POEMA DE BIENVENIDA AL ALUMNADO

(VOLVERÉ A MORÓN)

Volveré a Morón.

Pasearemos por la Alameda,

haremos, de vez en cuando, una pintada

con pájaros y mariposas,

y seguiremos creyendo en la revolución,

haciéndola cada día más adentro.

Volveré a la raíz

y hablaré con los hijos de los hijos de mis amigos

de poesía y flamenco. De vino y del tiempo

por venir. Bailaremos

por la noche entre perros solitarios

que moverán el rabo después del beso.

Volveré a Morón. A principio de la cal

y la rabia. De la fiesta y la sombra.

Al atardecer pasearemos por la Alameda.

Volveré a Morón para arrojar todas

las llaves inservibles y entregar

a mis amigos la que lleve escrita

tu nombre. Poesía:

Árbol de relámpagos que ilumina

la oscuridad del silencio.

DATOS DEL POETA: Julio Vélez (Utrera, 6 de mayo del año 1946 - Francia, 23 de diciembre de 1992). (Ver actividades). 

COMENTARIO: Hay que volver al trabajo, al quehacer diario, a la rutina..., hay que volver al instituto. Y que mejor manera de hacerlo que a través de las palabras de un grandísimo poeta local. A menudo no nos damos cuenta de lo importante que son determinados lugares en nuestras vidas. Lo es un pueblo, un sillón de un paseo o un parque, pero también un centro educativo -aunque nos cueste admitirlo, lo sabemos a ciencia cierta. Además, sospechamos que es primordial si volvemos con la actitud que Vélez mantiene en este poema. Debemos seguir "creyendo en la revolución". Porque eso debe ser la enseñanza: una revolución, un continuo cambio para mejorar en nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar.

Probablemente ese cambio sea íntimo y personal -interior, como se dice en la primera estrofa. Un cambio que, por lo poco que sabemos del poeta, Julio Vélez experimentó de la mano de Diego del Gastor. El guitarrista, entre otros, lo acercaron a un modo de entender la vida de una manera auténtica y profunda, sumergiéndose en el mundo del flamenco, del cante, del baile, de lo hondo. En parte el poema revela ese aprendizaje para diferenciar lo superfluo de lo banal. Julio Vélez volvía a Morón para reaprender eso mismo: "Volveré a Morón para arrojar todas/ las llaves inservibles", y nosotros, docentes, alumnado y familias, deberíamos aprender a diferenciar lo innecesario de lo esencial. Cada uno tendrá su propia lista de cosas substanciales y las accesorias y no estaría mal ponerlas encima de la mesa antes de entrar en un centro educativo, en un aula o en cualquier otro lugar (evitaríamos muchos malentendidos). En cualquier caso, nosotros defendemos desde aquí la importancia absoluta de la literatura, de la lectura crítica, de la poesía hecha desde la autenticidad para alentar esa revolución interior que debería ser toda enseñanza. La literatura y la lectura conforman las raíces y el tronco de ese árbol de relámpagos (¡qué imagen más hermosa!) que pretende iluminar la oscuridad del silencio.

Bienvenidos, queridos alumnos, al intento de arrojar algo de luz a un mundo oscuro y hostil. Empezamos.

ACTIVIDADES:

• Busca información sobre la vida y obra de Julio Vélez.

• Haz una breve investigación entre tu círculo familiar sobre el poeta (alguna anécdota, algún documento, etc.) y compártelo con el resto de compañeros.
• Busca información relevante sobre Diego del Gastor y su relación con Julio Vélez.
• En Morón de la Frontera la cal es muy importante, ¿a qué se refiere el poeta con estos versos: Volveré a Morón. A principio de la cal/ y la rabia?
• ¿Crees que la enseñanza puede ser revolucionaria?, ¿en qué sentido?
• En este blog hay muchas etiquetas (arriba a la derecha, en el desplegable), busca una sobre la utilidad de la poesía y lee otros poemas relacionados con esa entrada. ¿Crees que la poesía sirve para algo? ¿Y este blog?
• Haz una lista con cosas substanciales y accesorias que tengan que ver con la educación en un centro educativo o en tu propia vida.
• Haz un comentario en esta entrada, un blog se alimenta de ellos.