LO QUE NO ES SUEÑO


Déjame que te hable, en esta hora
de dolor, con alegres
palabras. ya se sabe
que el escorpión, la sanguijuela, el piojo,
curan a veces. Pero tú oye, déjame
decirte que, a pesar
de tanta vida deplorable, sí,
a pesar y aún ahora
que estamos en derrota, nunca en doma,
el dolor es la nube,
el dolor es el huésped,
la alegría, la casa.
Que el dolor es la miel,
símbolo de la muerte, y la alegría
es agria, seca, nueva,
lo único que tiene verdadero sentido.
Déjame que, con vieja
sabiduría, diga:
a pesar, a pesar
de todos los pesares
y aunque sea muy dolorosa, y aunque
sea a veces inmunda siempre, siempre
la más honda verdad es la alegría.
La que de un río turbio
hace aguas limpias,
la que hace que te diga
estas palabras tan indignas ahora,
la que nos llega como
llega la noche y llega la mañana,
como llega a la orilla
la ola:
irremediablemente.

DATOS DEL POETA: Claudio Rodríguez (Zamora, 1934 - Madrid, 1999) Perteneciente a la Generación del 50. Publicó su primer libro, Don de la ebriedad (1953), cuando tenía 19 años; vinieron luego Conjuros (1958), Alianza y condena (1965), El vuelo de la celebración (1976) y Casi una leyenda (1991). En 1987 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española.

COMENTARIO:  Vuelvo a este poema de Claudio Rodríguez para animar y animarme en esta semana de movilizaciones y huelga. Claro que el poeta no piensa en estas cosas y su reivindicación de la alegría, el hogar, etc., está muy lejos de ello; sin embargo, nuestra lectura del poema utiliza libremente sus versos para esta interpretación parcial y legítima, por otra parte. Me sirven para tal propósito, al menos, los versos siguientes: "que estamos en derrota, nunca en doma".
Pues eso mismo: "estamos en derrota, nunca en doma". Ánimo a todos los que lucháis por vuestros derechos y por un futuro en el que la educación no se dirime por valores mercantiles, podemos hacer algo todavía...

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