EXTRAÑO MÍO (Fragmento II)

II

No añoro las ventajas de pertenecer
a una comunidad bien definida,
menos aún si tengo que inventármela:
sé distinguir
las buenas intenciones de los hechos,
y sé también, por experiencia,
que algunos sentimientos
son, por naturaleza,
colonialistas.

Pero lo cierto es que te quise
nada más verte,
que te esperaba,
y acabo de enterarme que has muerto
cerca del Muni, en el océano,
mientras acompañabas a tu hermana
en el barco de Bioko al continente.

No pensaba decírtelo.
Menos aún públicamente.
Si te lo digo es porque tú
lo entenderías.

Y porque te recuerdo,
recién condecorado
con tu primer carnet de biblioteca,
y tu primer diploma inútil
a todos los efectos.
Tu inquietud
por si se olvidarían de añadir
tu segundo apellido, el de tu madre.
Y la facilidad con la que te sumabas
a las celebraciones de cualquiera.

Y recuerdo a los otros,
cantando bajo los países,
con sus simangas,
su fiebre endémica, su ayuno;
cuerpos hechos
para la mezcla y la disolución,
hechos por el deseo
de ser más numerosos,
los que comparten todas las criaturas:
un lugar donde no temer no existe.

(Nosotros, los que tuvimos historia,
y alcanzamos después una mayor
esperanza de vida,
que no sabemos cuál es nuestra culpa,
ni quiénes son nuestros hermanos,
vivimos mejor cuando podíamos
hacer oídos sordos, cuando era
tan grande el mundo y tan disperso,
que aún no nos dolía).

Un lugar donde me recordaste,
nada más verte,
que la hoja de la espada nació de las hojas
de los árboles,
las flechas de los pájaros,
las cárceles de las costillas.

DATOS DEL POETA: Abraham Gragera (Madrid, 1973) ha publicado los libros de poemas Adiós a la época de los grandes caracteres (pre-Textos, 2005) y El tiempo menos solo (Pre-Textos, 2012), por el que recibió el premio El Ojo Crítico en 2013. El poema de esta semana, pertenece a O futuro (Pre-Textos, 2017).
Ha traducido, individualmente y en colaboración, a Louise Glück, W. S. Merwin, Pascal Quignard, y S. J. Lec.
Dirige, junto a Juan Carlos Reche, la revista Años diez. Y junto a Luz Arcas la compañía de danza contemporánea La Phármaco.

COMENTARIO:  Este año parece que no habrá Ceremonia de Despedida, pero con el dolor que hemos pasado, los miles de muertos, los que siguen en la UCI, los damnificados en todos los sectores, los ERTES, etc., parece una frivolidad celebrar nada, ni siquiera la graduación de 2º de bachillerato, por muy importante que sea. Sin embargo, cuando pienso en el final del curso, reconozco que os debo un poema y unas palabras como he hecho siempre con cursos anteriores. Y, aunque, este primer año con vosotros no ha sido la mejor experiencia, ni para ustedes ni para mí, el deber, en sentido kantiano, me exige hacer esta entrada (esto último lo comprenderán muy pocos de la clase, lo explicamos mediante la enseñanza on line y entrar en la clase virtual los martes y los jueves a las 8:30 de la mañana era demasiado para la inmensa mayoría, a veces, hemos estado en clase, a lo sumo, 6 personas, otra cosa era aparecer con el perfil pero seguir durmiendo o haciendo otras cosas más útiles bajo vuestro criterio, el alumno que pasa, lo hace presencialmente y de manera virtual sin cortapisa alguna).

El poema os resultará largo, supongo (y es un fragmento). Pero tiene claves que os pueden ayudar en un futuro. Y aunque cuenta una muerte de un amigo, sin caer en sentimentalismos baratos, y a veces el tema es tan autobiográfico que se nos escapan aspectos del mismo, Gragera nos habla también a nosotros (el título me parece exacto para describir nuestra relación durante el curso). Desde el inicio nos dice algo que me habéis escuchado (no los que estaban con otras materias todo el rato) en clase: no hace falta pertenecer a la mayoría, asumir tópicos como algo inevitable, formar parte de la moral dominante, o la importancia de los hechos, frente a las intenciones (el que copia es un mentiroso, eso es un hecho, aunque tenga las mejores de las intenciones, para él, claro), etc. También se puede elegir ir contra corriente, evitar los prejuicios, asumir una posición ética, personal, intransferible, libre y no perder la dignidad.

Y es curioso, porque en el poema, parte de lo esencial, lo importante, aparece entre paréntesis. ¡Cuántos paréntesis hemos hecho en clase! ¡Cuántas veces hemos intentado hablar, debatir, discutir sobre lo que os interesaba! Aunque a veces, costaba lo indecible. Todavía me sorprendo y no comprendo cómo os preguntaba sobre vuestros intereses, para explicar lo que os aburría tanto, por ejemplo, y apenas me dabais referencias con las que intentarlo (ni música, ni libros, ni anécdotas siquiera, costaba sacaros hasta el equipo de la liga que os tira…). Viejos prematuros en algunos casos, aunque la mayoría, simplemente, teníais otros intereses que legitimaban, por supuesto, vuestro pasotismo, vuestra capacidad para hacer oídos sordos: “era/ tan grande el mundo y tan disperso/que aún no nos dolía”.

Sin embargo, en el poema descubriréis al final, unas palabras que sí son adecuadas para la despedida (no sé si están a la altura de Instagram, twitter o de un estado de WhasApp, para mí sí). Esa enseñanza se la ofrece al poeta un amigo de juventud, porque los jóvenes, vosotros, sentados los 35 delante de un triste profesor recién llegado al centro, me habéis demostrado que también sois solidarios, comprometidos, capaces de hacer, entre otras cosas, teatro o una performance contra la violencia de género, demostrando al escribir sobre asuntos de actualidad, que sois ciudadanos críticos, inteligentes, incluso creativos. Ese amigo del poeta nos enseña que la violencia, la injusticia, puede nacer de forma natural de lo más amable e indefenso, aparentemente (casi como copiar impunemente en las tareas o en los exámenes). Nos enseña que somos capaces de acabar con la libertad, si no sabemos usarla adecuadamente o si tenemos miedo a otras formas de ser distinto. Nos enseña que nuestros peores miedos habitan en nuestro interior y podemos convertirnos nosotros mismos en nuestra propia cárcel y los peores carceleros. En fin, el poema, bajo mi punto de vista, es un buen modo de despedirme de vosotros y vosotras en este “annus horribilis” y no solo por el Covid-19.

Por cierto, si os interesa el poeta. El libro se titula O Futuro y emplea como epígrafe dos versos del poeta británico Stephen Spender: “Y quizá la esperanza iba por un camino/  que no teníamos costumbre de mirar”. Puede servirnos estos versos como una especie de advertencia, para todos nosotros, jóvenes, jóvenes prematuros y viejos como yo. Buscad vuestra esperanza, y que esa búsqueda implique admitir que la angustia del presente también estará en el futuro. No os puedo engañar, no lo hecho nunca en clase y ahora en la despedida, por endulzarla, tampoco: el dolor, el sufrimiento, la desazón que os ha acompañado en todo este curso, no desaparecerá, tendrá otros nombres, otros rostros, pero no os abandonará. “Un lugar donde no temer no existe”, lo siento, lo habéis leído y así es. Debería serviros, sin embargo, como un modo de superarlo. Esto es aprehender (con h intercalada) de verdad, y no una nota final en el boletín o un expediente. Espero que, al menos, en nuestra corta relación, recordéis parte del poema y algunas de estas palabras que os dedico. Ojalá además, podáis aprehender (otra vez con h) a distinguir lo importante de lo superfluo: la utilidad de lo inútil, la utilidad de la filosofía, de la poesía, de lo que no cuenta en los cálculos que mide solo el beneficio económico o la carrera a la que entrar. Si alguna de vosotras aprehende finalmente esto, yo habré encontrado la esperanza que busco. En cualquier caso, seguiré buscándola el próximo curso -con un grupo menos numeroso, mejor.


ACTIVIDADES

  • Seguramente será gracias a las redes. Pero la cuestión es que LA VOZ A TI DEBIDA en el IES López de Arenas, se ha hecho internacional. Desde Berlín, Keike Twisselmann (por lo que sé, una artista alemana), ha querido participar con la lectura de un poema, en inglés (incluso sin saber inglés, su lectura emociona igualmente). El poeta elegido es Paul Durcan, y el poema: “Windfall”, 8 Parnell Hill,Cork.

    Ya estamos terminando y la semana que viene cerraremos el proyecto por este curso. Pero si quieres participar todavía, manda tu colaboración a: lavozatidebidaeniesla@gmail.com
  • Busca en el blog otros poemas bajo las siguientes etiquetas: "inutilidad de la poesía", "inutilidad de la filosofía", "utilidad de la poesía", "utilidad de la filosofía", "utilidad de lo inútil". ¿Qué poema te parece más acertado para defender: la utilidad de la poesía, la utilidad de la filosofía, la utilidad de lo inútil? Justifica tu elección.

  • Os dejo, no obstante, un blog de una compañera de 1º de Bachillerato que nos demuestra que las clases de Filosofía, sirven para algo. Desde aquí le damos las gracias públicamente a Lucía Castillo por dejarnos enlazar su blog y su entrada con tanta generosidad en momentos tan duros para ella: LA LUZ SE APAGA, A VECES MÁS TEMPRANO DE LO QUE DEBERÍA.

  •  Aunque no he podido averiguar vuestros referentes, ni siquiera musicales, creo que algunos de los siguientes podrían ser, por lo que he podido observar en clase. ¿Qué referentes musicales pondrías para una Ceremonia de Despedida? Justifica tu elección. 







  • Deja un comentario más abajo, si te apetece.

Comentarios