NIHILIDAD (POEMA DE BIENVENIDA AL ALUMNADO)


 
Este mundo, el mismo para todos, no fue creado por dios
ni por hombre alguno, sino que siempre fue, es y será, un
fuego eterno, que se enciende y se extingue según medida

Heráclito

De niños aprendemos el amor.
Nos dicen que este cuerpo necesita otros cuerpos,
el fuego del abrazo en que se funden
el mundo y las rutinas;
nos cuentan que palabras
como familia, hogar o territorio
entretejen los sueños y los huesos;
nos hablan del pasado,
animal mitológico;
y en las fotografías conocemos
historias olvidadas que recuerdan los padres
y nos enseñan cómo
se alimenta un incendio.

De niños aprendemos la dureza
del suelo y los cimientos,
la pervivencia de lo humano
y su memoria;
nos hablan de un testigo,
de la infinita permanencia
del fondo y sus razones;
nos dicen que el mundo es un equilibrio,
una tensión polar según medida,
que una piedra se apoya en otra piedra
y debajo el sentido
—una tortuga inmensa y confortable—
nos aleja del vértigo,
del terrible temor
de estar sobre el abismo.

De niños aprendemos qué es el miedo,
lo atisbamos en puertas y susurros
como una bestia dócil, escondido,
lo vemos en abuelos y hospitales.
Pero tenemos las palabras justas:
sabemos que debajo de una piedra,
siempre
             hay
                   otra
                         piedra.

¿Qué hacer si las palabras
se vuelven invisibles,
si nada queda,
si el miedo ya no tiene
formas donde esconderse?


DATOS DEL POETAManuel Toranzo Montero (1990). Licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla, trabaja desde 2016 como Profesor de Enseñanza Secundaria. Ha publicado Las transformaciones (Ediciones en Huida, 2025).


COMENTARIO: Otro año más que comienza, otro curso más que seguimos apostando por la poesía como un modo de fomentar la lectura, pero también el pensamiento crítico, la toma de conciencia sobre la realidad que nos rodea. Leer poesía no es un lujo ni una pérdida de tiempo: es una manera de entender mejor lo que sentimos, de poner palabras a lo que a veces no sabemos decir. La poesía nos ayuda a mirar el mundo con otros ojos, a detenernos, a descubrir detalles desapercibidos que iluminan nuevos espacios de belleza, de felicidad, pero también de dolor, distancia o ausencia. 

En la poesía todo el material está construido con palabras. Y, sin embargo, los poetas reconocen que éstas, muchas veces, son insuficientes. En un poema, las palabras buscan lo que, sin ellas, no aparecería, no sería real. Y otras veces, con las palabras, algo se pierde para siempre. Podemos verlo en el magnífico poema de Manuel Toranzo.

En este poema, el poeta nos recuerda que desde niños aprendemos las primeras lecciones de la vida: el amor, el miedo, la memoria, la fragilidad y también la fuerza interior que nos hace humano. Crecemos rodeados de palabras que nos enseñan a nombrar el mundo. Palabras que nos dan raíces, que sostienen nuestros sueños y que incluso nos protegen de aquello que nos asusta. Pero en esa enseñanza, ya hay mucho de prejuicios, de tópicos, de limitaciones que buscan mantener el status quo, el orden, lo que se supone que no debe cambiar. Y desde la más temprana edad, el lenguaje desvirtúa la realidad, la empequeñece, por así decirlo.  El universo tiende a la entropía, no al orden.

Y ocurre entonces que esas mismas palabras pueden volverse invisibles. Llega un momento en el que sentimos que ya no alcanzan para explicar lo que ocurre dentro y fuera de nosotros. La familia se rompe y aparecen los divorcios, el hogar ya no es un espacio seguro porque esconde un infierno, por ejemplo, y el territorio, la patria, si se nos permite, es un arma arrojadiza que separa y desune. El amor, en definitiva, nunca fue una rutina, sino que es espasmo, obsesión, un volcán que todo lo trastoca y nos deja con el corazón vibrando en la distancia del cuerpo deseado. Es la paradoja del lenguaje: lo necesitamos para comprender y sostenernos, y sin embargo sabemos que nunca alcanza para decir lo que sentimos, lo que pensamos, lo que somos. 

Para todo eso, queridos alumnos y alumnas, sirve la poesía. Para empezar a asimilar las enseñanzas del dolor. En la adolescencia llega un momento en que uno descubre que el dolor no es un accidente ni una excepción, sino parte inevitable de la vida. Y ese descubrimiento os llegará, si todavía no lo conocéis, en el periodo del instituto. No sirve de nada esquivarlo, porque siempre encuentra la forma de imponerse: en una ruptura de la amistad, en una ausencia o pérdida de un ser querido, en el fracaso en los estudios, en la certeza de que nada dura para siempre. Asumirlo no significa resignarse, sino aprender a habitarlo, a dejar que nos atraviese y nos transforme. Madurar no es blindarse contra la herida, buscando sucedáneos, escapándose en una realidad virtual; madurar es aceptar que la herida acompaña y enseña: nos recuerda que somos vulnerables, que nada está garantizado y que, precisamente por eso, la vida se vuelve más intensa y verdadera. Son duras estas palabras para vosotros y vosotras, pero en este espacio de lectura y de pensamiento crítico, las verdades no se enmascaran, no se dulcifican, ni usamos nunca la poesía, la palabra, para ocultar la realidad, al contrario. Aquí leeremos para aprender a habitar la herida y la belleza, sin disfraces ni atajos. ¡Bienvenidos y bienvenidas un curso más al poema de la semana: al riesgo de decir, de pensar, de sentir..., de vivir! De eso trataba todo.

Agradecemos a nuestro compañero Manuel Toranzo su envío, ya forma parte de La Voz de la Poesía, que no deja de crecer un curso más, gracias a la generosidad de los poetas participantes.


ACTIVIDADES

  • Inventa otro título para el poema. Explica tu elección.

  • Investiga sobre el concepto de nihilismo en la Historia de la Filosofía (pista: Nietzsche). ¿En qué sentido este poema tiene características de este concepto filosófico?

  • Busca información sobre los presocráticos, en general, y sobre Heráclito en particular. ¿Te parece acertada la cita de este autor para introducir el poema? Justifica tu respuesta después de buscar dicha información.

  • Una de las claves de la lectura del poema es una referencia mitológica sobre el origen del mundo que debes conocer. Investiga sobre esa tortuga que sostiene al mundo.

  • Señala los símbolos que el poeta utiliza  y explica qué representan en el contexto del poema.

  • Haz una lista de todas las emociones que percibes en el poema y explica en qué verso o imagen las detectas. Compara tus emociones con las del resto de la clase.

  • ¿Crees que el dolor es necesario para crecer? Organiza un debate en relación a esta pregunta.

  • Escribe un texto, puede ser un poema, un microrrelato, un cuento, o una simple redacción, donde cuentes un momento en el que sentiste miedo o pérdida.

  • ¿Qué enseñanzas del dolor y la fragilidad descritas en el poema se pueden relacionar con la situación de Gaza? ¿Cómo crees que la poesía puede ayudar a comprender, nombrar o visibilizar estas injusticias?¿Qué palabras o imágenes usarías tú para transmitir la experiencia de quienes sufren en un conflicto como el actual, siguiendo el ejemplo de Toranzo?

  • Explica de una manera científica la siguiente frase: El universo tiende a la entropía, no al orden. 


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