INFINITÉSIMAS VECES, TRATÉ DE OLVIDARTE



Bailo para ti, a solas,

deletreando esta pasión oculta
en el soslayo de tu indiferente mirada.
Como un perro hambriento te busco
en las gélidas noches del desencuentro.
Tan cerca y a la vez tan lejos,
amándote de esta manera
en un símil de deseo encarnecido y descarnado,
alimentado de ilusiones vanas
sobre batallas perdidas
ensordecidas en el laberinto de tu ausencia.

Mi piel resquebrajada de no rozarte
en un eco infinito de lamento
aferrado a un recuerdo
que no puedo aniquilarlo:

ganan la batalla los colores de aquellos lugares
que no contemplaron felices,
el sabor de aquel beso al caer la tarde,
tu boca sobre la mía,
mi cuerpo entregado al tuyo
cuando tu voz se centraba en nuestro universo.

Me resisto a ser naufrago oxidado
en la oscura noche del olvido
y trato de rescatarte en estos versos
bebiendo soledad amarga
desde nuestra calle compartida
cuyo nombre ya nadie recuerda.



DATOS DE LA POETA: Maribel Domínguez Duarte, Madrid 23 de noviembre de 1.971. Licenciada en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad en la que vive. Libros de Poesía: "Nombre de Mujer" 2018 y "Dos suspiros sobre la almohada" 2020. Tiene también publicado el fanzine "Cortoletrajes y ropa de cama" con poemas suyos e ilustraciones de Zia Mei.
Aficionada al teatro, pertenece a las compañías "Thithya Teatro" y "A Scena". Ha participado en obras como "Don Juan Tenorio", "La Venganza de Don Mendo", " Los Habladores", "Don Alonso enamorado", actualmente prepara "El alcalde de Zalamea".
Codirige y presenta junto a Zia Mei el programa de radio "Ola de entretiempo" sobre actividades culturales en la emisora Radiocreactividad.

COMENTARIO:  La poesía es, muchas veces, una forma de no rendirse. Escribir es intentar salvar algo del naufragio. Porque el lenguaje, cuando es preciso, cuando es verdadero, se convierte en un lugar donde lo vivido puede permanecer. Incluso si ya no hay nadie al otro lado. Incluso si la memoria duele. Toda palabra pronunciada lleva dentro otras palabras. Todo presente se levanta sobre los escombros del pasado. En cada metáfora, en cada imagen, hay solapadas otras imágenes imborrables de lo que fue. Una especie de eco que nos llama y nos salva. El poema de esta semana, nos recuerda que la vida no se extingue del todo mientras haya quien la nombre. Y ese nombrar pertenece a los escritores, a los poetas y a los que los leemos, por supuesto.

Hay amores que ya no caben en el cuerpo, porque la ausencia o la distancia conforma un espacio, un vacío, que parece que es nada. Y, sin embargo, si se salva esa distancia, esa ausencia, lo logra la escritura. Porque cuando ya no hay forma de hablar con el otro, cuando la ausencia se vuelve irremediable, solo queda hablar del otro. Recordar lo dicho, lo vivido, los gestos, los lugares, las derrotas, como en el poema de Maribel Domínguez. Y se puede hacer, ya lo veis, la poeta madrileña lo consigue, con la precisión de quien no quiere olvidar nada. Con la obstinación de quien escribe para no perder el todo.

Este poema es un lamento, sin duda. Es el grito de amor de alguien cuando ya ese amor es imposible, en principio. Pero es también una resistencia, una lucha infructuosa, no correspondida, quizá, contra el fin del amor. Es una apología contra el olvido, una forma de sostener la memoria cuando amenaza con borrarse. La poeta no acepta el silencio final; por eso se escribe. Porque sabe que, a veces, las palabras no bastan. Pero también sabe que son lo único que nos queda. En la poesía el amor no acaba. En la vida parece que es un hecho contrastable, miles de parejas desaparecen diariamente, porque todo tiene un final en la vida real, y eso no ocurre en lo que se escribe: verba volant, scrīpta mānent. 

Hay un magnífico artículo de Lola Pons que nos recuerda que las palabras no solo dicen, también conservan. La catedrática sevillana enseña que los significados que heredamos vienen de una historia, de una sombra que aún proyecta su tenue luz. En Ten cuidado, por ejemplo, se centra en el verbo cuidar, que proviene del latín cogitare, es decir, pensar. En su origen, cuidar no era solo asistir, proteger o consolar: era pensar con insistencia, mantener viva una idea, una persona, un sentimiento. Ese pensar persistente, ese pensamiento que no se rinde, es también una forma de afecto. De atención amorosa.

Y quizá eso sea lo que hace este poema: cuidar lo perdido pensándolo. Nombrarlo no para retenerlo, sino para acompañarlo muy dentro, hasta el tuétano, para que no se extinga del todo. Porque lo que no se nombra desaparece. Pero lo que se piensa con palabras exactas, lo que se recuerda sin que se disuelva en el ruido, eso, aunque duela, porque todo tiene un fin, por la ausencia o la distancia, permanece. Como un gesto de amor. Como una forma de cuidado. Pensando a todas horas en lo que se fue y se perdió y que, sin embargo, perdura en las palabras, en la poesía -en lo que intenta ser este blog también.

Agradecemos a Maribel Domínguez su paciencia con nosotros, ya forma parte de La voz de la Poesía


ACTIVIDADES:

  • Inventa otro título para el poema. Justifica tu elección.
  • ¿Qué significa “bailo para ti, solas”? ¿Cómo se relaciona con el resto del poema?
  • ¿Qué imágenes del poema te han impactado más? ¿Por qué? 
  • Abre un diccionario etimológico. ¿Qué otras palabras descubres en él que hayan cambiado de significado con el tiempo?
  • ¿Estás de acuerdo con la idea de que “la poesía es una forma de no rendirse”? ¿Por qué?

  • Lee el artículo completo de Lola Pons, pincha aquí. Escribe un texto breve (puede ser en prosa poética o poema) en el que expreses lo que quieres cuidar del olvido: una persona, una experiencia, un lugar o una emoción. Intenta que las palabras transmitan no solo lo que ocurrió, sino lo que permanece en ti de aquello.
  • ¿Cómo cambia tu visión de lo que significa cuidar al saber que viene de cogitare? Redacta una lista de acciones cotidianas en las que tú cuidas de alguien o alguien cuida de ti. ¿Por qué pensar en alguien es una forma de cuidarlo?
  • Si te interesa Lola Pons, te proponemos el siguiente material para el tratamiento de la lectura:


  • Deja un comentario, si te apetece, más abajo.


Comentarios

  1. Re-cordis.

    Dijo Gabriel García Márquez: “Recordar es fácil para quién tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón“.

    ResponderEliminar
  2. Como lo escrito permanece y las palabras se las lleva el viento “ No puedo olvidar porque tengo corazón, en cada instante de mi vida te recuerdo es mi forma de cuidar nuestro amor”

    ResponderEliminar

Publicar un comentario