchos lectores de él, hay decenas de poemas dedicados a distintas áreas: biología, historia, física, química, matemáticas, informática, tecnología... La única actividad, para los lectores docentes, es buscar en las etiquetas poemas de esas áreas y así tener un material dispuesto para introducir la poesía y la lectura en sus aulas.




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