EL PESO DEL MUNDO
No puedo leer un solo
libro.
Una sola página.
Un solo párrafo.
Ni una línea.
No puedo escribir,
ni coger el teléfono,
ni encender un cigarrillo,
ni extender las piernas,
ni levantarme
siquiera
de esta silla.
Si me buscara
el pulso
estoy seguro
de que no me lo encontraría.
Realmente no sé
lo que me pasa.
No es asco.
No es hastío.
No es abulia.
No es cansancio.
No es indiferencia.
Son todas esas cosas
y no es ninguna.
Es como si el mundo
se me hubiera
parado
encima.
Una sola página.
Un solo párrafo.
Ni una línea.
No puedo escribir,
ni coger el teléfono,
ni encender un cigarrillo,
ni extender las piernas,
ni levantarme
siquiera
de esta silla.
Si me buscara
el pulso
estoy seguro
de que no me lo encontraría.
Realmente no sé
lo que me pasa.
No es asco.
No es hastío.
No es abulia.
No es cansancio.
No es indiferencia.
Son todas esas cosas
y no es ninguna.
Es como si el mundo
se me hubiera
parado
encima.
DATOS DEL POETA:
Roger Wolfe (1962- ). Poeta español. Nació en
Westerham, Inglaterra, 1962, pero afincado en España desde la
infancia. La obra de Roger Wolfe , resulta elocuente sobre el cambio
de la poesía española en los últimos años. Poesía realista,
vinculada a los datos y elementos de la realidad más inmediata, sin
evitar los especialmente desagradables, que se transmiten mediante un
lenguaje prosaico, vulgar a veces y,en todo caso, de signo coloquial,
donde se dibujan historias personales que ponen en cuestión el
universo simbólicamente popperiano y groseramente neoliberal
(reaganiano ) en el que nos movemos. Con Wolfe aparece en nuestra
lírica el realismo sucio -de hecho sus poemas recuerdan a veces los
de Raymond Carver, a quien sin duda ha leído.
OBRA POÉTICA:
Diecisisete poemas, Caffarena, Málaga, 1986; Máquina de sueños,
Ateneo Obrero, Gijón, 1991; Días perdidos en los transportes
públicos, Anthropos, Barcelona, 1992; Hablando de pintura con un
ciego, Renacimiento, Sevilla, 1993; Arde Babilonia, Visor, Madrid,
1994.
COMENTARIO: En
esta época del año, infernal para los que sufren de asma o alergias
estacionales como yo, todo parece venirse abajo. Si le añadimos las
circunstancias políticas, económicas y sociales, el mundo parece
que descarga todas sus miserias sobre nuestros hombros. Pero no
desfallezcamos, tomemos aliento, todavía quedan cosas por las que seguir en pie, todavía hay luchas dignas y huelgas en las
que reivindicar nuestra dignidad. Aún podemos salvarnos.
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