CICUTA
CICUTA Vivimos en una época en que sólo lo superfluo es necesario Oscar Wilde (El anzuelo) A base de tanto morder la cicuta endulzada y adictiva prendida del anzuelo, vamos quedando cada vez más inconscientes y nos cuesta menos confundir la transparencia del aire con el televisor de plasma, la marca de perfume, de traje o de gafas; nos dejamos deslumbrar por sus reflejos opacos y creemos que vanidad es elegancia, o hacer ruido en los medios fama, que la libertad nos viene dada por el último diseño de automóvil y el calor del hogar se obtiene a base de maderas nobles, sillones de piel, sofisticados vidrios y tecnologías últimas -hogares inteligentes los llaman- todo ello reemplazable en la medida que ordenan las modas, efímeras a voluntad, que prosperar es competir a cualquier precio, calidad de vida poseer todo aquello que se puede comprar, ...