SYMPOSIUM



Fluía con el sabor primigenio

del agua recién brotada del manantial,

en una geografía fecundada

por poemas y narraciones deslumbrantes,

habitada por unas gentes

a ratos parcas, a ratos locuaces.

Se afianzó en los caminos

y en las ciudades y en las villas.

Es un ser vivo

y por ello rechazaba todo límite,

como si la geografía y la historia,

en vivencia multifacética,

hubiesen parido trabajosamente

un tesoro que no admite confines,

sembrado y rebrotado,

enriquecido y trasegado

en los horizontes de una tierra remota.


Es el desenfado, la algazara colorista

y frutal que confiere a las palabras

esa alegría juglaresca de las oropéndolas.

Nos reconforta, nos define,

nos viste y nos reviste.

Es memoria que permanece habitando

el hálito apacible de los campos

y conjura los malos sueños

en la travesía de la noche,

que se va poblando con el aire

aúlico de una grácil hetaira,

cuyas notas producen en los oídos

un efecto ascético, como de hidromiel

en la boca del aedo cretense,

que templó su lira y comenzó a cantar

como si celebrara las evoluciones

de una danza de Ariadna


DATOS DEL POETA: Bartolomé Delgado Cerrillo nació en Villa del Río (Córdoba), en 1958. Es profesor de lengua y literatura en educación secundaria, y profesor asociado de la Universidad de Córdoba, en el Dpto. de Ciencias del Lenguaje. Es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Ha publicado algunos estudios monográficos sobre la Generación del 27, la didáctica de la lengua y la literatura, así como diversos artículos en revistas especializadas. En mayo de 2011 apareció su primer libro de poemas, La mansedumbre del tiempo, (Ediciones Depapel, 2011), con ilustraciones de Miguel C. Clementson Lope, En 2012, publica su segundo poemario, Donde respiran los álamos. En 2015, Sustancias de instantes. El poema de esta semana pertenece a Cancionero publicado también por Detorres Editores. 

COMENTARIO: Cuesta mucho esfuerzo contar al alumnado lo que suponía un Banquete en Grecia o en Roma. Creen nuestros jóvenes que el mundo empieza con sus descubrimientos, que el ocio que viven es distinto y más auténtico, más interesante, mucho menos aburrido que lo que se hacía antes de llegar ellos. Pero cualquiera que tenga un mínimo interés en el tipo de ocio en la Antigüedad y haga cuentas, se percatará que, por ejemplo, los atenienses tenían entre 80 y 120 festividades al año oficiales. Lo que cuenta Bartolomé Delgado en su poema es una escena privada en la vida de un hombre libre ateniense que, desde luego, no trabajaba y asistía a las festividades oficiales e invitaba a su casa, a amigos, conocidos, etc. Alguno se colaba, el bufón, al que pedían, al menos que contará chistes o historias para divertir al personal y así disfrutar de la comida, el vino, el baile, la conversación, y todos los placeres que al cuerpo suministraban sin cortapisas. 

En el modo de entender el ocio existe un modo concreto de entender la vida. Y no es un error recurrir a la imagen del Jardín de Epicuro para sospechar qué hay en el fondo del poema de Bartolomé Delgado. Si usamos esta perspectiva ética, para el hedonismo que defendía Epicuro,  existe todo una tipología de deseos: naturales y necesarios (como el placer de calmar el hambre o la sed); naturales y no necesarios (como el placer de seguir comiendo y bebiendo aunque el hambre y la sed hayan sido satisfechos); pero también, deseos que no son ni naturales ni necesarios (como el placer de obtener glorias, honor, etc.); etc. No obstante, la clave de su ética, el principio y el fin de sus acciones, como sabemos es hallar el placer. Pero no un placer animal, por decirlo así (un cerdo en el barro hediondo puede ser feliz, pero no somos cerdos), sino un placer que pone el acento en gozar, en saber disfrutar de esos placeres y hacerlo en compañía. Para él, la amistad, el amor así entendido, es necesario en el caso de la condición humana. No es lo mismo una comida magnífica, que esa misma comida en compañía de tus seres queridos, por ejemplo. 

Estos antiguos griegos y romanos, con todas las restricciones intolerables hoy en día que no permitiríamos (la ausencia de mujeres, el veto a los esclavos, la obligación de ser un ciudadano libre y, por tanto, con propiedades entre otros requisitos...), sabían vivir. Porque no podemos olvidar que los hombres libres no trabajaban. En nuestras sociedades actuales, la igualdad entre hombres y mujeres, la prohibición de la esclavitud, la libertad individual y la propiedad privada no son impedimentos para saber vivir. Y, sin embargo, algo falla... Para empezar trabajamos a destajo durante toda la semana, muchas horas al día, para disfrutar un poco de tiempo libre en un fin de semana corto o en vacaciones. Pero el sistema económico, que es también un sistema de valores, nos fuerza a disfrutar de nuestro tiempo libre, precisamente, con dinero y, muchas veces, de manera individual. José Saramago en su Ensayo sobre la ceguera expresa esta situación del siguiente modo: Creo que nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven. Porque parecemos ciegos negando lo que sabemos desde la antigüedad y que nos recuerda Bartolomé Delgado en su poema: la belleza, la danza, la poesía, una buena conversación al amparo de los amigos y después de disfrutar de placeres cotidianos es suficiente para vivir bien. ¿Cuánto dinero se necesita para eso? ¿tan difícil resulta aprender a vivir sin bienes materiales?

Nos empeñemos en confundir lo esencial con lo que se puede comprar, por eso las grandes empresas nos venden ahora sensaciones, no objetos de lujo (eso es para horteras y nuevos ricos), sino experiencias únicas: un consumo y un ocio personalizado para hacernos especiales a cada uno de nosotros. Aunque esto es materialmente imposible. El discurso actual gira en torno al consumo de lujo, hacer imprescindibles los objetos que nos proporciona, para que el individuo se sienta único (hay personas que por tener un iPhone 14 se sienten mejores que los que tienen un Xiaomi, tan borregos somos aún del mercado). En este  capitalismo de última generación, de ficción, como lo llama Vicente Verdú, se procura alimentar en cada persona la impresión de ser alguien único, vendiendo sensaciones, vivencias exclusivas, experiencias virtuales tan reales como la vida misma, pero que no es la vida misma. Vivimos demasiado acelerados y, tal vez, es hora por apostar por otros ritmos y desacelerar. Porque la vida, sospechamos, que está en otra parte: en lugares donde se produce el encuentro, en una conversación amena, en una canción, en un espectáculo de danza, en un poema... Allí donde surge la belleza y que está al alcance de nuestra mirada atenta y apasionada por eternizar el instante de felicidad. Aprender a vivir así es más necesario que nunca.

Le damos las gracias a Bartolomé Delgado por darnos la oportunidad de mirar al pasado y darnos herramientas para no sucumbir al engaño en el que caemos en nuestra sociedad actual. Es un honor para este blog que ya forme parte de La Voz de la Poesía.  


BONUS TRACK (Por Esther Mañoso): Las posesiones van ligadas inevitablemente a la necesidad de trabajar más y más para conseguirlas y mantenerlas, y esto, lejos de hacernos más libres, nos hace más esclavos. Está bien poder permitirse ciertos placeres que cuestan algo de dinero, pero si es a costa de pagar con casi todo nuestro tiempo, corremos el riesgo de quedarnos también sin el tiempo necesario para disfrutar de ellos. Así que quizá para vivir debamos decrecer un poco, volver a los placeres sencillos, salir de la rueda de hámster y desprendernos de todo lo que pesa.





ACTIVIDADES:

  • Elige otro título alternativo y explica tu elección.
  • Busca el significado de las palabras que no conozcas del poema. ¿Puedes sustituirla por otras? ¿Pierde sentido el poema si lo haces? 
  • Busca información sobre El Banquete de Platón. De las posiciones que mantienen cuál te ha llamado más la atención.
  • Pon tres ejemplos de cada uno de los distintos tipos de deseos que aparecen nombrados en el Comentario.  
  • Para el epicureismo, la felicidad es una cuestión de cálculo, una especie de balanza. Se debe soportar lo que a largo plazo es bueno, aunque sea un dolor. Se debe evitar el placer, que a la larga sea un dolor. ¿Qué placeres a largo plazo se puede convertir en un dolor? ¿Qué dolores no han de evitarse si, a la larga, el placer será mayor?
  • Preparad un debate académico con el siguiente tema: ¿Enseña la educación reglada a vivir mejor? Si necesitas ayuda, pincha aquí.
  • Busca información sobre el desaceleramiento, por ejemplo, siguiendo las tesis de Carlos Taibo. Para entender su postura sobre la economía escucha el siguiente vídeo que lo ilustra. ¿Es posible la idea del desaceleramiento económico? ¿Qué piensas del cuentito de Carlos Taibo?


  • Busca los orígenes del 1º de mayo. ¿Qué papel jugó la Segunda Internacional en la instauración de esta efeméride? 

  • Esta semana celebramos el 1º de Mayo. ¿Existen razones justificadas para reivindicar las mejoras de los trabajadores y trabajadoras hoy en día? ¿Afecta el incremento de los precios, las subidas del suministro energético, los alimentos y las materias primas, la desestabilización de la cadena global de suministros o subida de los precios de la vivienda y el alquiler a los ciudadanos? ¿Crees que podemos hacer algo al respecto?
  • Nos hacemos eco y difundimos la iniciativa del proyecto la Voz a ti Debida. 


  • Deja un comentario más abajo si te apetece.

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