LA CASA
“Porque es inútil repetir lo que termina en nada”
(José Manuel Caballero Bonald)
Durante algunos años, habité en la mentira.
Era una casa de paredes blancas
dentro del corazón,
con macetas de plástico y un ave disecada
que cada día me entonaba
unos acordes amarillos
(lo llamaban “amor”).
Las ventanas abiertas
daban a un bosque retorcido y hermoso
donde crecían a sus anchas las promesas.
Aquello era querer y que me hirieran:
cultivar ese bosque de palabras,
regarlo con mi sangre
y limitarme a contemplar su colorido
en las noches sin luna.
Un día la tormenta estremeció mi pecho;
temblaron los cimientos de la casa
y tuve que marcharme sin mirar hacia atrás.
(Llovió meses enteros sin que me rescataran.)
Cuando quise volver para salvar del abandono
algunos trastos viejos agarrados con fuerza al corazón,
el sol de los atardeceres en el porche
y el rumor de su bosque, solo encontré un vacío:
los charcos moribundos sobre la tierra estéril,
la aridez acusada de la indiferencia.
Habían desaparecido las paredes, las macetas de plástico
y hasta aquella canción imperdonable de un ave disecada
que llamaron “amor”.
Hoy el recuerdo de esa casa se apaga dulcemente
en el paisaje cenagoso de un delirio.
DATOS DE LA POETA: Marina
Casado Hernández (Madrid, 1989) es profesora de Lengua Castellana y
Literatura en la Comunidad de Madrid. Licenciada en Periodismo y doctora en
Literatura Española, es autora de cuatro poemarios: Los despertares (Ediciones de la Torre, 2014), Mi nombre de agua (Ediciones de la Torre, 2016), De las horas sin sol (Huerga y Fierro,
2019) y Este mar al final de los espejos
(Torremozas, 2020). También ha publicado dos ensayos: El barco de cristal. Referencias literarias en el pop-rock (Líneas
Paralelas, 2014) y La nostalgia
inseparable de Rafael Alberti. Oscuridad y exilio íntimo en su obra
(Ediciones de la Torre, 2017). Ha coordinado varias antologías, como De viva voz. Antología del Grupo Poético Los
Bardos (Ediciones de la Torre, 2018). Finalista del Premio Adonáis de
Poesía en 2018 y 2019, en 2019 ha obtenido el Segundo Premio de Poesía Jóvenes
Creadores del Ayuntamiento de Madrid y, en 2020, el Premio Carmen Conde de
Poesía para Mujeres con su obra Este mar
al final de los espejos, publicada por la editorial Torremozas. Entre otros
galardones, obtuvo el Primer Premio del VI Certamen Literario SER Madrid Sur y
el del XV Certamen de Relato Corto Eugenio Carbajal. Algunos de sus poemas han
aparecido en revistas como Ærea, Piedra del Molino, El Coloquio de los Perros… Ha participado en festivales poéticos
internacionales: Raias Poeticas
(Portugal), Voix Vives (Toledo), ELVA (Gran Canaria) y Primavera Poética (Lima). Colabora
habitualmente en El País con
reportajes sobre el Madrid literario e histórico.
COMENTARIO: Desde pequeños nos dicen que la poesía es una expresión de la subjetividad del que escribe, que expresa sus sentimientos, sus sensaciones o ideas para desnudarse ante el lector. Y en muchos casos podemos concebirla así, pero nos parece más interesante, a veces, leer poesía, no como un análisis psicológico o biográfico del autor o autora, sino como una posibilidad de pensar sobre algún tema y, en última instancia, descubrir algo de nosotros mismos. Por ejemplo, nos consta que el poema de esta semana describe una ruptura sentimental, sin embargo, nosotros podemos leerlo desde otra perspectiva. Así que, con el beneplácito de Marina Casado, nuestra lectura optará por esta segunda opción.
El poema comienza casi como una narración, a modo de cuento o microrrelato. Sin embargo, al leerlo, no descubrimos las causas de la mentira en la que se ha vivido. Casado utiliza la elipsis, no como figura gramatical o retórica, sino más bien como figura literaria. Omite, en el transcurso del poema, segmentos de la historia que se narra. Omite detalles escabrosos, reales, cotidianos que hacen que la vida de cualquier niño o niña sea insoportable. Pero como hemos dicho, no queremos sospechar nada de la vida de la autora. Preferimos hablar o leer desde el tema que trata.
En la infancia y en la adolescencia, la vida te puede golpear hasta dejarte desahuciado. Muchas veces, en nombre del amor, del amor de los padres como pareja, del amor de los padres con los propios hijos e hijas. Aunque el término aquí nos parezca inapropiado, se hace en su nombre. Entonces, el miedo, como una tormenta, aniquila todo lo que parece firme y estable y aunque nos aferremos a algunos recuerdos más amables, del naufragio, de la huida que supone tener que abandonarlo todo demasiado pronto, nada se salva. El abandono, la desazón, la soledad es muy difícil de nombrar, aunque en el poema de Casado se haga magistralmente y con una elegancia desbordante.
No resulta fácil enfrentarse a este tipo de situaciones. Como se dice en el poema, se dibuja un escenario propicio para el delirio, para la locura. Algo se rompe, algo falla o falta. Porque se supone que la infancia y la adolescencia, pese a sus vaivenes y crisis, deben asentarse en sólidos cimientos: los que precisamente se destruyen (bellamente, por cierto), en el poema de Casado. Pero si traemos este poema duro no es para profundizar en el dolor y en el sufrimiento, hay algo en él que transpira esperanza, o al menos, una cierta empatía, una necesidad de ponerse en la piel del otro para comprender que la vida no es fácil, ni en la infancia, ni en la adolescencia ni cuando los años no dejan de acumular décadas. Si somos capaces de comprender y escuchar a los demás, conocer sus historias, respetando sus palabras, no imponiendo las nuestras o juzgando a la ligera, tal vez, podamos construir entre todos una nueva casa, un verdadero hogar en el que el amor no sea un ave disecada.
A Marina Casado la hemos conocido buscando a poetas que participaran de nuestro Proyecto Aniversario. Pero lo que hemos descubierto de ella, como veréis en las Actividades de abajo, la autora tiene mucho que aportarnos, más allá de su excelente poesía, ya que abarca otros ámbitos culturales muy interesantes (música, cine, relatos...). No me extraña, por tanto, su generosidad con nuestro proyecto, porque su amplitud de intereses la convierte en una persona igualmente generosa. Desde aquí le damos las gracias por su participación y ojalá que esto sea el inicio de más colaboraciones.
ACTIVIDADES:
En el Comentario no hemos dicho nada de la cita inicial de Caballero Bonald, ¿hay alguna relación entre ese verso del poeta gaditano y el poema de Casado? ¿Hay alguna relación entre el poema de Casado y Transfiguración de lo perdido, que traímos a nuestro blog en 2013?
Como hemos dicho en el comentario, la autora no nos descubre los motivos de lo que nos cuenta en el poema. El lector tiene que hacer el esfuerzo de imaginarlos o, de encontrarlo en su propia experiencia vital. ¿Qué puede originar, por tanto, los siguientes versos: Un día la tormenta estremeció mi pecho;/ temblaron los cimientos de la casa/ y tuve que marcharme sin mirar hacia atrás? Piensa al menos tres circunstancias que den sentido a dichos versos.
El abandono, la soledad, la desazón aparecen en los versos de La Casa. Identifica versos concretos en los que se nombren esos sentimientos.
El poema lo había concebido la poeta desde una situación de ruptura sentimental, ¿cambia mucho tu visión del mismo después de la lectura del comentario y nuestra interpretación?, ¿a qué otro tipo de realidades se puede ajustar el poema además de las dos anteriores?
Aunque aparece en el Itinerario Lector en el Genially de más abajo, os proponemos la siguiente lectura infantil o no tanto, para pensar sobre lo que falta. ¿Guarda alguna relación el cuento La parte que falta con el poema?
(Actividad para Valores Éticos) En la Adolescencia hay muchos sentimientos que tenemos que gestionar. Uno de ellos, del que poco se habla en las aulas, es el miedo. Te proponemos ver este programa de RTVE para hacer un debate después y llegar a unas conclusiones, en grupo, sobre el mismo. Pincha aquí para ver el programa completo.
(Actividad para Valores Éticos) También podéis elegir hablar de la empatía. Para ello, os proponemos este programa, que seguro que os sorprenderá y os descubrirá lo difícil que es ponerse en la piel de otros, aunque siempre estemos hablando de respeto y parezca que lo ejercemos sin problemas. Pincha aquí para ver el programa.
En la siguiente presentación encontrarás un itinerario lector para ampliar la lectura a partir del poema de esta semana y de la propia autora. Hay música, mucho cine, cortos de FOCO 2020, relatos, recomendaciones de lecturas infantiles o no tanto y más poesía. Acuérdate de pinchar en los elementos interactivos.
Gracias por todo, campeón! Estás ya a un nivel de excelencia! Enhorabuena!
ResponderEliminarNo sé si ese es mi nivel, pero al pedir colaboración por parte de poetas que no conozco personalmente, en la mayoría de los casos, intento hacerlo lo mejor posible. A pesar de mis limitaciones. Un saludo.
EliminarGenial como siempre, Antonio. Actividades interesantísimas.
ResponderEliminarGracias.
Gracias compañera, si te sirven para tus clases y para motivar a tu alumnado, mejor. Un abrazo y seguimos en contacto.
EliminarGenial, como todo lo que nos ofreces cada semana. Y la cosa no decae, al contrario, se agiganta. Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, María Ángeles, tu poema ha sido uno de los más leídos desde que empezamos el Proyecto Aniversario. Intento estar a la altura de los lectores del blog, que aunque yo lo preparo para mi alumnado, sé que va más allá de mi aula y lo leen muchas personas de muchos centros distintos, no solo de España, sino también de muchos países que comparten nuestro idioma o estarán estudiándolo (EEUU, Canadá, Rusia, Australia, Francia, Alemania, Italia, UK, entre otros). Un abrazo y nos vemos por aquí siempre.
EliminarImpresionante, lo he releído varias veces y cada vez me gusta más. Ese ambiente terrorífico de nuestros cuentos infantiles tradicionales, pasado a un campo tan distinto, interior y simbólico. Estás que te sales este curso, Antonio!!
ResponderEliminarGracias Anónimo por participar. La verdad es que se puede interpretar de varias maneras. Lo que no cambia es ese tono, que recuerda a los mejores cuentos de terror. Es genial, sin duda.
Eliminar¡Qué maravilla de blog! Ojalá hubiera más proyectos como éste, con lo que los alumnos aprendieran a amar la poesía. Como poeta, te doy las gracias, Antonio; pero como profe, te aplaudo.
ResponderEliminarGracias Marina por pasarte por aquí también. Te lo agradezco personalmente y en nombre de mi alumnado. Recibo los aplausos desde Madrid, sin duda, pero lo ideal es seguir compartiendo estos espacios en Marchena y en Madrid. Seguro que si nos empeñamos colaboramos en más historias docentes. Cuenta conmigo para cualquier cosa que planees. Yo haré lo mismo.
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