JUEGOS PARA APLAZAR LA MUERTE (POEMA DE DESPEDIDA PARA LA RED DE BIBLIOTECAS ESCOLARES)
Descubrir en otro
la palabra precisa,
la desolada materia del sueño,
inmóvil, fija sobre el papel.
Palabra que nombra fantasmas
pero también llamaradas de vida
y -al fondo- el eco del mar,
su perdurable presencia momentánea,
olas y horas, sílabas y símbolos.
Todo lo que nos queda, todo y nada:
juegos para aplazar la muerte.
DATOS DEL AUTOR: Juan Luis Panero nació en Madrid en 1942. De profesión
editor. Ha obtenido, como poeta, el Premio Ciudad de Barcelona 1985 con Antes de que llegue la noche y el I Premio
Fundación Loewe en 1988 con Galería de
fantasmas. Existe en Tusquets una Poesía
Completa (1968-1996), muy recomendable, que es la hemos utilizado para esta
ocasión.
COMENTARIO: Sirva este poema como despedida
para la RED DE BIBLIOTECAS ESCOLARES DE SEVILLA de la que he formado parte en
la LÍNEA 1 de dicha red. Hubiera sido más fácil poner un poema de Borges al
respecto, pero encuentro que el de Juan Luis Panero, también queda reflejada en
parte la labor de los bibliotecarios en los centros educativos. Personas
fundamentales que hacen a deshoras, con entusiasmo, rigor y profesionalidad un
trabajo imprescindible y nunca lo suficientemente valorado.
En el poema, Panero, tal vez
piensa en su condición de escritor, pero resulta obvio que también es un lector el que nos habla. Los lectores saben que la literatura, en muchos casos, puede
parecer algo muerto, cosa de fantasmas, y en el mundo que vivimos, leer parece
más denostado que nunca, porque hay que vivir a toda costa, rápido y
superficialmente (todo lo contrario a leer, que es un periodo de sosiego para
profundizar sobre nosotros mismos y lo que nos rodea). Seducidos por las
marcas, las agencias de viajes nos impulsan a vivir la vida con la alegría de
los folletos, todo al alcance de la mano por un modesto precio, las vacaciones
bien saben de nuestra ansia consumista por vivir. Sin embargo, hay personas que
creen lo contrario, que la lectura, las palabras, son llamaradas de vida. En
esa forma de entender la literatura y la vida se encuentran los bibliotecarios
y bibliotecarias escolares. Y es un honor pertenecer a esta estirpe llena de ilusión,
imaginativa, incansable, que con su esfuerzo y pese a los inconvenientes, no
dejan de intentar dar más vida a toda la Comunidad Educativa, muchas veces,
traspasando las paredes de las aulas y los centros.
Ese esfuerzo por intentar crear
lectores, por intentar lograr mentes más críticas, fomentando la belleza y el
pensamiento creativo debería ser mucho más reconocido. Porque de hecho, son
estrategias que luego van a repercutir de manera definitiva en el plano
personal y en el social. Son juegos para aplazar la muerte, pero son juegos muy
serios, que nos ponen vigilantes frente a la mediocridad y la mezquindad
imperante en este mundo. Quien recuerda palabras de Virgilio o de Cortázar o del
propio Panero son, según Borges, más felices. Yo no diría tanto, pero al menos,
son distintos a los que no leen y eso se lo debemos, en muchos casos, a la
labor ingente de los bibliotecarios y su equipo de apoyo, por cierto.
En cualquier caso, feliz verano,
merecidas vacaciones “y -al fondo- el eco del mar”. Hasta pronto: El curso que
viene otro mar nos espera.
ACTIVIDADES:
·
Lee el siguiente artículo de EL PAÍS que hace
una semblanza de la vida y la obra del poeta (o pincha aquí).
Busca información sobre su hermano “loco” y la película sobre esta peculiar
familia: “El desencanto”. ¿Qué te parece la familia de los Paneros?
· Actividad homenaje a las personas
responsables de las Bibliotecas Escolares (la actividad está alojada aquí):
·
Dejar un Comentario en esta entrada, creo que
será la última de este curso. En septiembre volveremos a las andadas, si queréis.
Hola, profesor, gracias de nuevo. El último verso, " juegos para aplazar la muerte", en un principio he pensado, más bien ' mientras se espera la muerte', pero no, al minuto siguiente ya estoy de acuerdo con Panero, sí, porque no creo que sea exagerado, o quizás sí, pensar en lo parecido a cierta muerte que sería para algunos de nosotros una vida sin libros. Amarga sólo imaginarlo. Tan sólo puedo imaginar una peor o, cuando menos, igual a ésa. La vida sin música.
ResponderEliminarPor otro lado me ha resultado muy apetecible esa propuesta de hilar lomos de libros. Lo intentaré y si resulta algo medianamente interesante se lo hago llegar.
Un saludo enorme a todos y especialmente para usted, tenga un feliz verano, con todas las lecturas que de seguro tendrá pendientes lo del último verso quedará más que sobrepasado. Prácticamente inmortal!, jajajajaja.
Gracias a usted. Casi que ya la dejo descansar, no hay que abusar del personal, por otra parte. Yo eterno no seré, ni lo pretendo, ni sería deseable; prefiero lo efímero y con la edad que tengo, ya sé que me queda menos tiempo del que ya he vivido para leer y para seguir por aquí dando la batalla. Aún me quedan algunas lecturas e intentaré hacerlas.
EliminarSi se anima con lo de los lomos, ahora o en cualquier momento, me lo pasa, me encantará verlo (si prueba, le enganchará, sin duda).
Feliz verano.
" Lo que debe saber es que mi esposo bebía, y pisoteó y derrochó nuestros bienes.Y entre tanto allí en casa estábamos Peerkin y yo. Lo mejor que podíamos hacer era tratar de olvidar... Algunos se entregan al brandy, otros a la mentira; y nosotros... bueno, nos entregamos a los cuentos de hadas."
ResponderEliminarEse " entre tanto" y aquel aplazamiento del último verso...
El texto pertenece a Ibsen.
No cabe duda: todos lo que hacemos son juegos para aplazar la muerte. La muerte inapelable y inaplazable. Y a demás tendremos que "superar", o no, en nuestro deambular existencial, todas y cada una de las muertes de los que amamos, que son las que nos mantienen paradójicamente ligados a la existencia. Hemos de superarlo?
ResponderEliminarSuperarlos será imposible. Pero sí acudir a ellos para hacer más soportable lo inevitable. Gracias Diego por pasarte por aquí. Un saludo y vuelve cuando quieras.
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