HOMO HOMINI LUPUS
HOMO HOMINI LUPUS a la memoria de Paul Naschy No venimos del mono. Lo siento, señor Darwin. Somos lobos sin pelo que andamos por el mundo en posición erguida, pero con esos ojos crueles e inyectados en sangre y esas fauces repletas de cuchillos con que los ojos viajan por el bosque del caos, paidófilos y arteros. En nuestro más añejo depósito de mitos vive, junto al vampiro, el peludo hombre lobo. De la misma manera que Hyde domina a Jekill, la bestia que se agita en las oscuridades de nuestro yo termina por imponerse al ángel que fuimos no sé cuándo (o que no fuimos nunca), y, aunque nos disfracemos de tiernos corderillos o de dulces abuelas por...