LLAMADA VIVA
Ponerse al margen
asistir a un pan
cantar un himno
menoscabarse en vano
abrogar voluntades
refrendar cataclismos
acompañar la soledad
no negarse a las quimeras
remansarse en el tomado
ir de lo ceñido a lo vasto
desde lo opaco a la centella
de comisión al sueño libre
ofrecerse a lo parco del día
si morir una hora tras otra
volver a comenzar cada noche
volar de lo distinto a lo idéntico
admirar miradores y sótanos
infligirse penarse concernirse
estar en busca de alma diferida
preparar un milagro entre la sombra
y llamar vida a lo que sabe a muerte.
DATOS DE LA POETA: Ida Vitale (Montevideo, 1923) es traductora, ensayista, crítica literaria y poeta. Fue exiliada cuando la dictadura de 1973. Algunas de sus obras son: La luz de esta memoria; Oidor andante, Sueños de la constancia, Reducción del infinito, al que pertenece el poema de esta semana. En España, la editorial Tusquets publicó su Poesía Reunida y destacamos también un libro, Léxico de afinidades, que nos parece muy interesante como juego acerca de las palabras que hacen de esta poeta una creadora excepcional. Un libro lúcido e inteligente.
Tiene en su haber prestigiosos premios como el Reina Sofía, el Cervantes, el Alfonso Reyes, entre otros. Este mes de noviembre le han concedido el Premio de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL), que por cierto, junto a la de Frankfurt es la mejor feria del libro del mundo.
COMENTARIO: ¿Cuáles son nuestros límites?, ¿hasta dónde podemos llegar?
Resulta difícil no sucumbir a la derrota y al desánimo cuando se vive a contracorriente
(ahora que lo pienso, vivir a contracorriente puede ser incluso subir un poema
a la semana en un blog). Vano esfuerzo es persistir en el error y no aceptar
que con estas reglas de juego que nos han impuesto en un mundo que no
escogimos, el resultado siempre es el mismo: el fracaso. Y, sin embargo,
encuentras a una mujer maravillosa, a una poeta excelsa y te cuenta que no
importa, que prosigas con ánimo renovado. Y lo hace mediante la palabra, claro,
mediante versos insuperables: “menoscabarse en vano/ abrogar voluntades/ refrendar
cataclismos”, “acompañar la soledad/ no negarse a las quimeras”.
Y lo logra desde el detalle mínimo, con imágenes cotidianas,
humildes y al alcance de la mano: “asistir a un pan” o a cualquier otro milagro
que nos rodea: un mirador desde el que ver un paisaje familiar, o un sótano. (Este sótano me ha llevado hasta los versos de Pizarnik: una mirada desde la alcantarilla/ puede ser una visión del mundo/ la rebelión consiste en mirar una rosa/ hasta pulverizarse los ojos). Y nos invita a insistir
en nuestros principios cantando un himno que nos insufle del aliento necesario
para continuar -no es extraño en Vitale que tuvo que exiliarse. Porque conseguir revertir la situación, superar nuestros límites,
llegar más lejos es posible si no abandonamos nuestros propios principios.
En esos días de tormentas que no acaban, cuando estamos a
punto de desfallecer y de tirar la toalla, nada como la lectura de este poema
para provocar un cambio de actitud. Se puede conseguir el milagro, incluso
poniéndose al margen, desde un alma diferida, desde una perspectiva nueva y
distinta. Pero hay que atreverse, ser valiente e intentarlo al menos: llamar vida a lo que sabe a muerte y que
por una vez no venzan los mismos de siempre. Yo lo espero, aunque pierda de
nuevo.
Una ida vital necesitamos en cada momento de debilidad o de fracaso. Ida Vitale para no desfallecer!
ResponderEliminarAsí es, merece la pena conocerla.
EliminarSeguro que sí. Yo no la conozco, habrá que indagar un poco. Mangabri no hace mucho publicó otra pieza suya llamada " Calesita" que me encantó también, una imagen poética de la magia del Tío Vivo de las ferias. Otra delicia.
EliminarGracias siempre.
Verdad!!, Francisco. No cabe el desfallecimiento...
ResponderEliminarGracias y saludos.
Saludos y gracias también a ti por tus comentarios hacia ese triste profesor de Filosofía que ambos tanto apreciamos! Y sigamos sin desfallecer!
EliminarAnte el derrotismo, autocrítica y eternamente volver a empezar.
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