CICUTA
CICUTA
Vivimos en una época
en que sólo lo superfluo es necesario
Oscar Wilde
(El anzuelo)
A
base de tanto morder la cicuta endulzada
y
adictiva prendida del anzuelo, vamos quedando
cada
vez más inconscientes y nos cuesta menos
confundir
la transparencia del aire con el televisor
de
plasma, la marca de perfume, de traje o de gafas;
nos
dejamos deslumbrar por sus reflejos opacos
y
creemos que vanidad es elegancia, o hacer ruido
en
los medios fama, que la libertad nos viene dada
por
el último diseño de automóvil y el calor del hogar
se
obtiene a base de maderas nobles, sillones de piel,
sofisticados
vidrios y tecnologías últimas
-hogares
inteligentes los llaman- todo ello reemplazable
en
la medida que ordenan las modas, efímeras a voluntad,
que
prosperar es competir a cualquier precio,
calidad
de vida poseer todo aquello que se puede
comprar,
usar,
tirar...
Y
vendemos finalmente
nuestras
almas a un diablo de papel
mientras
se nos disuelve en el estómago
la
envoltura dulce de su cebo envenenado.
DATOS DEL POETA:
Rafaela Hames Castillo (Córdoba, 1962) es una reconocida
poeta. Entre sus obras podemos destacar: Funámbulos, Desde la
Aurora, Ser Agua, El Tránsito, Algo más que Luz y su último
libro Barakah (Detorres Ediciones, 2015), al que pertenece
esta Cicuta.
COMENTARIO: Este poema de Rafaela Hames viene a
desarrollar la cita de entrada de Wilde, que bien podría haber sido
la LXVIII de Proverbios y Cantares, de nuestro Machado. Y es
que Hames, con elegancia, sin aspavientos ni griterío, va
desglosando una batería de situaciones cotidianas que, por
evidentes, nos pasan desapercibidas del todo. ¿Cómo es posible que
confundamos la libertad con un coche, el calor del hogar con sillones
de piel o la calidad de vida con aquello que se puede comprar, usar y
tirar...? Tal vez, el secreto de vivir consiste en distinguir lo
importante de lo superficial y es cierto que en nuestra época todo
parece encaminarse para que nos resulte imposible establecer este
fácil criterio. Nos preocupamos por tener, y no por ser, como
defendían los existencialistas franceses, pero el problema está en
el anzuelo al que le dedica pocos versos la poeta cordobesa. Esa
dulce cicuta, ¿qué es?, ¿dónde está?, ¿quién la prepara y qué
mecanismos utiliza para hacer pasar veneno mortal por dulce señuelo?
Se nos dirá que la publicidad, la mano negra que todo lo mueve o ese
“diablo de papel”, puede ser la clave para responder a esas
preguntas. Y, sin embargo, aunque coincidamos con esta posibilidad,
creemos firmemente, que la cuestión es más íntima y personal. El
individuo, la persona, el hombre de carne y hueso es el único
responsable de discernir la tesitura entre lo importante y lo banal.
No nos dejemos engañar por más tiempo, porque el estómago de
nuestra época está a punto de explotar y debemos recuperar nuestro
Barakah cuanto antes.
ACTIVIDADES:
- En el comentario se alude a una famosa composición de un libro de Machado. Busca la referencia. ¿Crees que podría tener alguna relación LXVIII con el poema de Hames? Explica tu postura.
- Elige algunos poemas de los Proverbios y Cantares de Machado y explica tu elección.
- Establece en una lista las cosas que te parezcan importante y las que son prescindibles en tu vida cotidiana.
- Investiga qué significa el nombre que da título al libro del que se ha extraído el poema.
(El poemario y la autora
han pasado
por la Feria del Libro de
Peñarroya-Pueblonuevo (2015), y han reafirmado
mi postura acerca de qué
debo considerar importante y superfluo.
Por ello, este poema se lo dedico a todas las personas-libro
que ayer estuvieron narrando en la Feria del Libro,
un sábado por la tarde.
Por ello, este poema se lo dedico a todas las personas-libro
que ayer estuvieron narrando en la Feria del Libro,
un sábado por la tarde.
Gracias, por tanto, a Rafi
y a Calixto Torres por su generosidad)
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