EL BALNEARIO



Unas mesas vacías junto al mar.
Casi de madrugada, leímos unos versos:
Konstantin Kavafis escribió ese poema
en el que un viejo, desde el fondo oscuro de un café,
se arrepiente de haber malgastado su vida
con la excusa del futuro. El placer
llegaría, se dijo; tienes tiempo
de cumplir tus deseos.
   No fue así,
y la edad se burló de su prudencia.
Un resto de sensualidad,
una mirada antigua permanece
en el paisaje de columnas rotas
del balneario: quiero que recuerdes
la luna llena sobre el mar en calma,
esta música leve que atraviesa la noche
y la vuelve distinta, despoblada
como un sueño. Y quiero decirte,
ahora que tu cuerpo es la única patria,
mi solar deseado y mi presente,
que no he de lamentar las ocasiones perdidas.
Sólo busco tus labios.
   Algún día
cuando vuelvan a oírse los versos de Kavafis,
tal vez otros amantes nos sucedan,
sin sabernos. También ellos verán,
como un símbolo, esta frágil,
desolada grandeza de las ruinas humildes.


DATOS DEL POETA: Antonio Jiménez Millán (Granada, 1954) es una figura destacada tanto en el campo académico como en el poético. Al ser Catedrático de Literaturas Románicas en la Universidad de Málaga, ha nutrido su obra con una perspectiva amplia sobre las literaturas europeas. A lo largo de su carrera, ha escrito tanto poesía como ensayos críticos, y ha realizado traducciones y ediciones literarias de importantes autores como Luis Cernuda y Pablo Picasso.

Entre sus ensayos más destacados se encuentran Los poemas de Picasso (1983), La poesía de Rafael Alberti (1984) y Amor y tiempo. La poesía de Joan Margarit (2005). Estos trabajos reflejan su interés por explorar las conexiones entre la literatura y el arte, así como el compromiso social de los escritores. Además, ha realizado estudios comparativos como Vanguardia e ideología (1984) y Madrid fin de siglo. Modernismo, bohemia y paisaje urbano (1998), en los que analiza cómo la literatura dialoga con la historia y la política.

Como poeta, Jiménez Millán ha publicado numerosas obras, destacamos Ventanas sobre el bosque (1987), que le valió el premio internacional de poesía «Rey Juan Carlos I». También es autor de Casa invadida (1995), Inventario del desorden (2003), con el que ganó el premio internacional de poesía «Ciudad de Melilla», y Biografía impura (2009). Su última obra, Biología, Historia (2018), continúa explorando los temas recurrentes en su poesía: la memoria, el paso del tiempo y la identidad.

COMENTARIO¿Sobre qué podemos escribir? ¿Cuál es el detonante para hacerlo? Es un lugar común repetir que, para escribir, hay que leer mucho antes. En el poema de Antonio Jiménez Millán, encontramos un claro ejemplo de cómo un poeta contemporáneo dialoga con la tradición literaria, en este caso con Konstantinos Kavafis. Esta conversación poética no es simplemente una cita o un homenaje, sino una reinterpretación que permite al poeta reflexionar sobre sus propias preocupaciones, conectándolas con las experiencias y enseñanzas anteriores. Porque uno aprende también mirando atrás. Si lo pensamos, eso debe ser la lectura siempre. Leer para comprender el mundo que nos rodea ahora mismo. Leer para conocernos a nosotros mismos. Leer para actualizar y dar nombre a lo que nos ocurre.

La creatividad no surge ex nihilo, de la nada, sino que se nutre de la herencia cultural, de las lecturas y las influencias que cada autor incorpora en su obra. Jiménez Millán toma como punto de partida un tema presente en Kavafis: la melancolía por las oportunidades perdidas y la reflexión sobre el tiempo. Sin embargo, el poeta no se limita a repetir esta idea, sino que la transforma. Mientras Kavafis explora el arrepentimiento de un viejo que lamenta haber postergado sus deseos, Jiménez Millán afirma que él no lamentará las ocasiones perdidas, porque él ha vivido, sabe de placeres, conoce el amor auténtico, lo vive con intensidad.


Esta diferencia entre la cita y la transformación es clave para comprender la distinción entre inspiración y plagio. Un poeta no plagia cuando dialoga con la tradición; al contrario, la inspiración es una forma de enriquecer el propio discurso a partir de las enseñanzas del pasado. Plagiar sería copiar de manera servil, sin añadir nada nuevo, mientras que inspirarse es un proceso de renovación en el que la originalidad se manifiesta precisamente al integrar lo heredado en la propia voz. Esa idea de aprovechar el presente resuena en todo el poema.


En el contexto actual, esta afirmación también podemos verla en el uso de nuevas herramientas, como la Inteligencia Artificial (IA), al aplicarla al proceso creativo. Al igual que el poeta encuentra sentido en el presente y se nutre del pasado sin lamentar lo que no fue, hoy en día los poetas, pero también el alumnado y el profesorado, pueden utilizar la IA como un recurso legítimo para expandir sus posibilidades creativas. La IA no es un sustituto de la imaginación, sino una herramienta que puede ayudar a generar ideas, inspirar nuevas formas y ofrecer caminos que el poeta o el alumno o el profesor puede seguir o modificar, igual que Jiménez Millán toma a Kavafis y lo transforma en algo propio.


En cualquier caso, no podemos obviar que la clave última que plantea Jiménez Millán en este poema no está en las herramientas o en los medios creativos, sino en la decisión de vivir el instante como si fuera eterno, vivir lo inmediato, lo cotidiano, con pasión suficiente para que sea extraordinario, inolvidable. No es la creación intelectual o el pensamiento sobre el tiempo lo que da sentido a la vida, sino el cuerpo de la amada, el contacto, lo que es real y presente. Al afirmar que "no he de lamentar las ocasiones perdidas", el poeta señala que, en última instancia, lo que da valor a la existencia es encontrar unos labios, un cuerpo tangible, algo que nos conecte con lo auténtico, lo vivido, lo que nos hace sentir que no hemos perdido el tiempo. El poema nos recuerda que lo esencial es vivir el instante, no renunciar a aquello que nos da vida, a lo que es la vida misma: los deseos cumplidos, la conexión íntima, y esa sensación de plenitud que solo se encuentra en el amor de tu vida. No olvidar esto, ni moverse ni un milímetro de esa certeza es lo que nos permite seguir viviendo, amando.


Agradecemos la generosidad de Antonio Jiménez Millán con nuestro espacio. Nos envió este poema gracias a Teresa Gómez. Y ambos forman parte ya de La voz de la poesía. Un lujo tenerlos a ambos, sin duda.


ACTIVIDADES:
  • Busca otro título para el poema. Justifica tu elección.
  • Explica con tus palabras los últimos versos: tal vez otros amantes nos sucedan, sin sabernos./ También ellos verán,/ como un símbolo, esta frágil,/ desolada grandeza de las ruinas humildes.
  • Reflexiona sobre las ocasiones perdidas que suelen sufrir cualquier personas: ¿Cuáles no dejarías pasar tú de ninguna manera? ¿En qué casos podemos estar satisfechos de las ocasiones perdidas?
  • Buscar el poema de Kavafis: El viejo o El anciano, según la traducción. ¿Crees que es una buena referencia para la intención del poema de Antonio Jiménez Millán?
  • En este blog han aparecido dos poemas de Kavafis muy famosos: ÍTACA, y TERMÓPILAS. ¿Puedes establecer alguna relación entre los tres poemas de Kavafis que ya conoces? ¿Ítaca o Termópilas pueden relacionarse también con El Balneario? Justifica tu posición.
  • En el Comentario se usa una expresión latina. Seguro que te suenan o conoces otras: carpe diem; veni vidi vici; tempus fugit; mens sana incorpore sano. Te presentamos otras.  

(Pincha para ampliar)

En parejas, investiga el significado y el contexto de uso de algunas expresiones latinas de la lista o del enlace que aparece en la lista. Debéis buscar ejemplos de obras literarias, poemas, o situaciones filosóficas donde estas expresiones hayan sido utilizadas. ¿Puedes relacionar alguna de ellas con el poema de Jiménez Millán?
  • Lee la entrada de Teresa Gómez, pinchando aquí.
  • Deja un comentario más abajo, si te apetece.

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