PAREN TODOS LOS RELOJES
Eviten que el perro ladre dándole un hueso sabroso,
Silencien los pianos y con un sordo timbal,
saquen el ataúd, permitan a los dolientes venir.
Que los aviones con sus gemidos nos sobrevuelen
garabateando en el cielo el mensaje Él se ha muerto,
Pongan un crespón alrededor de los cuellos blancos de las palomas
Permitan a los policías de tráfico usar guantes negros de algodón.
Él era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi mediodía, mi medianoche, mi palabra, mi canción;
Creí que el amor sería eterno, pero me equivoqué.
Ya no deseo las estrellas: apáguenlas todas;
Empaqueten la luna y desmantelen el sol;
Vacíen el mar y barran los bosques.
Pues nada ahora podrá ser como antes.
DATOS DEL AUTOR: Wystan Hugh Auden nació en York en 1907 y murió en Viena en 1963.
Desde los primeros versos, el poeta solicita que el mundo entero se detenga: los relojes, las llamadas telefónicas, incluso los ladridos del perro. Este gesto de inmovilizar el tiempo y el mundo que nos rodea, la propia realidad, refleja el abismo que se abre en el alma del amante. No es simplemente un duelo privado; es un grito que exige que el universo entero comparta el peso insoportable de la pérdida. La muerte no solo arrebata una vida, sino que parece romper el mismo tejido de la existencia, de la propia y la de cualquiera. Recuerdo la pregunta de un profesor de metafísica: si para cada uno, la realidad, la vida es lo que él ve y siente y piensa, entonces, cuando uno muere ¿el mundo deja de existir? La respuesta es que sí. Pero, ¿qué pasa con el que sigue viviendo? La experiencia muestra que el mundo continúa. Pero en el caso del poema de esta semana, no es así. hay una voluntad de acabar con todo.
Auden utiliza imágenes de gran fuerza visual para manifestar este vacío insuperable: los aviones garabatean en el cielo, los policías portan crespones, las palomas quedan marcadas por el luto. Estas escenas casi surrealistas subrayan la universalidad del dolor, convirtiéndolo en un fenómeno que trasciende lo íntimo para alcanzar lo que está más allá de todo. El poema alcanza su punto más emotivo en los versos donde el poeta declara qué supone el amado: "Él era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste". El amor perdido no era simplemente una parte de la vida, sino su totalidad. El amado era el tiempo y el espacio, los días laborables y los descansos, el alba y el ocaso. Esta omnipresencia del otro en la existencia del enamorado, puede dar una idea de la magnitud del vacío dejado por su partida. Cuando el otro muere, el que se queda también está muerto.
En la última estrofa, el poeta exige lo imposible: apagar las estrellas, empaquetar la luna, desmantelar el sol. Es una visión apocalíptica que representa el fin de un mundo que ya no tiene sentido sin el ser amado. No hay consuelo, ni posibilidad de reconstrucción; solo queda la constatación de que "nada ahora podrá ser como antes". Auden no busca dulcificar la muerte ni ofrece un mensaje de esperanza. En su lugar, nos enfrenta al dolor en su forma más pura, mostrándonos cómo la ausencia de alguien amado puede dejar al mundo entero sin luz, sin propósito, sin razón para seguir existiendo. Si el amor es puro, el dolor de la pérdida también lo es. En su versión original en inglés, el ritmo y las rimas acentúan esta tristeza con una musicalidad que convierte el dolor en algo aún más tangible, como una melodía sombría que se graba en el alma. En la película, la escena es memorable.
Ojalá, si alguna vez encontráis un amor así de puro, no lo perdáis nunca. Desde luego, si os ocurre, será en un día de lluvia, más allá del tiempo y del espacio.
Sucumbí a la curiosidad, y ya que lo busqué, aquí os dejo la versión inglesa:
ResponderEliminarStop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.
Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He Is Dead,
Put crepe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.
He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last for ever: I was wrong.
The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood.
For nothing now can ever come to any good.
Te lo agradecemos 😊
EliminarGracias 👍🏻👍🏻👍🏻
EliminarGENIAL
ResponderEliminarMi poema favorito
ResponderEliminarMe alegro de tu decisión
EliminarTe llega al alma
EliminarCierto, los buenos poemas, incluso traducidos tienen ese poder. Gracias por el comentario.
EliminarExtraordinario....
ResponderEliminarEl más bello poema que conozco. Las imágenes con que describe su sentimiento son geniales y en mi opinion tienen una fuerza, yo diría, varonil.
ResponderEliminarLlegue a este autor siguiendo la pasión que despertaba en mi amigo Joseph Brodsky, al que adoro y en el que confío..
¿Quién necesita una película para conocer este poema? Por algo lo destacan en la película especialmente.
Estoy de acuerdo contigo, desconocida: no necesitamos la película. Y leer a Brodsky siempre es una opción. Gracias por tu comentario y por pasar por aquí.
EliminarCuando quieras, ya sabes dónde encontrarnos. Será un placer leer tus comentarios.
Es exactamente lo que se siente cuando se pierde alguien muy querido, en mi caso mi hijo Nada iguala el dolor y nada vuelve a ser igual💔
EliminarLo siento mucho. Me quedo sin palabras. Sin embargo, si el poema le ha servido, entonces algún valor tiene la poesía, pese a todo.
EliminarNo sé si conoce otro proyecto que llevamos en el centro, pero, tal vez le interese: La voz a ti debida, se llama.
Pues nada ahora podrá ser como antes...
ResponderEliminarMe encantó la forma en que describe la perdida de un ser querido.
Hay algo que perdura siempre. Aunque la herida se cierre, la cicatriz persiste en la piel, debajo de ella. Por eso, nada podrá ser como antes...
EliminarGracias por pasar por aquí y participar.
El dolor de la partida de un ser querido. Es de las más difícil de todas las batallas personales. Realmente este poema plasma la crudeza del sentimiento. Pero algunas veces se queda corto.
ResponderEliminarEl dolor de la pérdida es inmenso. Nada lo cubre en el momento más lacerante.
ResponderEliminarSiempre me conmueve leerlo ahora que perdí un ser amado me partió el corazón
ResponderEliminarHay poemas que pueden consolar de alguna manera, lo inconsolable. Volvemos a ellos con la esperanza de lograrlo y, aunque tengamos el corazón roto, sus versos nos sirven pese a todo el dolor, para afrontar esos momentos de otra manera más acertada, menos lacerante.
EliminarUn abrazo y mucho ánimo, la poesía puede servir en estos momentos, sin duda.
Hace poco más de un año falleció un amigo, dejó esposa, hijos, hnos, familia, amigos, recordé este poema, que fugaz es la vida, que corta, Chris tenia 51 años, los que tengo hoy, fue in gran amigo.
ResponderEliminarLa vida es dura y terrible y poner paños calientes no sirve para nada. El tiempo ayuda, pero también los recuerdos que hacen que estén presentes siempre. Todo mi apoyo desde aquí.
EliminarYo perdí aos padres y todavía no lo superó y como dice el poema nada es como era antes
ResponderEliminarEl poema refleja mis sentimientos x la pérdida d mi marido.Lo q yo no sabía expresar lo recoge el poema.Como es posible q la vida siga?Lo habitual,lo cotidiano permanece y sin embargo no puedes entender como el mundo no se rompe d dolor x esa ausencia.
ResponderEliminarSiempre que lo releo es maravilloso.
ResponderEliminarSiempre que lo releo es maravilloso!!!!
ResponderEliminarNo hay ni una historia de amor que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz.
ResponderEliminarPrecioso poema, mi pareja hace un año fallecio se la dedico a el !! Va por ti cariño❤️
ResponderEliminarVaya, lo siento. A veces la poesía puede ayudar. Si ha sido así en tu caso todo este esfuerzo de años ha valido la pena.
EliminarUn saludo y gracias por tu mensaje.