Día 10. Poesía. Rueda. Tiempo.



El mundo tan quieto ahí afuera.
El tiempo tan quieto aquí dentro.
Las agujas endebles y de paso lento
mecen las cuentas de un rosario antiguo.
Ahora como cuando tengo hambre, como.
Como cuando tengo sed, bebo
y duermo como si tuviera sueño.
 
El tiempo tan quieto aquí dentro,
se derrama por el mantel de la mesa del comedor,
por si acaso es un engaño,
me apresuro a recoger los platos
después de la gran hazaña del almuerzo como si tuviera prisa.
Y devoro libros porque los personajes
parece que me amenazaran desde el principio.
Y pienso rápido en hacer la video-llamada
que antes nunca hice.
La rueda es redonda como el tiempo, como la vida,
como mi casa aquí y ahora.
Es difícil no correr tras una pelota que corre.
El mundo tan quieto ahí afuera
con su mascarilla puesta y las manos limpias
y aquí dentro el tiempo tan quieto cuesta abajo y sin frenos
y las manos más limpias.
 
El tiempo ha muerto, dilo en voz alta,
me digo y lo digo.
 
El yugo cotidiano se impone a lo real.
Si desaparece el yugo, aparece lo real:
 
Hacer el amor sin tiempo es hacer el amor.


DATOS DE LA POETA: BEA ARAGÓN (Cádiz, 1986). Ha escrito Los siete cuentos de Sonia, El palomo cojo, Escala de grises (Cazador, 2017), El discurso del barro (Cazador, 2019) y La reina de los pájaros (Maclein y Parker, 2022). Ha obtenido premios literarios y coordinó las campañas poéticas de «Sin poesía no hay ciudad» de la ciudad de Cádiz. En el mundo del Carnaval gaditano también tiene una trayectoria interesante.

COMENTARIO: "Ya pasó aquel infierno. ¿Para qué volver la vista atrás? ¿De qué sirve recordar un tiempo terrible ahora que no queda apenas ni rastro del confinamiento? La poesía insiste en volver a un pasado que debemos olvidar. Hoy ya no es ayer". Estas serán algunas de las quejas del alumnado y el lector del poema que hoy presentamos de Bea Aragón. Y aunque en principio pueden tener razón los que lean con hartazgo este blog, creemos que el poema hoy, tiene más vigencia que cuando fue escrito por la poeta gaditana. Pero para ello, vamos a analizarlo sin ese contexto.

Lo primero es darnos cuenta desde dónde se escribe un poema. Creemos que la poesía debe escribirse desde una altura imposible para cualquier mortal. A menudo la presentan como una actividad para iluminados, para excelsos pensadores, personas tan sensibles que parecen fuera de lo normal y todo le afecta más que al resto. ¡Una cursilada, vaya! Y ocurre entonces que acabamos alejándonos de ella, como lectores sobre todo. Y, sin embargo, la poesía puede nacer desde un rincón de la cocina, decir las cosas con un lenguaje cotidiano, incluso grosero a veces. Es así de mundana. De tan cotidiana que resulta, nos confunde cuando así se presenta. Y lo llena todo de otros olores, de otros sabores que despojan su pretendido elitismo a situaciones tan tangibles como poner o quitar la mesa para comer. Ahora como cuando tengo hambre, como...

Este poema nace de una experiencia común, tal vez determinada por la situación de confinamiento que sufrimos no hace tanto y que ha servido, a la poeta, como hilo conductor de los Poemas del encierro, como le llama a esta secuencia de días. Pero no hace falta leer este poema bajo ese influjo, repetimos. Porque el modo de concebir el tiempo, esa quietud del principio, en el que la monotonía o la parsimonia lo llena todo, puede ser el mismo que nos invade un lunes aburrido cualquiera, por ejemplo. O que lleva sucediendo en nuestras vidas de manera imperceptible meses o años. Sucede que la vida se llena de obligaciones, de deberes, de imposiciones, de compromisos adquiridos que convierten en insoportable las horas. No nos engañemos, como dice Aragón: La rueda es redonda como el tiempo, como la vida,/ como mi casa aquí y ahora. Y más abajo, con unos versos que suponen por sí solos un aforismo perfecto, añade: El yugo cotidiano se impone a lo real./ Si desaparece el yugo, aparece lo real.

Lo real, nos tememos, la vida cotidiana, sin esperanza, sin convencimiento, que impone sus tiránicas reglas y de las que parece imposible escapar nos deja pendientes de un péndulo que recuerda a Schopenhauer: en un extremo el dolor, el sufrimiento; en el otro, el hastío, la súbita desgana de vivir. Pese a todo hay una escapatoria y queremos leerla entre líneas en el poema de Aragón, cuando afirma, por un lado, que el tiempo ha muerto y nos exhorta a gritarlo, a ser consciente plenamente de esa posibilidad. Si el tiempo ha muerto, entonces, tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros, para hacer de nuestra vida lo que queramos de ella. Ya no más obligaciones, ni deberes, ni imposiciones, ni compromisos que podamos tomar como excusas para lo más urgente que es vivir. Vivir de una vez por todas. E intentar ser feliz saliendo de nuestro propio confinamiento. Y, por otro lado, el último verso, que nos indica como una especie de sentencia, que la vida puede ser extraordinaria un lunes cualquiera, con prisas, a salto de mata, sin esperarlo, lo maravilloso ocurre si somos capaces de crear la ocasión para ello: hacer el amor sin tiempo es hacer el amor.

Agradecemos a Bea Aragón su inmensa paciencia con nuestro blog, porque nos envió su colaboración hace muchos meses y`por fin está ya en La Voz de la Poesía. Muchas personas saben que este espacio es una especie de terapia para ahorrarme psicólogos y terapeutas y aunque suene a locura, los poemas vienen al blog y nos llaman en el momento exacto. Con el de Bea Aragón ha ocurrido, muchos meses en la recámara y de repente todo encaja, como el último verso que define la necesidad de vivir intensa y extraordinariamente cada día, por insulso que parezca. 


BONUS TRACK (Por Esther Mañoso):

El sonido de un cuenco tibetano inicia el tema. Es un sonido que se utiliza para comenzar y terminar las meditaciones para situarnos.

Dicen que somos a lo que dedicamos el tiempo y es que realmente es nuestro único activo, lo único que tenemos es tiempo. Podemos estirarlo, hacer que pase deprisa, paladearlo o apenas ser conscientes de su paso, pero una cosa es cierta: nunca se detiene, ¿o sí?

Seguro que alguna vez has tenido la sensación de que el tiempo se detenía, ¿acaso no es ese instante la eternidad? ¿Qué quieres hacer con tu tiempo?


ACTIVIDADES:

  • Elige otro título para el poema y explica tu elección.
  • Lee la siguiente entrevista que lleva por título: Bea Aragón, poeta y limpiadora. ¿Qué aspectos destacarías de la poeta? ¿Qué te parece lo más interesante de su vida y su manera de entender la poesía?
  • Como autora de Carnaval, destaca su autoría en la Comparsa Brujas. Y su proyecto en youtube de La Escuelita de Carnaval.


  • En esa entrevista nombra, entre otros a Miguel Ángel García Argüez ; David Eloy Rodríguez; Carmen Camacho; Isabel Escudero; Carmen Moreno y al Colectivo La Palabra Itinerante. Busca información sobre ellos y encuentra un poema que te haya interesado. Explica tu elección. 
  • Miguel Ángel García Argüez y Carmen Camacho colaboran o han colaborado con nuestro centro. Además el primero forma parte del Jurado Profesional de nuestro Concurso de Microrrelatos, que este lunes 5 de junio conocerá a sus ganadores.



  • Que en nuestro centro ocurren cosas extraordinarias lo podéis comprobar si recordamos lo que pasó durante el confinamiento, por ejemplo, con La Voz a ti debida. Pincha aquí. Y si ponéis en el buscador de este blog: la voz a ti debida. ¿Qué te parece dicha iniciativa?
  • Para el poema de esta semana viene bien recordar este Actividad que podéis llevar a cabo:



  • Deja un comentario más abajo, si te apetece.

Comentarios

  1. “Sí, somos mortales, somos hijos del tiempo y nadie se salva de la muerte. No sólo sabemos que vamos a morir, sino que la persona que amamos también morirá. Somos juguetes del tiempo y sus accidentes: la enfermedad y la vejez, que desfiguran al cuerpo y extravían al alma.

    Pero el amor es una de las respuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte. Por el amor le robamos al tiempo unas cuantas horas que transformamos a veces en paraíso y otras en infierno. De ambas maneras el tiempo se distiende y deja de ser una medida.”

    Octavio Paz

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  2. No debemos olvidar que Octavio Paz en este mismo libro La llama doble ( en el mismo texto nombra Desconocida) nos dice " Amamos a un ser mortal como si fuese inmortal. Lope lo dijo mejor: a lo que es temporal lo llamamos eterno" y también Quevedo En amor constante más allá de la muerte, por tanto el amante verdadero ama para siempre su amor es constante aunque pase el tiempo.
    En este mismo libro también habla Octavio Paz de la infidelidad ocasional nos dice que es una falta de debilidad nos dice que se puede y debe perdonarse porque somos seres imperfectos y todo lo que hacemos está marcado por el estigma de nuestra imperfección original, aunque no debemos olvidar que si la infidelidad no es consentida y es practicada por unas de las partes, ocasiona a la otra graves sufrimientos: su amor no tiene reciprocidad.
    Me quedo con la última parte del Poema de Lope de Vega porque estoy enamorada de mi pareja y por tanto creo en ellas " Creer que un cielo en un infierno cabe
    Dar vida y el alma a un desengaño
    Esto es amor, quién lo probó lo sabe"


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