DOS MARIPOSAS BLANCAS (POESÍA Y CÓMIC EN LAURA PÉREZ VERNETTI)
(Pincha en la imagen para ampliar)
Julia Otxoa ya apareció en nuestro blog en el año 2015. Si quieres conocer algo más de su vida, pincha aquí: http://unpoemacadasemana.blogspot.com.es/2015/06/hacia-el-silencio.html
DATOS DE LA ILUSTRADORA: Laura Pérez Vernetti (Barcelona, 1958), trabajó durante diez años en la revista El Víbora. Además de 8 Poemas (Diputación de Málaga), poema en el que aparece el nuestro, ha publicado Pessoa & cía y El caso Maiakovski (editorial Luces de Gálibo). También el imprescindible Poémic con Ferrán Fernández (por cierto, poeta y poeta visual que vemos en el aula de Filosofía).
Más info: http://www.rtve.es/rtve/
http://www.elespanol.com/
COMENTARIO:
Si hacemos caso a Álvaro
Pons, este poecómic o poesía gráfica, “se debe leer
dejando que las imágenes generen junto a la palabra sus eufonías y
cacofonías, que rompan las cadenas de sus prisiones para que trazos
y letras recuperen ese hermanamiento perdido, en una danza de alegre
libertad recuperada” (Lo que nunca debió estar separado,
Prólogo a Ocho Poemas). En definitiva, se debe leer con
libertad, con la mirada abierta, con la sensibilidad que tiene Laura
Pérez Vernetti, “la primera autora –según Pons- en entender que
la poesía y el cómic se debían dar la mano para dar un salto hacia
adelante”.
Y es que la poesía tiene
muchas vertientes, en este mismo blog hemos subido poemas
matemáticos, hemos hablado de poemas visuales, de poemas-acción, de
apropiacionismo, de poemas plagiados, de videopoemas y poemas hechos
por ordenador…, pero nunca de poecómic. Y uno tiende a pensar que
se trata de una mera transcripción descriptiva de las palabras a la
imagen, a los trazos y dibujos que coincidan con los versos. Pero
creo que no es así. La propuesta de Laura va más allá de seguir un
guión que marca el poema. En sus propuestas, con un estilo propio,
se da un maridaje que lleva el poema a otra dimensión.
Me explico pensando en mi
alumnado: aunque en alguna viñeta la dibujante parece describir los
versos de Julia Otxoa (primera viñeta del poema, página 2), en el
resto, la artista tiene que elegir entre los posibles planos (página
3) y esto supone tomar partida, desde el dibujo, para resaltar
algunos aspectos frente a otros. Pensemos, por ejemplo, que hubiera
pasado si hubiera decidido otras opciones. En la escena global, desde
otros ángulos y perspectivas, ¿quién estaría en esa habitación?,
¿la abuela sola con la nieta o habían más dolientes?, de las que
acompañaban a la abuela en este rito de ternura, ¿lloraba alguna,
se daban la mano, se abrazaban...? Las posibilidades son muchas.
Laura Pérez Vernetti se centra, en cambio, en la abuela (donde no
aparece ningún tono de tristeza y sí de calma frente al dolor
inevitable); en su gesto de delicadeza infinita (el momento de
depositar las mariposas blancas, de una sosegada belleza); y por
otro, en el cadáver. Aunque parezca contradictorio, me atrevo a
sostener sobre esta decisión, que la autora se centra en la vida que
contiene esos momentos. Esa decisión es enteramente personal de la
autora. Ahí reside su lectura o relectura gráfica del poema -como
podéis comprobar en las dos últimas viñetas. Y es ahí, al dibujar
lo que no está literalmente en el poema, donde Pérez Vernetti nos
demuestra su visión de la serenidad ante la despedida final del
durmiente, que, por cierto, parece joven, por lo que la rabia ante
una muerte prematura parecería requerir otras reacciones, otras
palabras, otros trazos. Sin embargo, gracias a Otxoa y a Pérez,
aprendemos mediante las palabras y los dibujos a crecer en la
serenidad. Un aprendizaje que debería ser prioritario frente a un
mundo que nos llena siempre de pesadumbre, quebranto y turbación.
En definitiva, creemos
que este poecómic puede abrir muchas posibilidades para leer
poemas. A nosotros nos ha encantado descubrir que éstas se alinean
con la belleza y la creatividad que con tanta maestría viene
desarrollando Laura Pérez Vernetti desde hace años. Ahora que
comienza uno nuevo no resultaría mala idea intentar cosas parecidas
en el aula. Yo os animo a ello o por lo menos empezar a leer poemas
como cómics. Se gana mucho en matices y se profundiza en los textos,
claves para una lectura crítica, que es a lo que hay que aspirar al
leer. Llevo semanas, que cada vez que leo un poema, en mi
cabeza, lo recreo mediante viñetas y se descubren múltiples
secretos que antes pasaban desapercibidos al hacerlo mediante una
lectura, por así decirlo, tradicional.
Desde aquí damos las
gracias a Laura Pérez Vernetti por su generosidad al gestionarnos la cesión de las imágenes para el blog y, sobre todo, por descubrirnos un nuevo modo de leer.
También queremos agradecer al Centro Cultural Generación del 27 de
la Diputación de Málaga que nos facilitó el ejemplar en el que
aparece el poema.
- Esta semana una sola actividad. Escoge un poema que te guste e intenta realizar un cómic a partir de él. Mándalo a nuestro correo (filosofía.pintado@gmail.com) y lo publicaremos y daremos difusión.
DOS MARIPOSAS BLANCAS
Aquella noche la abuela trajo dos mariposas blancas
y las colocó sobre los ojos del durmiente,
más tarde, cuando tras la cabeza de la luna
asomó frío el aullido del lobo,
los sueños de aquel hombre
que dormía bajo las mariposas,
nos ayudaron a crecer en la serenidad.
y las colocó sobre los ojos del durmiente,
más tarde, cuando tras la cabeza de la luna
asomó frío el aullido del lobo,
los sueños de aquel hombre
que dormía bajo las mariposas,
nos ayudaron a crecer en la serenidad.
Qué agradable la vuelta a ciertas rutinas!!
ResponderEliminarBien hallado, poema de cada semana.
Profesor, es consciente de que inventó esa nieta aludida en su comentario? Ja! Mi familia, como tantas otras, tiene un grupo wassap, y en éste y en reunión física presencial, en cualquier caso, es costumbre referirnos a mi madre como ' la abuela' independientemente de quien sea el que habla. Mi marido, su yerno, dice ' qué tal la abuela?', yo, su hija, pregunto a mi hermana 'qué tal la abuela?'( cuando con mayor propiedad podría muy bien preguntar' qué tal mamá?'), ..., y, por supuesto, mis hijos y sobrinos, sus nietos, preguntan por su abuela. Así que a saber quién habla en primera persona.
Yo, por otra parte, puestos a suponer o imaginar, pienso que bien podría la estancia estar muy muy muy ocupada por familiares y amigos, observadores atentos a la vez que beneficiarios de la escena que acontece.
También me parece curioso el hecho de que la misma autora que rehúsa de mostrarnos a esos acompañantes posibles, ni parte siquiera de la estancia, se vuelva tan generosa a la hora de retratarnos los sueños del durmiente. Supongo que por radicar quizás ahí la conformidad del resto. A saber.
Gracias y saludos.
Tiene razón, Isabel, sobre la abuela. Sobre el resto, ojalá Laura pueda aclararnos sus dudas. Un abrazo sincero y alentador, como esa costumbre de sus comentarios en el blog, que tan bien le hace a mi, nuestra, causa.
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