HABÉIS VISTO CRECER SIN TREGUA ALGUNA LAS GAVIOTAS

Habéis visto crecer sin tregua alguna las gaviotas,
sin esperar que a cambio conquistasen sus graznidos las ciudades,
y ahora impávidos observan los buitres cada remanente
mientras los otros animales tiemblan solo
de pensar en su futuro sentenciado.

Ha ocurrido siempre así desde el principio de los tiempos.
Nuestro origen de salvajes sin reposo perpetúa
las crueldades impunes.
Cómo desandar estos caminos que merecen disolverse
en las tinieblas.
Cómo reconstruir todas las ruinas
de los pueblos ultrajados y excluidos.

Habéis visto crecer depredadores en las llanuras del alba.
Quién será capaz ahora de salvarse
de esta sanguinaria cacería.

DATOS DE LA POETA: Andrea Aguirre (Buenos Aires, 1980) es licenciada en Pedagogía y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Complutense de Madrid, en la que realizó asimismo un Máster en Estudios Literarios y un Máster en Programas de Intervención Psicológica en Contextos Educativos.

Ha publicado los poemarios: El ciclo lunar de los paréntesis (Ártese quien pueda Ediciones, 2012), La infancia suicida de Verónica Qué (Ártese quien pueda Ediciones, 2013), El mapa de la existencia (Ediciones Tigres de Papel, 2015), Mujer frente al caos (La Penúltima Editorial, 2017) y La cicatriz y la huella (BajAmar Editores, 2023). Sus poemas han aparecido en diversos medios literarios, entre ellos las revistas “Álora”, “Cuadernos del matemático”, “Buensalvaje”, “La Galla Ciencia” y “Registros”, así como en las antologías Voces del Extremo. Poesía y resistencia (Amargord, 2013), Por un puñado de poemas

(Playa de Ákaba, 2016), Refugiados (Playa de Ákaba, 2016), Liberoamericanas (Libero, 2019), Somos (Ediciones Tigres de Papel para Genialogías, 2020), Hijos del viento (Somos Galgos, 2021) y el foto-libro Proyecto Constelaciones “Eridanus” (Arte-Desgenerado, 2018).

Ha colaborado realizando reseñas y críticas literarias en medios digitales y, en la actualidad, participa activamente como miembro de la Asociación Genialogías, dedicada a la difusión de la poesía escrita por mujeres.

COMENTARIO: ¿Somos inmunes al dolor ajeno?, ¿nos importa realmente lo que les ocurre a otras personas a miles de kilómetros de nuestras casas?, ¿por qué somos incapaces de involucrarnos, desde la sociedad civil, para intentar parar las atrocidades que vemos todos los días en la prensa y los telediarios? Cada vez que vemos ante nuestros ojos lo que está ocurriendo, por ejemplo en Gaza, el genocidio que supone, la muerte de más de 12000 menores desde octubre de 2023 hasta este mes de enero de 2024, debería ser suficiente para decir basta. Ante la magnitud de la sangría, debería existir una responsabilidad ética global que deberíamos asumir como individuos y como sociedad frente a las injusticias y atrocidades en cualquier parte del mundo.

En el poema de esta semana, las metáforas de Andrea Aguirre son fácilmente identificables. Y nos sitúan ante un debate clásico: ¿es el hombre malo por naturaleza? Desde el punto de vista filosófico, algunas corrientes sostienen que los seres humanos tienen una tendencia innata hacia el egoísmo y la crueldad, mientras que otras argumentan que la bondad y la empatía también son inherentes a nuestra naturaleza. Para no cansar al lector, señalamos, básicamente que, autores como Hume, argumentan que los seres humanos tienen tendencias egoístas y pasiones que, sin regulación, sin leyes del Estado, podrían conducir a comportamientos mucho peores, porque nuestro instinto es criminal. Propone que la sociedad necesita un gobierno y leyes para establecer normas y limitar los impulsos individuales que podrían dañar a otros de manera natural. Porque el hombre es malo por naturaleza. En cambio, bajo la perspectiva de Rousseau el hombre nace bueno y es la sociedad, con sus instituciones (banderas, dominios territoriales, ansias de poder, entre otros) y normas, la que corrompe esta bondad natural del buen salvaje. Sin embargo, nos tememos, para el caso es lo mismo. De un modo u otro, ambas perspectivas confluyen en la misma realidad: se perpetúan, como dice el poema, las crueldades impunes.

En algunos casos, la impunidad está arraigada en sistemas políticos y legales deficientes que no aplican la ley de manera justa o imparcial. La corrupción y la falta de rendición de cuentas a menudo permiten que individuos y grupos poderosos evadan la responsabilidad por sus acciones. Hay, por decirlo así, una violencia estructural. La violencia estructural está relacionada con desigualdades sociales y económicas y contribuye a que nada cambie. Siempre ha pasado igual, nos decimos a nosotros mismos y entonces, la indiferencia hacia conflictos y crisis humanitarias permite que las crueldades persistan sin consecuencias significativas. ¿Qué ocurre en este mundo globalizado para que no podamos acabar con las atrocidades actuales? La falta de mecanismos efectivos para hacer cumplir el derecho internacional humanitario y los derechos humanos contribuye a la impunidad. Los asesinos parecen que se irán de rositas. Y es cierto que la jurisdicción y la cooperación internacional a menudo enfrentan obstáculos en la persecución de crímenes contra la humanidad. Lo admitimos, pero algo hay que hacer. Al menos desde las escuelas.

A nosotros se nos ocurre que, desde las escuelas, una de las claves es informar fehacientemente, con datos objetivos, con informes oficiales, con evidencias contrastadas de los conflictos bélicos y sus consecuencias en la población civil. Promoviendo el pensamiento crítico y la evaluación reflexiva de la información para comprender mejor los acontecimientos y las situaciones que vemos día a día, evitando así la aceptación pasiva de la propaganda o la desinformación. Desde las escuelas, en nuestras aulas, debemos intentar que el alumnado entienda la necesidad de la participación cívica. El activismo puede enseñarles a nuestros estudiantes mecanismos para abogar por la justicia y exigir rendición de cuentas a nivel individual y colectivo. Hay que posicionarse, la equidistancia ante crueldades como las que vemos en Gaza no puede demorarse más desde las escuelas. Y creemos que es la única manera de salvarnos de esta sanguinaria cacería.

Desde este espacio damos las gracias al envío de Andrea Aguirre,  esperando que La voz de la poesía pueda contribuir a desarrollar en nuestro alumnado, entre el profesorado y la comunidad educativa la conciencia necesaria para impulsar el Día Internacional de la Paz y la No violencia. Nosotros intentamos poner nuestro granito de arena siempre.

ACTIVIDADES:

• El poema no tiene título. Inventa uno y explica tu elección.

• En el poema de esta semana: ¿quiénes serían las gaviotas, quiénes los buitres? 

• Intenta realizar una disertación filosófica que responda a la siguiente cuestión: Conociendo la Historia Universal, ¿crees que el hombre es malo por naturaleza? Intenta la disertación informándote sobre las posiciones filosóficas de Hume y Rousseau, entre otros y partiendo del análisis y los datos que aparecen en esta noticia de El País.

• Busca información sobre el proyecto poético Genialogías. Lee sus Informes. Extra tus  conclusiones al respecto. Elige para leer alguna de las entradas que aparecen en Autoras y explica al resto de la clase la información más relevante de dicha entrada.
• Desde nuestro centro, os dejamos esta iniciativa, por si queréis participar.
  
  

• Deja un comentario más abajo y cuéntanos qué hacéis para el Día de la Paz en vuestros centros.