BENDITA SEA LA IRA (DÍA ESCOLAR DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA)
Bendita sea la ira
la pálida ira silenciosa
que tiembla igual que un arco demasiado tenso
o la ira colérica
que grita con voz resonante
y la oscura ira abismal
que retumba en la campana de alarma de la tormenta
Bendita sea la ira
que con su guadaña de luz
despierta al indiferente
y con su fuego
oscurece la sonrisa del tramposo
la ira que desenmascara
al ostentosamente dadivoso
y al que acepta con avidez
Maldita sea la ira
que habla con la lengua del odio
sólo para extender más odio
Huye de esta ira engañosa
como si de una serpiente venenosa huyeras
Pero no huyas de la ira
que embriagada de furor
tropieza con sus palabras
préstale
la oreja redonda de la paciencia
Y tu propia ira contenida
que se retuerce como un sacacorchos
en tu corazón
o susurra como una abeja
encerrada en tu mano:
libérala
reparte contigo mismo
las frutas de tu ira
Bendita sea la ira
que con su discurso brillante
agudiza y se yergue
haciendo huir a la maldad
al igual que las sombras
huyen de la luz-
Bendita sea la ira que lucha
por más vida en la vida
más amor en el amor
más justicia en la justicia.
DATOS DE LA POETA: María Wine (1912-2003) es una reconocida poeta sueca. Sin embargo, y que yo sepa, en español, salvo poemas sueltos en Antologías como la de Litoral u otras de tipo general, hay dos libros publicados de ella: uno es muy difícil de encontrar porque es de finales de los 70, y el otro es del 2001, La incierta nave del quizá (Libros del Innombrable). Así que pocos datos conozco: que se casó con el también poeta sueco Artur Lundkvist, que escribió prosa, pero que es conocida por su labor como poeta.
COMENTARIO: Según la ONU: “la cultura de paz consiste en una serie de
valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los
conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante
el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones”. Y
desde luego, en los centros educativos (en los públicos, ignoro en los
concertados y en los privados), no hay nadie que reniegue de esos instrumentos
para intentar alcanzar los objetivos de la cultura de la paz. Desde la educación, desde luego, debemos esforzarnos
para construir juntos y en todos los planos una Cultura de Paz. Pero es curioso
que las herramientas que tenemos para ello, planteen a su vez los mayores
desafíos: el diálogo entre iguales, la comprensión sincera y la colaboración
entre culturas y personas muy distintas que no siempre se tienen en
consideración. Por otro lado, frente a la cultura de la Paz, con la dedicación
exclusiva a este tipo de efemérides en el aula, las injusticias, el dolor, el
sufrimiento -a veces gratuito o cómplice- no cesan.
Por todo ello, el poema de María Wine (¿quién será esta
poeta…?) me parece tan acertado para una semana en la que se celebrará el Día
Escolar de la Paz y la No Violencia. Porque en él no se apela al diálogo, ni a
unir las manos o pintarlas de colores en un muro, ni a cantar el Imagine o hacer palomas blancas de papel
con mensajes cómodos o manidos. No. En el poema se apela a la necesidad de la
ira, que, en principio, debería ser precisamente de lo que deberíamos huir para
establecer el diálogo (los que somos muy mayores, recordamos con emoción como
nuestros padres cantaban Libertad sin ira,
de Jarcha y todavía respetamos ese himno de la transición española, en la que
la clave, como no, fue el diálogo, pero ya ha llovido mucho y la música tiene
otros enganches).
La ira no es un rasgo de la personalidad, resulta más fácil
catalogarlo como un estado emocional, Y, sin embargo, en la tipología esgrimida
por la autora sueca (aunque nacida en Dinamarca) uno se siente identificado en
algunas de las clasificaciones que nos proporciona de una manera personal. Por
ejemplo, cuando se refiere a “la ira que desenmascara/al ostentosamente dadivoso”,
que no aguanta más al desprendido, al pasota, a los mediatintas que no
queriendo mojarse, mantienen un status
quo injusto con los más débiles. Wine nos demuestra, con valentía, usando
un lenguaje limpio, sin retruécanos, que la ira es buena: su poema nos proporciona
energía para actuar, abre nuestros ojos a una realidad que no querríamos ver
sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. La ira, en su poema, nos descubre
una verdad que nuestra conciencia conoce a la perfección: todos podemos hacer
mucho más para cambiar nuestra sociedad. Lo sabe nuestro corazón, revolotea en
nuestras manos.
Esa bendita ira no cierra en balde la herida alojada en
nuestros corazones. Al contrario, nos aleja de la ira del odio y nos empuja a
ser mejores, a intentar hacer de este mundo un mundo con más justicia, más
amor, más vida. ¡Bendita Wine que reconoce que no hay paz si hay injusticias!
Yo comparto, sin conocerte, la necesidad de tu ira.
ACTIVIDADES:
- Investiga sobre esta poeta. Y comparte con todos, en la zona de comentarios, la información.
- Realiza una tipología de los tipos de ira que aparecen en el poema. Inventa otras posibles.
- En el Comentario se señala uno de los tipos de ira con el que identificarse personalmente. Elige la tuya y explica tu elección.
- Hay un tipo de ira de la que hay que huir, ¿cuáles son las razones que se señala en el poema? Elabora tres ejemplos concretos en los que habría que huir de esa ira.
- En el Comentario se alude a la definición de la Cultura de la Paz de las Naciones Unidas. Debes conocer sus 8 ámbitos de acción (pincha en la imagen de abajo para ampliar la imagen), ¿crees que falta alguno más?
- En nuestro centro, la canción que ha elegido el Departamento de Música para celebrar este día es La Bala, de Calle 13. ¿Qué te parece dicha elección? Busca información sobre este grupo puertorriqueño y elige alguna otra canción que también podríamos haber elegido sobre esta temática.
- Recomienda canciones para celebrar este día, pero por favor, que os gusten de verdad. Me da igual que sean de rap, hip hop, indie, metal, flamenco, etc. Justifica tu elección.
- Deja un comentario en este blog acerca del tema, del poema o de la poeta elegida para conmemorar esta efeméride.
Hay una imperiosa necesidad de ira que impulsada por la indignación sacude a los dormidos en el sueño de la comodidad y de lo políticamente correcto, a los sin sangre que son incapaces de cagarse en la puta que parió a tanto cabron explotador y corrupto. Es la ira que sale a borbotones de la boca para denunciar el camino hacia la nada que sigue esta sociedad. Esa ira que es la antítesis de la ira que lleva al sucio odio.
ResponderEliminarBendita sea la Ira.
Pedro, estoy de acuerdo contigo. Esa ira es necesaria y hay que reivindicarla. La del odio por el odio, no; pero las que tú indicas, ¿cómo no?
EliminarLa de aquellas uvas de Steinbeck. Hay por ahí una sentencia de no sé quién que advierte de la ira del hombre bueno como la más temible. Me quedo con esos últimos cuatro versos. Mil gracias, compañero. Precioso.
ResponderEliminarSteinbeck, claro. La otra referencia, me suena de la Biblia y de Tarantino y de una de mis personas-libro que se empeñaba en narrarlo..., ¿te refieres a ese pasaje?.
EliminarPor otro lado, creo que en muchas ocasiones un poema se sostiene en una estructura inteligente y en el fulgor final que hace que el poema se te quede en los labios y en la memoria. Creo que es el caso del de esta semana: imposible olvidar ese final maravilloso. Simple y maravilloso.
Un saludo y gracias a ti por continuar ahí.