PERO SUCEDE

PERO SUCEDE

No sabemos por qué, pero sucede.
Una niña perdida vuelve a casa.
Llueve y llueve en mitad de un gran desierto.
El cielo se abre en dos, y nos acoge.
Los muertos nos susurran al oído.
Un testigo prefiere la verdad
al dinero o la calma. Un ambicioso
rechaza la injusticia provechosa.
En una celda inmunda, un pobre diablo
se niega a delatar a un compañero.
Una mujer y un hombre –o bien dos hombres,
o dos mujeres- se aman hasta el fin.
Y una familia entera, en la cámara
de gas, se abraza y da gracias al Dios.


DATOS DEL AUTOR: Eduardo Jordá (Palma de Mallorca, 1956), Licenciado en Filología Hispánica en la Universidad de Palma de Mallorca, es narrador y poeta. Vive en Sevilla desde 1989. Sus últimos libros son la novela Pregúntale a la noche y el libro de poemas Pero sucede. En este último ámbito ha sido galardonado con los premios Renacimiento y el Ateneo de Sevilla.


COMENTARIO: Algunas veces necesitamos desprendernos de la vorágine que nos rodea. Uno se cansa de tantos discursos apocalípticos, de tanta insensatez y mezquindad de los que nos gobiernan y que los medios azuzan para crear miedos, incomprensiones y enfrentamientos espurios. Por eso el poema de esta semana quiere ser un alegato mínimo de esperanza. 

El poema de Jordá tiene el tono íntimo adecuado, reproduce ese mismo susurro que viene de la voz de los muertos del que habla en el quinto verso. Una voz familiar y clara que nos habla desde la verdad. Porque es verdad que a veces sucede y la pérdida se reconstituye, la privación o la escasez se disipan y las predicciones más desalentadoras no se cumplen finalmente: Llueve y llueve en mitad de un gran desierto./ El cielo se abre en dos, y nos acoge.
Ocurre a veces, no podemos negarlo, que todo coincide para que nada nefasto se cumpla. Pero, si bien es cierto que parece cosa del azar que llueva en un desierto o que una niña regrese sana y salva, me parece más reconfortante que haya un factor humano en esos pequeños milagros. ¿Por qué todo el mundo tiene que tener un precio?, ¿por qué todo el mundo va a preferir no mojarse cuando asiste a una injusticia delante de sus ojos? Yo quiero creer, porque sucede a veces, que el usurero no se aprovecha siempre aunque pueda hacerlo; quiero creer, porque sucede a veces, que en el corazón de los "pobres diablos" hay cierta dignidad y lealtad que los hace humanos; quiero creer, porque sucede a veces, y lo he visto con mis propios ojos, que el amor sincero existe... Porque además es necesario en estos tiempos que corren. Necesitamos poemas y poetas como Eduardo Jordá que nos recuerden que somos mejores personas. Ahora que la mediocridad y la vileza parecen triunfar en nuestro país y se imponen la sinrazón y los gritos, resulta indispensable encontrar poemas que con sosiego rescaten algo de lucidez y esperanza en el otro, en el que piensa y siente distinto a nosotros. Porque de lo contrario solo nos queda consolarnos con un rezo incierto o que algún dios nos aparte de este mundo inmundo. Pero sucede que yo soy ateo. 

ACTIVIDADES:
  • DEL POEMA AL RELATO: En el poema hay varias historias que se entrevén: una niña perdida que vuelve, un encarcelado que no delata al compañero, un testigo que no se deja comprar, una pareja de enamorados, la familia en la cámara de gas...; escribe en prosa alguna de estas historias.
  • Imaginas otras cosas que suceden y que refuerzan la idea del poema de Jordá.
  • ¿Crees que algunas personas que son testigos de un delito prefieren no meterse en problemas, la calma -como se dice en el poema-, antes de denunciar? ¿Por qué?, ¿qué te parece su actitud?
  • Haz una breve redacción con el siguiente tema: ¿Tiene todo hombre un precio? Mi posición al respecto.
  • Un blog se alimenta de comentarios. Deja uno si te apetece en esta entrada.

Comentarios

  1. Gracias, profesor, por el poema y por su comentario. Es un gusto esperarlo cada domingo. Bonito poema optimista y esperanzador. Hagamos que suceda, está en nosotros, y en vez de un "pero" pueda ser un " a menudo". "Ojalá que llueva café en el campo..."🎶

    ResponderEliminar
  2. Este poema es verdaderamente bueno. Gracias a ti por esperarlo y por comentar (tengo pendiente los de la semana pasada aún, tengo que inspirarme para estar a tu altura...). Yo creo que sí, que está en nuestras manos, porque ya de dios no espero nada y de algunos hombres un poco más.

    ResponderEliminar
  3. "ROMEO.- Valor, amigo; la herida no puede ser grave.

    MERCUCIO.- No, no es tan profunda como un pozo, ni tan ancha como una puerta de iglesia, pero..."alcanza.

    Ay!, profesor, si usted no hubiera puesto ese 'ya' en lo referente a Dios, todo habría casado bien con su condición de ateo manifestada anteriormente. Ahh!!, pero se le coló ese 'ya' y entonces...me pareció más compatible con un desencantado que con un ateo ( al menos no con uno de toda la vida). Y entonces, aún sin conocerlo, lamenté la sospecha de cierta herida. Y me acordé de esos versos y espero que, sea cual sea su tamaño, y en caso de que la sospecha se confirmara, espero que confíe en que antes o después 'oirá ladrar a los perros'( "No oyes ladrar a los perros", Juan Rulfo).

    Arriba los corazones!!, profesor.

    ResponderEliminar
  4. Ay compañera!, casi me fue imposible sustraerme a las creencias que heredé. Y no reniego de esa experiencia, pero ya mi abuelo le decía a su hija y a la sazón monja de la Cruz: "Niña, dile a tu dios que pruebe con otro". Y claro, uno desde pequeño quería ser como su abuelo, es decir, calvo, gordo y ciego, pero feliz y con un talante que hacía feliz al que estuviera a su lado. En fin, que todo sea por parecerme a mi abuelo (en lo físico me queda poco). Un abrazo y no te preocupes, que la herida, sino cicatrizada del todo, la llevo bien, casi pensará el que no me conozca que no se nota, a pesar del reguero de sangre que dejo tras mis pasos.

    ResponderEliminar
  5. Digo que si sucede!! Y tanto que sucede!! A veces, sólo a veces, pero acontece que siendo lunes apenas lo parezca porque ayer no pareció domingo. Retrasé la acostada mal entretenida con la información del pseudo referéndum esperando que diera señas de identidad ese domingo, pero no. Hasta que no se manifieste el domingo cómo podrá llegar mañana el martes?
    Por no perderme voy a recoger la cocina que es tarea común a todos los días y ya espero ubicarme en breve.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario