TIEMPO DE PERDÓN
Después de la catástrofe sólo quedaron las ruinas, el recuerdo aún fresco de las paredes empezando a sacudirse los restos de cal, los relojes caídos en el suelo marcando las ocho y diez. El humo lo nubló todo. No es la primera vez. Sabemos que ahora toca reparar el desastre. Nos desharemos de los escombros. Construiremos puentes. Levantaremos aldeas. Arrojaremos semillas a los campos cubiertos de ceniza. Se venderán trigo y girasoles en nuestras calles llenas de luz. Pediremos perdón. Olvidaremos la sed, la ira, la tragedia. Volveremos a amar y quizá tengamos hijos: heredarán esta tierra que un año da frutos y al siguiente reposa. Pero un día se desperezará el rencor que recuerda sin matices, que esperaba agazapado, que, vampiro, evita espejos. Graznarán los cuervos bajo un cielo rojo y la cosecha será escasa. Querremos proteger a los nuestros, pero a algunos de ellos los llamaremos "los otros". Surgirán nuevos rencores sobre los rencores...