VUELTA AL COLE (SEPTEMBER SONG)
te duele que mengüe cada día
la limosna de tus vacaciones.
Pero a tu hija la pondrás dentro del cesto
un lunes cualquiera de septiembre;
en ese cesto, de donde cogen los esclavos,
se mantendrá fresca por más tiempo.
Cuando madure y la coloquen en la mesa,
dentro unos cuantos años,
convertida ya en becaria sonriente,
quizá no le den ni vacaciones.
No tendrá, como tú, que contar
con pena los días que le quedan
para volver al trabajo.
Así su vida será más fácil.
Y su correa aún más corta que la tuya.
DATOS DEL AUTOR: Antonio Revert Lázaro. Nacido en Granada (aunque se crió en Alicante), reside actualmente en Santa Cruz de Tenerife. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, con especialidad jurídico-empresarial CEU-San Pablo. Pertenece al cuerpo superior jurídico del Estado de Letrados de la Administración de Justicia (anteriormente llamados “secretarios judiciales”), al que accedió como número uno de su promoción del turno de oposición libre entre licenciados en Derecho de toda España. Fue condecorado con la cruz distinguida de San Raimundo de Peñafort por el ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar en el año 2004.
COMENTARIO: El verano se acaba, los días no paran de menguar. Y además, empiezan las clases. Reconozco que no es la mejor manera de daros la bienvenida, queridos alumnos y alumnas, pero nadie dijo que este espacio fuera un lugar edulcorado. Aunque en nuestro descargo, pensamos que el poema no está directamente dedicado a vosotros y vosotras, más bien parece que los lectores ideales son los padres o los tutores legales. ¿Y qué quieren los padres para sus hijos, para vosotros? “Lo mejor”, responderemos desde un resorte casi mecánico que se sitúa en la zona del tronco encefálico. Esa zona del cerebro, por cierto, que se ocupa de todos los movimientos involuntarios del cuerpo (la respiración, la digestión, la circulación de la sangre, entre otros) y que funcionan automáticamente, sin necesidad de pensarlos. ¿Y qué es lo mejor?
Si somos padres la mayoría coincidiría en que lo mejor, de forma general e imprecisa, es evitar los golpes de la vida, las heridas; que sus hijos e hijas sufran lo menos posible y que, en cambio, consigan todos sus sueños, que sean felices. Esos deseos incluyen, nos tememos, independencia económica, trabajo estable, reconocimiento social, amor duradero, definitivo… y cualquier otra cosa que disminuya el dolor y retenga la felicidad. Una quimera en muchos casos que aumenta la frustración de hijos, hijas y padres. Y más si se carga a la escuela parte de la responsabilidad en alcanzar dichos objetivos.
La escuela es una fuente de socialización y facilita la integración en el sistema que nos acoge. Pero como nos dice Revert, un sistema que esclaviza, que se aprovecha de las personas y las usa a su antojo para sus fines. Entre ellos, la precariedad, la inestabilidad en el empleo, la vulnerabilidad para crear un hogar o vivir dignamente, una situación laboral en la que los ingresos disminuyen o impiden desarrollarse como persona, porque nos sustrae del auténtico ocio o impone entretenimientos más consumistas todavía, etc. La consolidación de las injusticias sociales, por tanto. Sin embargo, tal vez exista una opción, una posible escapatoria para alejarse del cesto al que estamos destinados y, precisamente, desde la escuela, desde la poesía, desde este poema precisamente. Si somos capaces de enseñar -como dice Revert en su introducción al mismo-, un pensamiento crítico, una mirada que huya de los tópicos y que sea capaz de ir más allá de lo establecido, incitando a la curiosidad, enseñando a dudar, mostrando cómo evaluar las fuentes fiables de la información tan manipulada y peligrosa hoy en día; si somos capaces de escuchar al otro, ponernos en su piel; si somos capaces de enseñar y aprender a distinguir entre lo importante y lo superficial; entonces, tendremos una oportunidad para no ser títeres o esclavos de un sistema que antepone el beneficio económico al crecimiento personal. No será una vida fácil, la recompensa no es la felicidad y posiblemente recibiremos más golpes de los esperados. Pero merece la pena intentarlo si rompemos las cadenas que perpetúan las injusticias sociales del sistema.
El poema de la semana es un espacio para posibilitar el pensamiento
crítico, pero con la ayuda de poetas como Revert y poemas como el de esta
semana las dificultades disminuyen (agradecemos desde aquí la generosidad del poeta con nuestro Proyecto Aniversario, de nuevo). Ojalá no contribuyamos de ninguna manera a
crear esclavos desde las aulas y sí ciudadanos comprometidos, demócratas, críticos,
solidarios, defensores de los Derechos Humanos, amantes de la cultura, lectores
con criterio; en definitiva, lo que se recoge como finalidades en las leyes
educativas y que pasamos por alto en muchas ocasiones.
ACTIVIDADES:
- Ponle música a este comienzo de curso. ¿Qué canción te parece adecuada para septiembre o para empezar el curso? Explica tu elección.
- ¿En qué sentido la escuela puede producir esclavos? ¿De qué son esclavos tus padres, metafóricamente hablando?
- Leyendo el poema resulta fácil acordarse de Marcuse, que decía: "La libre elección de amos no suprime ni a los amos ni a los esclavos". Busca información sobre este pensador y explica esta frase con tus palabras. ¿Se puede ser feliz siendo un esclavo?
- ¿Cómo definirías a una persona crítica? ¿Crees que la escuela sirve para fomentar esta capacidad?, ¿la consideras necesaria en tu día a día, por ejemplo, cuando te informas en redes sociales?
- La Comisión Europea, en 2017, publicó el Libro Blanco sobre el futuro de Europa, elaboró un diagnóstico muy pesimista sobre el futuro. "Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, existe un riesgo real de que la actual generación de jóvenes adultos acabe teniendo unas condiciones de vida peores que las de sus padres”. Las nuevas generaciones habéis vivido una infancia infinitamente mejor que la de vuestros padres, -no digamos nada de la de vuestros abuelos-, pero el futuro no es tan halagüeño. ¿El sistema educativo puede hacer algo para paliar esta situación?
- Estamos al inicio del curso: ¿qué esperas de él? ¿Se tienen en cuenta tus expectativas por parte del profesorado?, ¿y de tu familia?
- Antonio Revert ya participó el curso pasado en nuestro blog con La llave de la culpa. Revisa su poema. ¿Encuentras algún tipo de relación entre ambos poemas?
- Repasando algunos poemas de bienvenida al alumnado, he vuelto a Callar, de J. Munárriz. ¿Guarda alguna relación este poema con el de esta semana?
- Una de las Antologías en las que aparece Antonio Revert se relaciona con el poeta Marcos Ana. Lee uno de sus poemas más significativos en nuestro blog: Imaginaria. ¿Puedes establecer una relación entre ambos?
- Deja un comentario, si te apetece, un poco más abajo. Prometo responder.
Gracias Antonio! Dicen muchos compañeros de profesión que las tardes de domingos les resultan tristes, yo en cambio espero alegre el poema elegido, el comentario y las actividades y sugerencias, siempre oportunas y acertadas.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, al menos sé que a algunos os sirven. Un saludo y gracias por pasarte por aquí.
EliminarClaro que son tristes esas tardes; claro que la publicación puntual de Antonio acude cuan analgésico en nuestra ayuda; claro que se pasa el efecto y luego vuelve la tristeza de esa víspera y luego, al lunes ya, pasa hasta la tristeza. En realidad, si lo pensamos, cada domingo se replica ese efecto anímico de fin de agosto. Y digo yo si no sería bien distinto en el caso de que realmente creyéramos en esa posibilidad de ser testigos partícipes de esa gestación de mentes libres. No. Condenados a esos fines de agosto y tardes de domingo seguiremos porque es imposible esa hipótesis en una institución como la nuestra, entre otras cosas, obligatoria.
EliminarNo?
Saludos y gracias.
Los domingos son terribles, un duelo a pequeña escala, incluso. Y tienes razón, si fuéramos testigos sinceros de esa gestación... Nuestra labor cambiaría tanto!
EliminarNorah Jones, Carry on. Ésa sería mi apuesta musical.
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