SYMPOSIUM
Fluía con el sabor primigenio del agua recién brotada del manantial, en una geografía fecundada por poemas y narraciones deslumbrantes, habitada por unas gentes a ratos parcas, a ratos locuaces. Se afianzó en los caminos y en las ciudades y en las villas. Es un ser vivo y por ello rechazaba todo límite, como si la geografía y la historia, en vivencia multifacética, hubiesen parido trabajosamente un tesoro que no admite confines, sembrado y rebrotado, enriquecido y trasegado en los horizontes de una tierra remota. Es el desenfado, la algazara colorista y frutal que confiere a las palabras esa alegría juglaresca de las oropéndolas. Nos reconforta, nos define, nos viste y nos reviste. Es memoria que permanece habitando el hálito apacible de los campos y conjura los malos sueños en la travesía de la noche, que se va poblando con el aire aúlico de una grácil hetaira, cuyas notas producen en los oídos un efecto ascético, como de hidro...