MI DIFÍCIL VIDA CON LA MEMORIA
Soy mal público para mi memoria.
Quiere que continuamente escuche su voz,
y yo no dejo de moverme, carraspeo,
escucho y no escucho,
salgo, regreso y vuelvo a salir.
Quiere ocupar mi atención y mi tiempo por completo.
Cuando duermo le resulta fácil.
De día, depende, y eso le molesta un poco.
Me desliza insistente antiguas cartas, fotografías,
trata hechos importantes y sin importancia,
pone la mirada en paisajes inadvertidos
los puebla con mis muertos.
En sus historias siempre soy más joven.
Es agradable, sólo que para qué seguir insistiendo en eso.
Los espejos me dicen otra cosa.
Se enfurece cuando me encojo de hombros.
Y, vengativa, me echa en cara todos mis errores,
graves, luego fácilmente olvidados.
Me mira a los ojos, espera a ver qué digo.
Al final me consuela con que pudo haber sido peor.
Quiere que viva ya solo con ella y para ella.
De preferencia en una habitación oscura y cerrada,
y en mis planes hay siempre un sol presente,
nubes actuales, camino en curso.
A veces estoy harta de su compañía.
Le propongo separarnos. Desde hoy y para siempre.
Entonces sonríe compasiva,
pues sabe que para mí también sería una condena.
Datos del poeta: Wistawa Szymborska, poeta polaca (Bnin 2 de julio de 1923, Cracovia, 1 de febrero de 2012). Con ocho años se trasladó con su familia a Cracovia, en donde tras sus
estudios escolares, trabajó en los ferrocarriles. Más tarde estudió
Lengua y Literatura Polaca y sociología en la Universidad Jagellónica,
que no concluyó por razones económicas. Mientras estudiaba, ya comenzó a
publicar poemas en periódicos y revistas, en una de las cuales trabajó
como secretaria e ilustradora. Publicó su primer libro en 1949, y
trabajó en la revista Vida Literaria, en donde tenía una
columna de crítica literaria. Fue miembro del Partido Comunista del que
con el tiempo se iría distanciando hasta adoptar una postura crítica.
Compaginó su creación literaria con la traducción del francés. Fue
miembro de la Unión de Escritores de Polonia y la Asociación de
Escritores de Polonia, y obtuvo numerosos honores y premios, destacando
el Premio Nobel de Literatura en el año 1996.
Quiere que continuamente escuche su voz,
y yo no dejo de moverme, carraspeo,
escucho y no escucho,
salgo, regreso y vuelvo a salir.
Quiere ocupar mi atención y mi tiempo por completo.
Cuando duermo le resulta fácil.
De día, depende, y eso le molesta un poco.
Me desliza insistente antiguas cartas, fotografías,
trata hechos importantes y sin importancia,
pone la mirada en paisajes inadvertidos
los puebla con mis muertos.
En sus historias siempre soy más joven.
Es agradable, sólo que para qué seguir insistiendo en eso.
Los espejos me dicen otra cosa.
Se enfurece cuando me encojo de hombros.
Y, vengativa, me echa en cara todos mis errores,
graves, luego fácilmente olvidados.
Me mira a los ojos, espera a ver qué digo.
Al final me consuela con que pudo haber sido peor.
Quiere que viva ya solo con ella y para ella.
De preferencia en una habitación oscura y cerrada,
y en mis planes hay siempre un sol presente,
nubes actuales, camino en curso.
A veces estoy harta de su compañía.
Le propongo separarnos. Desde hoy y para siempre.
Entonces sonríe compasiva,
pues sabe que para mí también sería una condena.
COMENTARIO: ¡Cuántas veces estamos sordos a la memoria, tanto movernos y salir o dar tumbos...! Es un juego extraño el olvido y la memoria, pero hoy, el pasado (mis días más felices, quizás) ha vuelto en forma de email. Un amigo, verdadero, auténtico, me ha encontrado y yo, que ya no soy joven, que al espejo no pretendo engañar, he comprendido que no puedo vivir sin mi memoria. Desde aquí (así se llama el poemario de Szymborska, aquí, en Peñarroya-Pueblonuevo, en Almería o en Alemania) saludo de nuevo a Jesús Martín y le abrazo a la espera del reencuentro más pronto que tarde.
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