EL TOPO (Comentario de urgencia por la masacre terrorista en Francia)
EL TOPO
Estaba ahí,
acorralado en el ruedo de los curiosos. Sus garras
escarbaban inútilmente el cemento de la vereda,
y sangraban. No avanzaba,
sólo esponjaba y contraía su cuerpo
según su miedo. Y con su hocico,
rosado y móvil, husmeaba,
lejos de las oscuras galerías,
el aire soleado de los hombres.
Jamás habíamos visto un topo.
Habían capturado un mito, un animal
de bestiario. Por eso
nuestra mente devoraba, se estremecía,
no podía creer
que bajo la realidad estridente del sol
hubiera otro animal
de carne lastimada como la nuestra.
Estaba ahí,
acorralado en el ruedo de los curiosos. Sus garras
escarbaban inútilmente el cemento de la vereda,
y sangraban. No avanzaba,
sólo esponjaba y contraía su cuerpo
según su miedo. Y con su hocico,
rosado y móvil, husmeaba,
lejos de las oscuras galerías,
el aire soleado de los hombres.
Jamás habíamos visto un topo.
Habían capturado un mito, un animal
de bestiario. Por eso
nuestra mente devoraba, se estremecía,
no podía creer
que bajo la realidad estridente del sol
hubiera otro animal
de carne lastimada como la nuestra.
DATOS DEL POETA: José Watanabé, (Laredo-Trujillo, 1946-Lima, 2007). Obras: “El huso de la palabra” (1989), “Historia Natural” (1994), “Cosas del cuerpo” (1999) y “Habitó entre nosotros” (2002). En España, la editorial Pre-textos y Renacimiento han editado antologías muy completas sobre el poeta peruano.
COMENTARIO: Elegimos este poema para comenzar nuestra andadura en el 2015. Los años, cuando comienzan, están repletos de nuevos propósitos, de nuevos retos o, al menos, de retomar propósitos y retos no cumplidos. Sea como fuere, en esta época del año es típico plantearse la propia existencia y proyectar nuestra identidad futura. Y como el poema es una alegoría, que incluye incluso una parábola, nosotros la traemos aquí como una oportunidad para expresar cierta desazón por este nuevo año, pues a nosotros se nos antoja la suerte del mismo, como ese TOPO mítico al que alude Watanabé. Un año (qué clarividencia ese simple verso inicial: Estaba ahí) recién salido a la luz para dañarse, para morir ensangrentado y que contrae ya "su miedo/ según su cuerpo", en esta segunda semana de enero.
Lo que ha ocurrido en Francia, hoy, no tiene nombre. Es una barbarie con muchas aristas y nosotros ahora no articulamos razones para intentar comprender lo incomprensible. Sólo nos queda la poesía y su verdad. Esa que nos indica que "bajo la realidad estridente del sol", este año se presenta, desde el inicio, con la misma carne lastimada de siempre. Lo siento, pero lo comentamos como lo sentimos.
P.D.: Este poema, y el poeta, merecen más tiempo en nuestro espacio, y un comentario no tan parcial como el anterior, así que la semana que viene pondremos otro poema del mismo autor.
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