AHORA QUE ME DESCONOZCO




ahora que me desconozco voy a inventarme

Me dijeron que no entendían mis manos.
Ese fue el primer descubrimiento.
Mis manos eran mías. 
Tenía seis años y unos ojos hacia dentro. 
Una niña con el pelo como olas en
                                      [la tormenta. 
La sombra de la parra en el patio, 
todo mi universo. 
Tenía que arrodillar las ideas ante 
                                            [la mayoría. 
Por eso, las náuseas antes del desayuno 
decidían por mí. 
La democracia de familia era la causa. 
Fui feliz, fui azul o fui miel. 
Había que experimentar. 
Ese fue el verbo. 
Y así fueron mis primeras decisiones: inolvidables. 

cuando comprenda el paisaje voy a cambiarlo



DATOS DE LA POETA: Cecilia Silveira. Nací en Montevideo, Uruguay, en 1964. Vivo en Córdoba, España, desde el año 2000. En 2015 publiqué el poemario Lo indecible en Ediciones En Huida de Sevilla, y en noviembre de 2018 el poemario Ir, en la misma editorial. Las decisiones, publicados por la Editorial Cántico es su último poemario publicado en 2021. Algunos de los libros que me han llevado a escribir han sido: Alfabeto de Inger Christensen, Paisaje con grano de arena de Wislawa Szymborska, Sustituir estar de Julián Cañizares Mata, Donde todo termina abre las alas: poesía reunida de Blanca Varela, Acontecimiento de Concha García, Eso de Inger Christensen, Trema de Ida Vitale, Deshielo a mediodía de Tomas Tranströmer, Hotel para erizos de Guadalupe Grande, Libro del desasosiego de Fernando Pessoa, Caribou de Charles Wright, La Nueva Ciencia de los Materiales Fuertes de Ruth Fainlight, Palabra sobre palabra de Ángel González o Diarios de Alejandra Pizarnik.

COMENTARIO: Hay poemarios que no son un conjunto de poemas sueltos, suele ser habitual presentarse como un conjunto recopilatorio de temas, fechas, etc. Hay poemarios, en cambio, que plantean estructuras muy interesantes, como algunas de las referencias que nombra la autora en los datos que nos ha enviado y que pueden descubrirse siguiendo las pistas de esas referencias. Es el caso de Las decisiones del que está tomado el poema de esta semana. Tenemos que recordar, por tanto, las palabras introductorias de Cecilia Silveira a su obra. En su propuesta, estos pueden leerse desde una perspectiva tridimensional, cenital, donde el poema queda contenido  entre dos versos en cursiva, para luego resumirse en dos letras en negrita de inicio de ambos versos (...). Como un juego de destilación del lenguaje. En el marco de la página queda así:

Sin embargo, nos centraremos en este poema sin más, para no perder el sentido de este blog. Si el poema está contenido entre los versos en cursiva, lo que se cuenta en él cobra otro significado, bajo nuestro punto de vista. La infancia en muchas ocasiones es un catálogo de prohibiciones que limitan las capacidades de los niños y niñas. Cuando queremos enseñarles, muchas veces, lo hacemos mediante castigos o sanciones. Tenemos interiorizado las reprimendas y la usamos para hacer sentir culpabilidad o vergüenza. Es una técnica conductista, que tiene un resultado inmediato, pero que puede tener consecuencias a largo plazo. Los expertos señalan que la baja autoestima, la falta de seguridad, la acumulación de rabia al no saber gestionar las emociones ante el fracaso, aparecerán años más tarde, en la adolescencia o incluso en la madurez. Cecilia Silveira describe esta situación que experimentó cuando era niña de una manera brillante.

No obstante, en este poema, la manera de afrontar situaciones complicadas nos puede ayudar a todos y todas. La niña del poema madura sus decisiones mirándose dentro. Un trabajo de introspección que resulta muy difícil a ciertas edades, pero que le sirvió a ella para solventar las dificultades a las que se exponía o le exponían. Mirarse, conocerse, reconocerse como olas en la tormenta desde el principio puede ser una tabla de salvación. Todo el mundo tiene la capacidad de mirar en su interior, bucear en él, dejando fuera una realidad distinta, que no coincide con nuestros deseos. Cualquiera debería tener la capacidad de verse en su propio espejo, por decirlo así. Y estar en calma, desnudos ante nosotros mismos para saber con exactitud  quiénes somos y dónde encontrar el lugar exacto de nuestra felicidad. Hay que tener mucha sensibilidad y tomar conciencia de lo que inevitablemente somos. Para cultivar esa introspección, la calma, la naturaleza, la sombra de una parra, puede ser una aliada eficaz. Aprender, en definitiva, a estar en silencio activo. Y lo que se puede ganar, no es baladí, la poeta lo confiesa: Fui feliz, fui azul o fui miel

Tendríamos que preguntarnos si, en los centros educativos o en nuestra vida diaria, hay espacios, tiempos para esa introspección vital. Vivimos en una sociedad que se expone, que se empeña en mirar siempre el exterior, de manera superficial en muchos casos: las redes y el ruido que generan son un ejemplo de las dificultades añadidas que tenemos ahora mismo. Y eso nos aleja de lo importante, de lo esencial, de lo necesario. En el poema, hay una posible solución: experimentar. Por lo tanto, apostar por la curiosidad, abriendo nuestros ojos y nuestros corazones; asombrarnos ante lo que nos rodea, viendo con mirada renovada lo mil veces visto, aunque sea un girasol como los que nos asaltan por los caminos; plantearnos retos sobre nosotros mismos y traspasar los límites que imponen las reglas que acotan nuestra libertad. 

Si somos capaces de hacer todo lo anterior, estaremos en condiciones de leer los versos en cursiva de manera más acertada, creemos. Desconocerse, en el sentido de no mirarse más con los prejuicios o imposiciones que otras personas o las circunstancias imponen sobre nosotros mismos. Desconocerse para desvincularse definitivamente de lo que nos ahoga en cada decisión. Y así, una vez lo consigamos, comprender el paisaje para cambiarlo, para vivir en armonía con nosotros mismos. Vivir en una contradicción, negando la evidencia, nos impide ser dueño de nuestra propia vida. Que la decisión acabe en felicidad es otro asunto, que nadie tiene garantizado, pero que sí tiene el aval de ser tu decisión más íntima, personal e intransferible. 

Agradecemos a Cecilia Silveira su envío y su poemario que recomendamos encarecidamente porque se aprende a tomar decisiones importantes cuando nos atenaza circunstancias que parecen inamovibles y no lo son en ningún caso, aunque siempre haya consecuencias y deudas que asumir. Estamos llegando al final del curso y la lista con La voz de la poesía no deja de crecer y hacerse, con Silveira más internacional si cabe.


BONUS TRACK (Por Esther Mañoso):


Agua y fuego: dos elementos aparentemente antagónicos pero inseparables. Elementos que suelen emplearse también en rituales por la creencia en su poder purificador, cuando se desea eliminar lo malo de nuestra vida, lo que no nos conviene ya: en la libertad del agua haciendo surcos de fuego. 
Pero tal vez sería positivo pensar que todo lo que acarreamos en nuestra mochila, nuestras vivencias, aprendizajes, sufrimientos, éxitos, nos servirán para algo: las luces y las sombras, las herramientas útiles y los “palos” (las experiencias) que hemos ido viviendo en el camino. Los segundos, aunque poco populares en general, nos permitirán construir una casa para resguardarnos del agua, del viento, de la arena; y sin embargo, otras de las enseñanzas obtenidas, destronar el miedo, asombrarnos y revolucionarnos ante la vida. 
De lo que sí podemos estar seguros es de que “para tocarte así”, para que “florezcan las rosas”, hemos tenido que atravesar todos esos senderos con todos y cada uno de sus elementos.

ACTIVIDADES
:

  • Las referencias de la autora son muy interesantes. Busca información, al menos, de las obras de Inger Christensen. ¿Serías capaz de escribir algo siguiendo la secuencia que se propone en Alfabeto? La secuencia de Fibonacci. Es decir, cada verso es la suma de los dos precedentes: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13… O siguiendo la secuencia del número pi.

  • Hay algo más fácil. Si no te sale nada con lo anterior, haz este ejercicio mucho más llevadero.


 

  • Ida Vitale, otras de sus referencias ha aparecido en este blog. Lee Llamada viva y Fortuna. ¿En qué sentido puedes relacionar alguno de estos poemas con el de Silveira? 

  • Blanca Varela también es una referencia de la poesía contemporánea en nuestra lengua. El poema que da título a una de sus antologías también puede relacionarse con el de esta semana. ¿Puedes establecer dicho diálogo?

(Foto propia)



  • Pizarnik también es una poeta fundamental. En sus Diarios podemos encontrar algunas referencias a su infancia como este fragmento:


¿Crees que la infancia es siempre un Paraíso, por qué llaman a esa época Paraíso Perdido?


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