Detenidos al borde del precipicio, quisimos creer que habría algo en el fondo, pese a todo.
Hubo quizás un error de planteamiento. No consigo acordarme. Esa mano vacía, la memoria.
Y va hacer calor, la humedad cala los huesos.
Empiezan a asustarme algunos días.
DATOS DEL POETA: Francisco Domene (Caniles, 1960) es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, ejerce la
docencia en Baza, como profesor de Geografía e Historia. En 1977 formó parte
del Colectivo Albahaca, junto con otros jóvenes escritores residentes en
Almería. En 1986 coordinó el I Encuentro de Poetas Jóvenes Andaluces. En 1988
crea y coordina el Aula de Poesía del Ayuntamiento de Almería. Entre las
distinciones que ha merecido su obra destacan los premios Ciudad de Irún
(1992), Antonio Machado (1995), De las Artes y las Letras de la Diputación de
Almería (1998), Antonio Oliver Belmás (1998), Blas de Otero (1998), Memorial
Laureà Mela (1999), Ciudad de Burgos (2000), Jorge Manrique (2016), José Hierro
(2016) y Dama de Baza de la Cultura (2017). Así mismo ha sido Finalista del
Premio Andalucía de la Crítica en 2016 y 2017. En narrativa ha publicado La
última aventura (1992), El detector de inocentes (1999), Ana y el
misterio de la Tierra de Mu (1999), El asunto Poseidón (2001), Cuentos
y leyendas de los dioses griegos (2010), Arañas en la barriga
(2011), Ninfas, faunos, unicornios y otros mitos clásicos (2012) y Relatos
de la Biblia (2015). De su obra poética destacan Libro de las horas
(1991), Propósito de enmienda (1992), Insistencia en las Horas
(1993), Falso Testimonio (1999), Arrabalías (2000), El cristal
de las doce (2001) y Ajuste de cuentas (2016), al que pertenece el
poema de esta semana.
COMENTARIO: La elipsis es un recurso de primer orden en la poesía, como lo es también en los microrrelatos, por cierto. Sugerir, sin necesidad de contar todos los detalles, hace que la poesía nos interpele como lectores. ¿Quiénes son esos personajes detenidos al borde/ del precipicio? Las opciones son variadas, entre otras: una pareja que sopesa la separación definitiva; unos amigos que flirtean con las drogas; un padre y un hijo que no se reconocen, que no recomponen lo que se destruyó. Cualquier persona, cualquier lector en el que haya hecho mella la desesperanza se siente exhortado por el poema. La identificación con los primeros versos resulta dolorosamente directa, porque todos hemos sido vencidos alguna vez por esa desesperanza, aunque estuviéramos convencidos de que había alguna solución, de que habría algo en el fondo que nos pudiera ayudar a salir de esa situación.
Las razones o las circunstancias concretas que nos sitúan al borde del precipicio tampoco se relatan en el poema, pero esta semana que se cerrará el 10 de octubre, queremos plantear este comentario en relación con el Día Mundial de la Salud Mental y con el lema elegido por la Confederación Salud Mental España para 2021: "Mañana puedes ser tú". Insistimos en que nuestra lectura del poema viene determinado por esta efeméride y que, por tanto, es parcial y un tanto arbitraria. Sin embargo, encaja con el sentido del poema. Paradójicamente, en esa mano vacía, caben muchas posibilidades para relacionarlo con la salud mental. En esa mano están todos los datos que hacen que debamos prestar atención a la misma. La salud mental la define la OMS como un estado de bienestar en el que la
persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de
la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este
sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y
del funcionamiento eficaz de la comunidad. El problema es cuando esa salud mental, sin tener en cuenta aspectos genéticos, desequilibrios bioquímicos, de la personalidad o psicológicos, se producen por la sociedad en la que vivimos: las condiciones de trabajo
estresantes, la discriminación de género, la exclusión social, los modos
de vida poco saludables, la violencia y a las
violaciones de los derechos humanos se señalan como causantes de una mala salud mental.
Por lo tanto, una mala salud mental no es meramente una cuestión personal o individual, puede producirse o agravarse por el estilo de vida que nos hemos dado en nuestras sociedades actuales. Así no es extraño que 1 de cada 4 personas en el mundo tienen una enfermedad mental, 1 de cada 7 adolescentes (pincha aquí). El precipicio lo tenemos todos bajo nuestros pies. En nuestras casas, en nuestras aulas. Y el miedo también. No sólo a sufrirla, sino más bien a la incomprensión, a la soledad a la que sometemos a las personas diagnosticadas, los estereotipos (con una imagen preestablecida sobre la psicosis, la esquizofrenia, la depresión, por ejemplo), impiden un acercamiento necesario a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, en una sociedad en la que el éxito a toda costa se impone a tender la mano al que más lo necesita. No podemos mirar para otro lado, como parece insinuar esa estrofa final que nos habla del tiempo meteorológico o más bien de nuestra desidia e insolidaridad con los otros. Si pasamos del tema, simplemente agudizamos el problema que no deja de ser un problema social y que nos afecta al conjunto de la ciudadanía.
Esperamos que el poema de Francisco Domene nos sirva para visibilizar una problemática que no puede estar excluida de los centros educativos. Tal vez así consigamos que compañeros y compañeras que nos rodean, que forman parte de nuestra vida diaria, de nuestro contexto social puedan dejar de asustarse cuando se cruzan con nosotros en el pasillo, en los recreos o fuera del centro educativo. Agradecemos desde aquí la paciencia de Domene con nuestro proyecto y esperamos que entienda nuestro lectura de su magnífico poema, ya que él también es docente y sabrá entender nuestra particular interpretación de sus versos.
ACTIVIDADES:
Inventa otro título para el poema y justifica tu elección.
El comentario es una interpretación libre del poema y que no tiene que coincidir en ningún caso con tu lectura. ¿Qué otras interpretaciones puedes extraer de él?
Busca información sobre la Salud Mental en los adolescentes y los jóvenes. ¿Qué datos te sorprenden más al respecto? ¿Hasta qué punto consideras que algunas enfermedades mentales son sociales?
La elipsis es una de las figuras literarias, pero en poesía hay algunas más que son recurrentes. Si quieres conocerlas de una manera práctica, te recomendamos esta página con poemas de mujeres, pincha aquí.
Si te interesa escribir microrrelatos, os dejamos el siguiente material para escribirlos.
En el Comentario se hace alusión a las posibles causas de ese precipicio al que nos asomamos en relación a la salud mental. Esta semana se puede celebrar en los centros educativos el Día Mundial de la Salud Mental. El lema: Mañana puedes ser tú, da mucho juego. Cuéntanos tu propuesta como docente.
Uno lee este poema y se acuerda de tantos precipicios, de tantas dudas, de tantos mares internos y turbulentos, de tantas llamadas a la paz de última hora...
Parece que mientras más años acumulamos, más precipicios conocemos; sin embargo, los jóvenes y adolescentes también tienen los suyos. Pero se silencian entre tanto cambio hormonal y el vaivén de emociones que no gestionan con fluidez, me temo. Ojalá lo leyeran como tú, con sensibilidad e inteligencia.
Me parecen verdaderamente muy necesarios estos gestos, este tipo de poemas. Lo son, ya no solo por la concienciación de este caso, la salud mental, sino que también lo es para visibilizar otro tipo de circunstancias, como las que aparecen en el comentario. Son clases de poemas que sirven para dar a conocer diversos tipos de situaciones, y así, de una manera bastante original y bella de plasmarlo, dar voz a esas circunstancias. Muchas de ellas, reflejadas en un mismo poema.
Me entusiasma que así lo consideres, Iván. De algún modo, este poema ayuda y ya sabemos que la poesía, la palabras tiene ese carácter terapéutico, verdad??
Es increíble la manera tan bonita de escribir una situación tan desagradable. No tengo mucho que decir pues cada uno interpreta y vive este poema a su manera. Sin embargo, todos coincidimos que cuando estamos al borde del precipicio pensamos que es nuestro final. Realmente, no somos capaces de ver más allá del precipicio y entramos en un estado de depresión y ansiedad que nos consume. Las enfermedades mentales son ese fondo desconocido y nuevo que nos rehusamos a conocer y evitar por lo que las convierte en muy difíciles de tratar. Así que si has caído del precipicio tranquilízate. Es normal. No hay nada malo en ti. Puede que duela pero no morirás. Solo necesitas ayuda y apoyo para salir. Salir hacia delante. Porque la vida es un constante subir y bajar, por lo que no debemos quedarnos estancados.
Es triste, en verdad, el poema. No por la situación que describe en sí (que ya de por sí es melancólica), sino por los sentimientos que emana y lo que nos recuerda. Recuerdos de la sociedad en la vivimos, estancada en una forma de pensar desfasada y primitiva. Una sociedad cuya preocupación máxima es encajonarnos, ponernos etiquetas y, si no encajamos en ninguno de sus clasificaciones, rechazarnos y marginarnos. No es de extrañar que en una sociedad donde las enfermedades/trastornos mentales y el no estar bien es un tabú (en parte propiciados por las falsas vidas perfectas que nos muestran las celebridades) se produzcan alrededor de 3500 suicidios al año, solo en España. La vergüenza a decir "no estoy bien" o "voy al psicólogo" y que te tachen de loco o loca propicia el aumento de casos de enfermedades mentales no tratadas. Es por eso que hago un llamamiento a cualquiera que lea este mensaje: Tratad de asimilar que las enfermedades y trastornos mentales son más comunes de lo que creemos y que no pasa nada por tenerlos. Cualquier día te puede tocar a ti, o a un familiar tuyo, por lo que debemos tratar de normalizar este tipo de cosas. Y si tú tienes alguna de estos problemas, no tengas miedo y cuéntalo, busca ayuda profesional antes de que sea demasiado tarde y tu situación pueda contigo y te consuma. Recordad todos esta frase: "Para que salga el arcoíris, primero tiene que llover".
ASP, estoy emocionado con tu comentario. Por la parte que me toca, que es simplemente la de mostraros puertas, me siento realizado como docente. ASP tienes sensibilidad, inteligencia y capacidad crítica. Si he contribuido en una mínima parte a ensanchar esas cualidades tuyas, entonces, estoy pagado y hoy, al menos, estoy menos triste.
Gracias por participar en el blog.
(P.D.: Tal vez este otro poema te pueda servir también: http://unpoemacadasemana.blogspot.com/2017/05/cajas.html)
Uno lee este poema y se acuerda de tantos precipicios, de tantas dudas, de tantos mares internos y turbulentos, de tantas llamadas a la paz de última hora...
ResponderEliminarEvocador.
Parece que mientras más años acumulamos, más precipicios conocemos; sin embargo, los jóvenes y adolescentes también tienen los suyos. Pero se silencian entre tanto cambio hormonal y el vaivén de emociones que no gestionan con fluidez, me temo.
EliminarOjalá lo leyeran como tú, con sensibilidad e inteligencia.
Me parecen verdaderamente muy necesarios estos gestos, este tipo de poemas. Lo son, ya no solo por la concienciación de este caso, la salud mental, sino que también lo es para visibilizar otro tipo de circunstancias, como las que aparecen en el comentario. Son clases de poemas que sirven para dar a conocer diversos tipos de situaciones, y así, de una manera bastante original y bella de plasmarlo, dar voz a esas circunstancias. Muchas de ellas, reflejadas en un mismo poema.
ResponderEliminarMe entusiasma que así lo consideres, Iván. De algún modo, este poema ayuda y ya sabemos que la poesía, la palabras tiene ese carácter terapéutico, verdad??
EliminarEs increíble la manera tan bonita de escribir una situación tan desagradable. No tengo mucho que decir pues cada uno interpreta y vive este poema a su manera. Sin embargo, todos coincidimos que cuando estamos al borde del precipicio pensamos que es nuestro final. Realmente, no somos capaces de ver más allá del precipicio y entramos en un estado de depresión y ansiedad que nos consume. Las enfermedades mentales son ese fondo desconocido y nuevo que nos rehusamos a conocer y evitar por lo que las convierte en muy difíciles de tratar. Así que si has caído del precipicio tranquilízate. Es normal. No hay nada malo en ti. Puede que duela pero no morirás. Solo necesitas ayuda y apoyo para salir. Salir hacia delante. Porque la vida es un constante subir y bajar, por lo que no debemos quedarnos estancados.
ResponderEliminarEstos días, al menos, aprendamos a visibilizar lo que es normal. Hay que intentarlo y vosotras lo hacéis posible
EliminarEs triste, en verdad, el poema. No por la situación que describe en sí (que ya de por sí es melancólica), sino por los sentimientos que emana y lo que nos recuerda. Recuerdos de la sociedad en la vivimos, estancada en una forma de pensar desfasada y primitiva. Una sociedad cuya preocupación máxima es encajonarnos, ponernos etiquetas y, si no encajamos en ninguno de sus clasificaciones, rechazarnos y marginarnos. No es de extrañar que en una sociedad donde las enfermedades/trastornos mentales y el no estar bien es un tabú (en parte propiciados por las falsas vidas perfectas que nos muestran las celebridades) se produzcan alrededor de 3500 suicidios al año, solo en España. La vergüenza a decir "no estoy bien" o "voy al psicólogo" y que te tachen de loco o loca propicia el aumento de casos de enfermedades mentales no tratadas. Es por eso que hago un llamamiento a cualquiera que lea este mensaje: Tratad de asimilar que las enfermedades y trastornos mentales son más comunes de lo que creemos y que no pasa nada por tenerlos. Cualquier día te puede tocar a ti, o a un familiar tuyo, por lo que debemos tratar de normalizar este tipo de cosas. Y si tú tienes alguna de estos problemas, no tengas miedo y cuéntalo, busca ayuda profesional antes de que sea demasiado tarde y tu situación pueda contigo y te consuma. Recordad todos esta frase: "Para que salga el arcoíris, primero tiene que llover".
ResponderEliminarASP, estoy emocionado con tu comentario. Por la parte que me toca, que es simplemente la de mostraros puertas, me siento realizado como docente. ASP tienes sensibilidad, inteligencia y capacidad crítica. Si he contribuido en una mínima parte a ensanchar esas cualidades tuyas, entonces, estoy pagado y hoy, al menos, estoy menos triste.
ResponderEliminarGracias por participar en el blog.
(P.D.: Tal vez este otro poema te pueda servir también: http://unpoemacadasemana.blogspot.com/2017/05/cajas.html)