PAN DURO
La madre de mi madre se tomaba el pan del día anterior o el de hacía dos días para desayunar, con su café manchado. Era como un gorrión. Emocionaba ver a aquella señorita de Alicante con más de ochenta años de ternura nutrirse despacito igual que un pobre cartujo, allí sentada en su butaca. Mi madre sonreía al verme sorprendido contemplando a su madre, en una casa cuya despensa inmensa se parecía a un bodegón de Snyders. Y alguna vez, para explicarme aquello, me dijo llanamente: es por la guerra; no te preocupes, Jaime, es por la guerra . Dos décadas después, y a casi un siglo de la Guerra Civil, ahora soy yo el que coge el pan duro y lo besa despacio y se lo come haciéndolo migajas con un café con leche. Mi mujer no da crédito, y se queda alucinada cuando le contesto completamente en serio que no le dé importancia, que lo hago por la Guerra. Datos del poeta : Jaime García-Máiquez (Murcia, 1973), se dio a conocer como poeta con el premio Luis Cernud...