NIÑOS JUGANDO




He llegado a pensar

que lo tenía todo.

Casa, trabajo, coche,

el último modelo

del penúltimo iphone...

Pero hasta que no he visto

a esos niños que juegan

descalzos, con un balón

deformado y mugriento,

no he caído en la cuenta

de que Amazon no vende

el sol de esas sonrisas

a las que me he suscrito


                    para siempre.


DATOS DEL POETA: Francisco J. Márquez (Jerez, 1983), docente de vocación temprana, comparte su profesión como maestro con su pasión por las letras. Es asiduo a tertulias, certámenes y recitales y colaborador en varias revistas literarias. Actualmente ha sido nombrado director de la próxima revista literaria ‘Enverso’, del Ateneo de Jerez. Tras Pequeños Trazos (Takara, 2017), Cantar de Grillos (Canto y Cuento, 2021) es su segundo poemario.

FUENTE: Secreto Olivo.

COMENTARIO: A veces la poesía se hace con las palabras más sencillas. Sin retóricas huecas, sin subterfugios del lenguaje, sin recurrir a hipérboles, ni metáforas difíciles de ver. A veces, la poesía se crea con una imagen real, sin más pretensiones. Y esa ausencia de recursos, esa simpleza, puede llegar a lo más profundo de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. Francisco J. Márquez lo consigue en esta ocasión, bajo nuestro punto de vista.

Vamos a pensar desde el poema: ¿Qué significa tenerlo todo? El consumismo es un fenómeno omnipresente en nuestra sociedad contemporánea. No hay que explicar nada. Ahora bien, cabe recordar que ese fenómeno tiene un paralelismo en nuestras relaciones sociales, con nuestros propios amigos, con nuestros familiares. Y eso asusta. Nos explicamos: ¿alguna vez te has preguntado cómo la búsqueda constante de ropa de marca, de tecnología de última generación influye en la forma en que nos relacionamos con los demás? Es triste y absurdo, pero hoy en día el valor de una persona, a menudo, se mide por lo que posee, por lo que tiene. ¿No es curioso cómo, en ocasiones, admiramos a personas que parecen tener éxito y estatus, no por lo que hacen, sino más bien por lo que generan económicamente? El caso de los deportistas de élite es flagrante, frente, a por ejemplo, los Premios Nobel de Medicina o de Física. 

Pero no volvamos por esos derroteros, ¿cuántas veces has sentido la presión de demostrar tu valor social mediante lo que compras? Comparamos nuestras vidas mirando nuestros relojes inteligentes o nuestro teléfono móvil. Lo hacemos sin pensar, sin darle importancia, creyendo que no nos afecta y que, en el fondo, podemos desprendernos de esas consideraciones sin esfuerzo. Pero esta manera de actuar puede afectarnos emocionalmente, la sociedad líquida impone sus criterios. Ocurre que, en este contexto, las relaciones pueden transformarse en transacciones: yo doy, si tú me das algo a cambio. Y lo vemos normal y hasta lógico. Incluso, si no hay algo de plusvalía, si no gano más de lo que ofrezco, es un mal negocio dicha relación. Es la lógica del comercio aplicado a las relaciones humanas y, en el amor también puede pasar. ¿Es realmente así como queremos relacionarnos con los demás? Muchas veces, estas amistades o vínculos románticos se basan más en intereses personales que en un amor genuino y un compromiso emocional que nazca de la libertad y del respeto absoluto al otro. Y siguiendo estos postulados mercantiles, no se crea nada bello, ni puro, ni auténtico, me atrevería a decir, incluso, justo. Si cada decisión se mide por lo que se puede obtener a cambio para beneficiarte individualmente, entonces nada vale la pena. Hay decisiones en las que es preciso perder, entregando al otro todo lo que se tiene: incluso el corazón, la propia vida.

En el caso de los jóvenes, con la publicidad, en las redes sociales, se ha amplificado este fenómeno. Las plataformas son lugares donde exhibir estilos de vida lujosos. Y esto se ha vuelto habitual: la miseria, la pobreza, el dolor y el sufrimiento por culpa de las condiciones materiales de la existencia no aparecen. O si lo hacen, puede formar parte de una campaña de autopromoción de ciertos influencers que rozan la inmoralidad y el asco cuando se descubren sus verdaderas intenciones mercantiles. Sin embargo, dentro de este panorama consumista también hay un espacio para la autenticidad. Muchas personas creemos que podemos salir de este mundo alienado. Al menos no sucumbir a sus reglas. O al menos, oponer cierta resistencia frente a las reglas de juego que parecen definitivas y no lo son. Un primer paso es valorar más las experiencias compartidas que los objetos materiales.


Porque siempre ocurre igual, al final del día, ¿qué es lo que realmente valoramos en nuestras relaciones? Esa es una pregunta que todos debemos hacernos mientras vivimos y navegamos por este mundo interconectado y consumista. Después de la lectura del poema y siempre que no perdamos de vista el Norte, daríamos todo lo que tenemos por conseguir lo que tienen esos niños jugando. No una pelota y estar descalzos, sino su alegría, su inocencia, su tiempo, la libertad de disfrutar y compartir con el otro lo mejor de nosotros mismos. No parece tan difícil y sin embargo, no dejamos de desaprenderlo. La decisión es nuestra: ¿vivir una vida enajenada o apostar por lo que nos hace felices, auténticos, mejores?

Agradecemos a Francisco J. Márquez su envío para formar parte de La voz de la Poesía, que sigue creciendo cada semana un poco más.

ACTIVIDADES:

  • Inventa otro título posible para el poema. Justifica tu elección.

  • En el vídeo, nuestro poeta cita a Ordine y su Utilidad de lo inútil. La poesía, como sabemos, también apuesta por esa utilidad de lo inútil. Os dejamos con la actividad en la que se comprueba.




  • Busca imágenes reales que sirvan para ilustrar el poema de esta semana. No hace falta que la imagen sea literal, sí que reflejen la posición del poema. También podéis buscar imágenes que funcionen como contrapunto al poema, pero que refuercen la idea principal.

  • ¿Qué diferencia existe entre ser y tener? Te dejamos las siguientes ayudas:





  • ¿Todo se puede comprar en este mundo en Amazon? ¿Qué no venderías nunca de tu vida? ¿además de tu propia vida, qué es lo que no tiene precio para ti?

  • La publicidad actual nos ofrece experiencias, sensaciones... Parece que no quieren vender su producto, más bien se trata de convencer al consumidor de que comprando el producto, obtienen más vida. Por ejemplo, con anuncios como los siguientes:

Coca Cola destapa la felicidad:


BMW atesora horizontes


VICEROY No es lo que tengo es lo que soy





¿Qué están vendiendo, además del producto? ¿Son efectivos estos anuncios? ¿Crees que hay personas que se sienten "bien" o "distintos" o "mejores" si tienen un coche determinado, un reloj o una fragancia como la de los anuncios?









  • En las relaciones humanas, ¿existe la lógica del comercio de la que se habla en el comentario?, ¿crees que se mide lo que se da y lo que se ofrece en muchas ocasiones, también en las relaciones amorosas? ¿Cuándo esa lógica parece razonable en las relaciones humanas?, ¿cuándo no?

  • ¿Conoces algún influencer que haya usado desgracias ajenas para crear contenidos sin importarle realmente lo que muestra o denuncia? Comparte con el resto del grupo tus hallazgos. 

  • Algunas de las ideas del comentario tienen como referencia a Vicente Verdú. De él dijimos algunas cosas en esta otra entrada: CALL CENTER, pincha aquí. ¿Qué te parece el poema de Pablo García Casado?, ¿puedes relacionarlo con el de esta semana?

  • Busca información sobre la modernidad líquida de Zygmunt Bauman. ¿Cómo lo relacionarías con los versos del autor gaditano de esta semana?

  • Deja un comentario más abajo, si te apetece.

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