OCULTA

 


Under my window, a clean rasping sound
When the spade sinks into gravelly ground:
My father, digging. I look down
Seamus Heaney

Mi madre suele estar oculta siempre que voy a visitarla.
Suele estar en el garaje, o en el desván,
o dando un paseo por el monte con los perros.

Yo la llamo en voz alta
y, por un momento, me estremezco
esperando a oír su voz.

Mi madre no me deja entrar en casa de inmediato.
Me agarra del brazo y me lleva hacia el huerto.
Como siempre, me pregunta: «¿Qué ha cambiado?».

«Qué sé yo…», le contesto para ganar tiempo,
mientras al mismo tiempo miro y remiro,
por todas partes, qué será lo que está distinto.

Suele ser que ha podado las rosas,
o que ha pintado de blanco la caseta del perro.
Para ella, el trabajo de una semana;
para mí, un momento de atención.

Mi madre, nacida en los años del hambre, aquella niña
que, cuando llovía, se quedaba en casa sin ir a la escuela,
porque sin zapatos adecuados podía enfermar.

Por eso, toda la vida le han gustado los cambios
a aquella mujer que, de joven, quiso
transformar la sociedad de arriba abajo.

De aquella generación que, en los tiempos más oscuros
y a escondidas, conservó la lengua vasca.
al fin, me deja entrar en casa,

y hace que se regrese a la infancia
mediante el sabor de sus platos, y porque
es la única que aplaca mis temores.

Al despedirnos me dice que la próxima vez
no me olvide de llevarle un libro, que no hay libros nuevos
en la estantería, y está cansada de releer los que hay.

Subo al coche y considero la pregunta de mi madre:
«¿Qué ha cambiado?», esos crueles cambios que,
como las arrugas, aparecen sin que nos demos cuenta.

Será que últimamente la veo más cansada,
será que también yo estoy cada vez más solo.
Yo no quiero que nada cambie.

Querría seguir siempre visitando a mi madre,
e intentar acertar su adivinanza,
tomados del brazo y caminando por la huerta.




DATOS DEL POETA: Kirmen Uribe nació en Ondarroa, Bizkaia, en 1970. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 2009 por su primera novela Bilbao-New York-Bilbao (Seix Barral, 2010). Antes había publicado su poemario Mientras tanto cógeme la mano (Visor, 2005). A esa primera novela le siguieron Lo que mueve el mundo (Seix Barral, 2013), novela que cuenta la vida del poeta Robert Mussche, un escritor belga que adoptó a una niña vasca de la Guerra Civil, y La hora de despertarnos juntos (Seix Barral, 2016, Premio Nacional de la Crítica en euskera), que recoge la increíble vida de Karmele Urresti y sus dos exilios, uno político por la Guerra Civil, y el otro económico, en la posguerra. Esta novela va a ser llevada próximamente al cine por el director Asier Altuna. En 2018 obtuvo la prestigiosa beca Cullman de la Biblioteca Pública de Nueva York para escribir allí su cuarta novela, La vida anterior de los delfines. Sus textos han aparecido recientemente en publicaciones icónicas como The New Yorker o The Paris Review, y actualmente escribe un podcast semanal en euskera para el diario Berria. Kirmen Uribe y su familia viven actualmente en la ciudad de Nueva York donde él imparte clases de escritura creativa en la Universidad de Nueva York (NYU).

Página oficial: https://kirmenuribe.eus/es/


COMENTARIO¿Quiénes somos? Somos nuestra propia historia. No nuestro pasado, sino lo que contamos de nuestra vida. Si intentamos pensar en la historia de la madre de Uribe, con los datos del propio poema, podemos señalar que esa madre, como muchas de su generación, como mi madre, como vuestras abuelas, nació en tiempos difíciles. Un botón de muestra nos indica la indigencia de la época franquista: la madre fue una niña en una época marcada por la escasez y la dificultad, donde la lluvia era una barrera para asistir a la escuela, porque solo se tenían un par de zapatos. Solo un par, aunque os parezca imposible de concebir actualmente. A muchos alumnos y alumnas la Escuela, o más bien, la Secundaria, le parece una condena en una cárcel, sin embargo, ese derecho es un privilegio para muchos otros jóvenes hoy en día (basta con mirar a Palestina u otros conflictos en 2024) y en el pasado. Las condiciones adversas o ventajosas en las que crecemos determinan nuestro modo de valorar la propia experiencia. Vivir en la abundancia, hoy en día, crea frustraciones si los Reyes Magos no traen el último modelo de iPhone, por ejemplo… Hemos cambiado mucho, para bien, pero sin herramientas para distinguir lo sustancial de lo superfluo en muchos casos, nos tememos.


Si nos centramos en el poema, ese trasfondo histórico y las adversidades de la infancia de la madre sirven como base para comprender el carácter generoso, amable, pero también de lucha y resistencia de una mujer entrañable. El deseo de cambio no se presenta, en ningún caso, como una renuncia a su identidad cultural, sino más bien como un esfuerzo para adaptar y preservar sus raíces en un mundo que inevitablemente cambia. Perseverar, aguantar, no claudicar al sistema que impone sus reglas (sea para conservar, en este caso, la lengua vasca en tiempos de represión), es una de las grandes enseñanzas que podemos aprender de nuestros mayores, de cualquier madre o padre que quiera ostentar ese título. La apuesta por las propias raíces, curiosamente anuncian el vuelo del hijo (sin esa madre luchadora, el poeta hubiera sido otra persona distinta). Otra enseñanza más: dejar partir sin olvidar de dónde se parte, sin reproches ni exigencias en nombre de la filiación o el parentesco.


Porque cambiar las cosas de alrededor, con pequeños detalles, haciendo guiños que nadie ve ni comprende, ni tienen por qué apreciar ojos ajenos es una forma de no claudicar al tiempo que todo lo devora. Esa manera de actuar forja también el carácter de una personalidad arrolladora, aunque parezca contradictorio con la humildad que define también a la madre. Podar las rosas o pintar la caseta del perro, son tareas cotidianas que para ella se convierten en momentos claves porque determinan una manera de ver y estar en el mundo, transformando lo ordinario en extraordinario, lo obligatorio en belleza, los deberes en quereres. Ojalá nuestros hijos e hijas, nuestro alumnado, aprendieran a hacerlo posible. Vivir en tiempos difíciles -¿estos tiempos lo son?, ¿existe algún momento que no lo sea?-, nos debería capacitar para extraer belleza y sentido en las cosas más modestas, como un paseo por el monte agarrado de otro brazo: la riqueza de lo simple, lo que no se puede comprar, pero sí ofrecer como un regalo al otro.


Hay en el poema un eco nostálgico también de lo no sido, de lo no vivido, de lo que no se vivirá en ningún caso. Lo descubrimos en el deseo de Uribe de que nada cambie, que siempre pueda contar con su madre (“la única que aplaca sus temores”) y vivir una y otra vez esos momentos. Es evidente: Uribe, como cualquiera, no tendría problema en asentir y decir sí ante el eterno retorno de lo mismo: volver una y otra vez a esa escena con la madre, porque la felicidad captada en el poema es plena (volver a la infancia por el sabor y el olor de esos platos, como la magdalena de Proust). En la última estrofa, se revela un anhelo profundo de mantener a lo largo del tiempo esos instantes de dicha. Y nos parece imposible, porque el tiempo lineal precipita todos los finales (“Será que últimamente la veo más cansada”), pero hay una oportunidad de contestar a la pregunta de la madre, a su adivinanza: ¿qué ha cambiado? Si nos lo permite el poeta: nada ha cambiado. Nada cambia para el que convierte un instante cotidiano (el paseo con la madre, podar, etc.) en algo extraordinario. Ese es el amor más sincero y auténtico en cualquier época de indigencia, de vulnerabilidad.


Agradecemos a Kirmen Uribe su participación en nuestro proyecto de La Voz de la Poesía. Ahora que hemos celebrado el paso del tiempo y ya hemos festejado lo que significa, no nos olvidemos tan pronto de visitar a nuestros seres queridos o a vivir con ellos un instante que justifique y de sentido a nuestra precaria existencia.


ACTIVIDADES:

  • Explica el sentido literal y metafórico del título del poema. Inventa otro título posible y explica tu elección.
  • Visita la página oficial de Kirmen Uribe y conoce su día a día en NY. O conoce la entrevista de Buenafuente (son tres partes: 1, 2, 3). 

Lee el siguiente fragmento de su primera novela y haz las Actividades correspondientes.

  • En el frontispicio del poema aparece unos versos de Heaney, tradúcelos. Busca información sobre él. En este mismo blog aparece otro poema de Kirmen Uribe con personajes de su familia. Léelo aquíTecnología. ¿Puedes establecer una relación entre ambos poemas?

  • ¿Sabes lo que  significa la expresión: Los años del hambre? Mira este breve documental: Ni pan ni lumbre, de Informe Semanal. Hasta el 2 de abril puedes ver on line y gratis Pan negro (Pa negre), en RTVE.es
  • Busca información sobre la represión del euskera en la dictadura de Franco. Busca información sobre la educación española en dicha época. Y también sobre la Institución Libre de Enseñanza. ¿Qué le dirías a tus compañeros y compañeras que mantienen que la Escuela es una cárcel?
  • Busca información sobre los bombardeos de escuelas en Gaza en estos últimos meses. Si fueras un niño o un joven palestino, ¿sentirías el derecho a la educación como tal o como una oportunidad para salir de la precariedad? 
  • Escribe una Carta al Director/a de algún periódico de tirada nacional reivindicando el derecho a la educación de los niños palestinos. Ayúdate de este material para que logres tu propósito: Guía Cómo escribir una carta al Director, pincha aquí.
  • ¿Qué persona es la única que aplaca tus temores? Puedes escribirle un poema...
  • Kirmen Uribe da clases de Creatividad Literaria en la Universidad de NY, te proponemos las siguientes relacionadas con esta entrada (otras aquí):

Una ayuda para escribir un poema:


Aprender a Huir



Tachismo, para quitar lo que sobra.



  • Si nos centramos en el Comentario: ¿qué regalo no se puede comprar con dinero? ¿Por qué olvidamos la diferencia entre lo sustancial, lo que importa, y lo superficial, lo prescindible? 
  • Si te ha gustado este poema os dejamos con los siguientes:

Deja un comentario más abajo.


Comentarios

  1. "Nadie está a salvo del tiempo. Tampoco del abandono."
    Debemos recordar a nuestros alumnos que muchos de los derechos adquiridos como ir al colegio, ir al médico, tener transporte gratuito, carreteras, libertad de expresión, poder utilizar cualquier lengua para expresarnos.. se han conseguido gracias a muchas personas ocultas, muchas se ellas por luchar por esos derechos fueron privados de su libertad e incluso de sus vidas.
    Debemos decirle que los derechos o las injusticias se ganan moviéndose, manifestándose, no sirve hacer huelga y quedándose en su casa.
    Pequeñas acciones pueden servir como cortar un rosal, pintar la caseta del perro, las concentraciones de personas en para conseguir la paz en Palestina. Debemos tener encuenta que si que algunas personas estemos bien (tengamos bienestar) es porque hay otras tantas que lo pasan mal.
    Hago un guiño a la canción de Rigoberta Bandini " Tú que podrías acabar con tantas guerras, escúchame mamá, mamá, mamá"

    ResponderEliminar

Publicar un comentario