INSTRUMENTOS DE MEDIDA


Para medir el tiempo se inventó la ausencia,
esa raya que separa en dos el mundo,
en dos los cuerpos, los días, las palabras.

Para medir la ausencia se inventó el silencio,
esa lengua de espectros, ese dolor obediente
con el frío tacto de las cosas huecas.

Para medir el silencio me inventaste a mí,
este perro de niebla que vaga en la noche
como un faro en busca de un naufragio.





DATOS DEL POETA: Alfonso Brezmes (Madrid, 1996). Ha publicado los libros "Sed" (2020), "Vicios ocultos" (2019);  “Ultramor (2017); “Don de lenguas” (2015) y “La noche tatuada” (2013), todos en la editorial Renacimiento, menos Vicios Ocultos, de la editorial Leviatán, de Buenos Aires. También un foto-libro: “Postales desde el futuro”, en la colección “Antes morir”. Además dedica parte de su producción artística a la Poesía Visual.


Página oficial del autor: https://alfonsobrezmes.wordpress.com/

COMENTARIO: Dice Jaime Jaramillo Escobar acerca de la soledad del poeta, que dicha vocación le viene de su espíritu contemplativo y místico, tanto como de su conciencia del tiempo. No hay que estar de acuerdo con Jaramillo, que tiene la peculiaridad de usar la ironía y la provocación a destajo en su método fácil y rápido para ser poeta. No consideramos que los poetas sean personas distintas a cualquier otra, ni son místicos ni tienen que renunciar a los placeres mundanos por abrazar la vida contemplativa. No obstante, le damos la razón, a Jaramillo cuando señala que si el poeta fuera hombre de negocios, tendría uno de esos relojes de manecillas de toda la vida, pero como no lo es, mide el tiempo de otro modo. Por eternidades, según él. O, más acertadamente, mediante ausencias, según Brezmes. 

Y es que medir el tiempo contando 60 segundos para un minuto y 60 minutos para una hora, por ejemplo, resulta poco exacto cuando se experimenta la ausencia, el dolor de la distancia. Resulta común admitir que la última hora de clase se hace mucho más larga, que la primera, que se pasa volando. Y nos parece poco tiempo el transcurrido entre un día y otro de clases, pero insoportablemente largo, por ejemplo, estar 24 horas sin ver al novio o la novia. Sobre todo, si eres adolescente y nos estrenamos en estas lides amatorias. ¿Por qué lo bueno dura tan poco y lo malo no parece tener fin?

Puede pensarse, además, que los instrumentos que usa el poeta para medir el tiempo, carecen de rigor científico. La carga de la prueba apunta al resultado final obtenido: en el caso del primero, un poema apenas inteligible, que necesita ser comentado; en el caso de los científicos: un objeto de precisión exacto, infalible. Pero no podemos dudar de que el propósito de ambos es el mismo: dar cuenta de la realidad, de la misma realidad. Y entonces, si el científico ha perdido a un ser querido, a su amante o a su padre, puede que para explicarlo se sienta más identificado con el poema de Breznes que con las exactitud de la física. Antes que mirar el reloj que mide puntualmente el tiempo de esa ausencia -tres días, catorce horas y 27 segundos...-, el científico, afectado en su vida cotidiana, optará por asentir y reconocer que el silencio es la mejor medida de la ausencia: esa lengua de espectros, ese dolor obediente. 

A veces los poetas parecen hablar en otro idioma y no resulta extraño que el lector, si no está además acostumbrado a leer poesía, abandone pronto la lectura. Por el contario, otras veces, un poema se nos abre y nos revela un fenómeno peculiar: nos muestra mediante las palabras, el ritmo y la estructura del poema, un deslumbramiento individual, interior, nos dice lo que ya sabíamos, pero de un modo que no sabíamos decir ni verbalizar. Un faro. Es el caso del poema de Brezmes que así, como si nada, en apenas tres estrofas, define o redefine palabras que nos acompañan al pensar el tiempo. En un alarde de sinceridad, además, el poeta se desnuda y se presenta ante nosotros perro de niebla que vaga en la noche. ¿O, por otro lado, está definiendo a la propia poesía, a la palabra poética: palabra en el tiempo, ausencia y silencio y que, sin embargo, es el faro en busca del naufragio que somos todos los lectores, todas las personas?

En cualquier caso, estos instrumentos de medida que nos presenta Breznes, ya forman parte de nuestro Proyecto Aniversario y es un honor contar con su voz en este espacio, un regalo, sin duda, para el alumnado y los lectores y lectoras de espacio educativo. Desde aquí le agradecemos su participación y su generosidad con nosotros.

ACTIVIDADES

Te proponemos hacer este itinerario de lectura y escritura a partir del poema de esta semana.


Visita la página oficial de Alfonso Brezmes. Elige dos poemas por la imagen que lo anuncia. ¿Hay alguna relación entre la imagen y el poema que esconde?

Realmente, el tiempo a escala humana, no se acelera ni desacelera de modo perceptible, todo es ficticio, lee el siguiente artículo, aparecido en Investigación y Ciencia




Busca información de Julián Barbour. Explica qué es un reloj, según el artículo. Si todos los relojes son aproximativos, y al final, inexactos, ¿te parece el poema de Brezmes más acertado para medir el tiempo subjetivo? 

En literatura hablar de relojes lleva directamente a Julio Cortázar y a las Instrucciones que aparecen en Historia de cronopios y de famas. 




¿Estás de acuerdo con las consideraciones de Cortázar en  Preámbulo? ¿A quién le regalarías un reloj, si siguieras las instrucciones del escritor argentino? ¿A quién no se lo regalarías nunca? Justifica tu posición.

En el poema de Brezmes podemos considerar que se dan otras definiciones de "tiempo", "ausencia", "silencio"... Podríamos pensarla como barbarismos. Intenta crear algunos barbarismos para dichos conceptos y otras que te sugieran la lectura del poema o la entrada (amor, adolescencia, niebla, dolor, reloj, etc.). Para hacer barbarismos, te dejamos la presentación y ejemplos. También puedes pinchar aquí.



Como hemos dicho en los Datos del Poeta, Brezmes se dedica a la Poesía Visual, puedes ver un ejemplo en el siguiente documento de TVE o en el archivo de Boek Visual.

Crea dos aforismos a partir de los siguientes Poemas Visuales (todos ellos aparecen en la página de Boek Visual).






Jesús Cañadas, en la introducción a la Poesía Visual de Brezmes desea que el poeta le cuente un cuento: “Cuéntame un cuento, Alfonso. No dejes que me vaya a dormir sin una de tus historias. Quiero que lo último que me acompañe esta noche sea el vaho que se acumula en el espejo de tus ojos, el batir de alas de las hadas en tu voz. Quiero que me lleves contigo al lugar donde el tiempo rueda lejos de nosotros”. Y es que muchas de sus creaciones, de sus collages, tienen algo elementos que incitan a pensar historias, a pesar de remitir al surrealismo o a lo onírico: “Háblame de los sueños que nadan por el aire como luz que se escurre entre las manos”, pide Cañadas. Hagámoslo posible: Te proponemos las siguientes imágenes para contar una historia, un cuento, un relato o un microrrelato.





Deja un comentario más abajo sobre el poema de esta semana o cualquier otro aspecto que creas oportuno o comparte algunas de las respuestas a las actividades propuestas.

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