LOS FEROCES AÑOS VEINTE

Abro el año con la prudencia del zorro
y la decisión del adolescente,
también como el que cala un melón
que sabe podrido...
y aun así sonrío para el selfie que subo
a Instagram, Facebook y Twitter.
Abro el año con la ingenuidad del que cree abrir un año.
 
Entre propósitos ajenos y un gélido viento arena,
es el año el que, en realidad, se cuela entre nosotros.
No sé si se han dado cuenta:
los años llegan cada vez más psicópatas
más mirada perdida, más reojo traspiés
más puñal invisible, más patada ciega
más pintada cobarde, más abrazo dolor...
pérdida sulfúrica, cruz arma, sonrisa amenaza
hermano traición, amistad obscena, latigazo ludópata
inquietud cotidiana, hemorragia rotura...
Más silencio trampa
silencio monotonía
silencio cloroformo.
 
Los feroces años veinte acaban de llegar,
son feroces porque no queremos escucharlos
como a los hijos que nos echarán de nuestras casas
¡ni siquiera han tenido que llamar a la puerta!,
les hemos abierto, nos hemos apartado sumisos
con una copa rebosante en nuestras manos.
Dónde han quedado los quéformassonesasdevestir
o aquellos creesqueesmaneradecomportarse...
Vosotros seguid así, fijándoos en la anchura de sus espaldas
en las curvas que los delimitan, en el tono subido de sus pezones
e ignorad la sangre,
ignorad la sangre… si no es para señalar la mancha
ignorad la sangre… haced que se disuelva en silencio.
Ya solo nos queda el silencio:
llorar es un lujo de niños o ancianos;
gritar, un acto reservado al lunático...
nada que nos podamos permitir.
Ya solo nos queda el silencio.
 
Otro año se nos ha metido entre las costillas
otra década la suya, y estiran sus brazos para desperezarse,
cualquier día nos revientan
y nos pillan callados como el peligro norcoreano,
callados como la madre callada que revienta enferma.
Y nos pillan callados mientras caminamos callados
bajo cualquier estandarte…
entonando en las entrañas algún himno pegadizo.
 
Escribimos pacientemente el paso del tiempo
como el escolar que practica caligrafía
con frases de fresas fractales
con frases de fresas fractales
con frases de fresas fractales
Y cuando dominamos la técnica,
cuando al fin dominamos la técnica,
pasamos al periodo de desaprendizaje:
dos diestros dedos desbrozan dignidades
dos diestros dedos desbrozan dignidades
dos diestros dedos desbrozan dignidades
hasta que la dignidad se convierta en otro rezo,
en otra fórmula, en otra canción,
hasta que la dignidad sea otro hastaquelamuertenossepare
otro jurodecirlaverdad, otro mealegrodevolveraverte…
hasta que la dignidad se convierta en otro rezo,
en otra fórmula, en otra canción.
 
Estamos solos, desnudos de esperanza, solos.
La esperanza no se recolecta en campos ajenos
la esperanza no se hereda
la esperanza no se compra en AliExpress:
la esperanza es como el fuego, nace de una chispa
y luego se eleva como una enredadera
por los brazos, hasta las manos
junto a un inconfundible crepitar de pupilas.
Solo con escupir muere la esperanza.
 
Abro el año con la sonrisa rota de los padres
con hijos rotos. Sonríen silenciosamente,
achinan sus ojos como si no quisieran ver.
Sus sonrisas son algo pederastas,
algo prostitutas, algo asesinas, algo ladronas,
algo proscritas, algo desgraciadas, algo indecentes.
En sus sonrisas también cargan silencio.
Aquí no hay grata sorpresa, aquí hay un melón podrido,
y todo el mundo se relame y segrega
sobre sus propios pies quién sabe qué ácidos
y no se mueven, y no nos movemos...
Cualquier amago de algo, y digo “de algo” consciente
de no saber de qué se trata... Cualquier amago de algo
se retira, junto a la vajilla, después de la sobremesa
y permanece en una alacena hasta la siguiente comida familiar.
Cualquier amago de algo es la única esperanza.
Cualquier amago de algo siempre muere en las alacenas.
 
Abro el año como el que cala un melón
que sabe podrido, y el año hay que abrirlo
como si fuera una nuez:
reventarlo sin contemplaciones
extraer un poco de comida
un poco de entretenimiento
un poco de aquíandotiradoenelsofá...
no mucho más, con eso nos conformamos,
no mucho más, pero lo señalo
y me aparto y digo: míralo,
viene más psicópata que nunca
y me giro y me hago un selfie
para Instagram, Facebook y Twitter
y desisto en la monotonía de lo irremediable
justo como si lo que va a ocurrir
ya hubiera sucedido.





DATOS DEL POETA: Tirso Priscilo Vallecillos (Motril, 1972) es diplomado en Ciencias Sociales, filólogo (especialidades de Románicas e Hispánicas), antropólogo y máster en Escritura Creativa (Premio extraordinario), vive en Sevilla, donde trabaja como profesor y asesor de formación. Combina estas actividades con la escritura y la impartición de talleres de creatividad y performance. Algunos de sus textos aparecen en revistas, blogs y antologías. En solitario ha publicado los poemarios Subway y Viejos; relatos, Libro de Cocina Tradicional Caníbal; aforismos, Homo pokémons; las plaquettes Escribir y Noticiario y el libro híbrido Cartografía urbana del deseo. Como novelista destacamos El discurso (2019). Finalista de los premios internacionales de poesía Ciudad de Valladolid (2017) y Ciudad de Almendralejo (2018), busca nuevos formatos para acercarse al lector en la maquetación y estructura de sus libros, así como en la presentación de los mismos a partir de performances participativas. Su última obra es un álbum ilustrado que lleva el sugerente título: El niño de los zapatos rojosPróximamente verá la luz su nuevo libro de aforismos Breve Tratado de Autoridades… Y también un nuevo poemario que lleva por título Los feroces años veinte, con la magnífica editorial Huerga y Fierro. Por lo tanto, el poema de esta semana supone un lujo para este blog y para nuestro Proyecto Aniversario.


COMENTARIO: No estamos acostumbrados en este blog a poemas tan largos, porque con la intención de acercar la poesía a los adolescentes y a los jóvenes desde las aulas, primamos muchas veces la brevedad, poemas como píldoras, antes que otras vicisitudes. Sin embargo, la fuerza del poema de esta semana está en el conjunto, en el torrente ininterrumpido que van formando cada verso y cada estrofa sin darnos tregua, sin solución de continuidad. Nos atrapa con el ritmo y con las imágenes tanto como con las construcciones de palabras que inventa y las imágenes que va evocando en cada momento.
Si nos adentramos en el sentido del poema reconocemos que hay muchas lecturas posibles. Ya desde el mismo título, se presta a ello: ¿a qué se refiere el poema a esta década, a la década del siglo pasado, a los adolescentes que forjarán su vida en el paso de los veinte a la treintena; a todas a la vez...? De esas lecturas, una, desde luego, es el paso del tiempo. Pero no para reprochar lo que parece inevitable, es decir, que el paso de los días y los años vaya minando nuestra lozanía o juventud. No se trata de eso, bajo nuestro punto de vista, en el poema de Tirso, no sin melancolía, con cierta desazón y desesperanza, el poema trata cómo nos afecta el paso del tiempo: en qué nos convertimos transcurridos los años. Cada año nos ocurre igual, nuevos proyectos, nuevos intereses, nuevos caminos que se nos abren y que deseamos explorar para sacarle el máximo partido a nuestras vidas..., pero, al final, los resultados no son los esperados o las expectativas no se cumplen (para cualquier padre, algunos de los versos son demoledores). O peor aún, nos percatamos de que todos esos intentos acaban de nuevo en la monotonía de la que huimos cuando nos disponemos a "abrir un nuevo melón".

¿Y no hay en el poema ningún resquicio para poder escapar de ese resultado inevitable? Nosotros creemos que sí. O al menos, queremos agarrarnos a esa posibilidad, por mínima que sea. No se trata de abrir un melón, sino de abrir la vida como si fuera una nuez. Reventar el tiempo, destruir la monotonía, apasionarse con los días y sus afanes. Porque tal vez, el problema no sea el melón, que ya de por sí puede estar podrido, como se nos advierte, sino más bien, en nosotros mismos, en lo que esperamos de la vida y en cómo la afrontamos. Tirso nos deja una opción, una clave que no está al final del poema, se encuentra un poco antes. Hay que desaprender, darle la vuelta a la tortilla, por decirlo de manera coloquial, huir de las frases hechas, de los tópicos, de lo que se espera de cada uno de nosotros y que no hemos elegido en muchos casos. Hay que desaprender o, como docentes, como padres, como educadores, enseñar a leer y a escribir de otra manera. Nada del trillado Mi mamá me mima; mejor dos diestros dedos desbrozan dignidadesEn definitiva, ser nosotros mismos y decidir qué hacemos con nuestras vidas. Algo parecido a la dignidad que se reclama también en el poema. Aunque eso suponga no mentirnos con los selfies, ni en las redes sociales, ni en las relaciones humanas, por ejemplo.

Hay poemas redondos que no pueden empezar ni acabar de otro modo. Poemas que demuestran que el poeta no deja nada al azar, aunque parezca que todo es caótico, encontramos en este poema de Tirso una razón del desorden. Como un orfebre o relojero, cada palabra ocupa el puesto que le corresponde y si cambiamos algo en el poema, el mecanismo deja de funcionar o incluso pierde eficacia. Da igual que el poema sea más largo de lo normal a lo que estamos acostumbrados en este blog. Merece la pena leerlo y releerlo, escucharlo y verlo en su versión narrada por el autor o desde el vídeo poema que también os hemos presentado. Los buenos poemas aceptan cualquier acercamiento. Desde aquí, damos las gracias a Tirso por su generosidad con nuestro blog y el Proyecto Aniversario. Seguro que los lectores y el alumnado agradece igualmente su magnífico trabajo.

ACTIVIDADES
  • Busca en las redes sociales a Tirso Priscilo Vallecillos. Y lee otras apariciones en nuestro blog de él.
¿Qué poema te gusta más? Justifica tu elección. 

  • Destaca otras temáticas que aparecen en el poema de esta semana y que no se señalan en el Comentario.

  • ¿Qué papel juega el concepto de dignidad en el poema? Razona tu respuesta.

  • ¿Qué parece el vídeo-poema que acompaña la entrada de esta semana? ¿Crees que cambia algún aspecto del poema esa manera audiovisual de presentarlo? Aprovechamos para recordaros el proyecto video-poemas, que obviamente, podéis hacer con los poemas de Tirso y de cualquiera que aparezcan en este blog (pincha aquí o en la imagen). 




  • Gracias a un encuentro virtual, nuestro alumnado de 1º de Bachillerato de Ciencias pudo acercarse a la obra de Tirso y a su poemario Viejos. Entre otros poemas, eligieron los siguientes:
(Elección de Carmen)
(Elección de Fátima)
(Elección de Arianna)
(Elección de Marta)

¿Cuál de ellos te parece más interesante? Explica tu elección.

  • El poema de esta semana nos permite relacionar la poesía con las matemáticas. Busca información sobre qué son los fractales. ¿Se te ocurre alguna posibilidad de unir matemáticas y poesía? Visita los siguientes enlaces en este mismo blog.


  • Seguro que a Tirso, acostumbrado a las performances, le gusta la poesía fonética también. Visita el siguiente enlace para conocer este tipo de poesía.

  • También podrías intentar hacer performances en el aula. Te dejamos material al respecto pinchando aquí.
  • Con el sentido de desaprender por el que se apuesta en el poema, creemos firmemente que desde la Escuela se pueden ofrecer otros modos de fomentar la lectura y la escritura. Un modo de hacerlo es mediante el TACHISMO por el que apostamos desde hace años a la hora de escribir y leer de otro modo. Como actividad de aula, podéis intentar una primera aproximación desde aquí. Pero si queréis intentarlo de manera más ambiciosa, os proponemos estas opciones. Pincha aquí

  • Y puedes dejar un comentario a esta entrada, un blog se alimenta de vuestros comentarios.

 

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