Atravieso una ciudad de la que ya nada espero
Atravieso una ciudad de la que ya nada
espero
Entre seres humanos distintos cada vez
Me lo sé de memoria, este metro
elevado;
Transcurren días enteros sin que
pueda ni hablar.
¡Ah! Esos mediodías, regresando del
paro
Pensando en el alquiler, meditación
sombría,
Prefieres no vivir, pero igualmente
envejeces
Y nada cambia en nada, ni el verano,
ni las cosas.
Al cabo de algunos meses, pasas al
subsidio
Y el otoño vuelve, lento como una
gangrena;
El dinero se vuelve la única idea, la
única ley,
Estás realmente solo. Y te quedas
atrás, atrás...
Los otros continúan con su danza
existencial
Tu estás aislado tras un muro
transparente;
El invierno ha vuelto. Su vida parece
real.
Tal vez, en algún sitio, te espera el
porvenir.
DATOS DEL AUTOR: MICHEL
HOUELLEBECQ es autor, como dice la contraportada de su libro POESÍA (Anagrama), "de provocadoras y subyugantes novelas que le
han convertido en una controvertida estrella mediática internacional y
en uno de los narradores más contundentes y transgresores de las últimas
décadas", pero también es un destacado poeta.
COMENTARIO: Un poema para tiempos de crisis. En estos días de huelgas estudiantiles, por cierto, mal organizadas, al menos en este centro, los profesores tenemos tiempo de intercambiar opiniones sobre nuestra precaria situación económica. A ellos y a todos a los que les afecta (no hay nadie que se salve: salvo políticos, duques, implicados en juicios por corrupción, empresarios y banqueros...), les dedicamos este poema. Esperando, (¡quién espera, desespera!) ese porvenir del que habla Houellebecq.
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