FIN DEL VERANO
Suele ser en las tardes de septiembre:
declina el sol, cambia el color
del cielo,
la brisa se hace incómoda de pronto,
la claridad que agosto
regalaba
resbala ya hacia la playa oscura.
Se marcharon los rostros
sonrientes
dejando en sombras las terrazas, gestos
de ocio, de placer,
de indolencia:
lo fugaz y lo incierto del verano,
las telas blancas, la luz, la ligereza,
los cuerpos transcurriendo en
el descuido
lento y hermoso de la juventud.
A traición, una tarde de
septiembre,
el tiempo se hace gris y se dan prisa
las horas que en
agosto eran eternas.
La arena ya no siente el pie descalzo.
El mar, que
fue la vida, ahora es silencio
y este viento de otoño, inesperado,
es
el saludo breve de la muerte.
DATOS DEL AUTOR. Juan Lamillar (Sevilla, 1957). Filólogo y profesor en la Universidad de Sevilla. Su primer libro de poemas fue Muro contra la muerte (1982), ha sido galardonado con varios premios de poesía. Otros de sus títulos son: Las lecciones del tiempo; La hora secreta; Entretiempo, etc.
COMENTARIO: Permitidme, en este primer poema del nuevo curso que ahora comienza, un texto de pura nostalgia hacia un pasado apenas entrevisto y vivido, porque todavía ayer era final de agosto y feria en muchos pueblos. Sin embargo, la hoja del calendario se corta y aparece SEPTIEMBRE y ya "el tiempo se hace gris", a traición, sin esperas, sin posibilidad de adaptación. Como Juan Lamillar, muchos tendréis todavía arena en la piel y sal en los labios..., sin embargo, el viento de otoño, si no ha llegado aún por estos lares, sí lo sentimos debajo de la piel y en la retina.
Amigos, la muerte otoñal nos saluda con una brisa incómoda, recibámosla como se merece: volviendo a la vida cotidiana y gris de las prisas, que también tienen el ligero encanto del silencio.
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