S/T
Dejamos
que se fueran cayendo
las casas de los padres
abandonamos los huertos
Ruinas de adobe aragonés
en los campos vacíos
ruinas de piedra
castellana
en el páramo limpio
ruinas de sal y sueño.
Perdimos
la dignidad de los pobres
sin ganar el aplomo de los
ricos
Pensando que ascendíamos
nos dejamos caer
más abajo reabajo
requeteabajo
Asfaltamos hasta las
grietas del alma
pensando que llegábamos a
alguna parte
Nos creíamos modernos
desarrollados libres:
no éramos nada más que
nuevos ricos
envilecidos un poco más
cada día
La libertad sigue siendo
proyecto
y echamos
tanto de menos la fuerza
de soñar
DATOS DEL POETA: Jorge
Riechmann (Madrid, 1962) es filósofo, ensayista, matemático,
traductor, ect., como poeta ha sido galardonado con varios premios
tan prestigiosos como el Internacional Gabriel Celaya. Entre su
dilatada obra, no podemos dejar de señalar, El
día que dejé de leer EL PAÍS
(Hiperión, 1997); Tránsitos
(antología poética 1981-2006); y
creo que su último libro es Himnos
craquelados.
Ed. Calambur, 2015.
COMENTARIO: Hay
poetas que escriben para amontonar palabras, ha dicho alguna vez
Riechmann, pero él se encuentra entre aquellos que mantienen una
desesperada resistencia, nunca inútil, al modo de los almendros en
los que se fija cuando va por la autopista. Este es el valor de su
poesía y de su persona: su mirada se posa en los detalles más
comunes del mundo que habitamos aprisa y corriendo. Por eso no
necesita de palabras grandilocuentes para decir una verdad que es un
puño, o un puñetazo a la conciencia del lector. Y es que estamos
ante uno de esos poetas comprometidos, que los profesores tildan de
poetas sociales porque no se callan y denuncian con sus poemas la
realidad cotidiana. No están de modas estos poetas, otros son ahora
los que tienen éxito, sin embargo, debemos admitir que el precio que
pagamos por obviarlos es alto: la casa de nuestros padres están en
ruinas. Esperemos que al menos, con este poema, podamos recuperar
parte de la fuerza de soñar, tan necesaria ahora que nos hemos dado
cuenta que no somos tan ricos (nunca lo fuimos y bien que lo estamos
aprendiendo), ni tampoco, tan dignos, como debiéramos.
ACTIVIDADES:
- Busca información sobre la llamada poesía social. Cita algunos de los poetas españoles del siglo pasado que formaban parte de esta categoría.
- ¿A qué se refiere el poeta cuando habla de la dignidad de los pobres?
- Explica con tus palabras la tercera estrofa del poema.
- ¿Por qué este poema puede ser un “puñetazo a la conciencia del lector”? Razona tu respuesta.
- ¿Qué son para ti palabras o expresiones grandilocuentes? Cita o inventa tres ejemplos.
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