EL CORAZÓN DE LO FRÁGIL 



Nunca entendí el miedo
de los verdugos
frente a aquel
a quien van a «ajusticiar».

Por ejemplo, al anarquista de bigotes
en la foto del Archivo General de la Nación
con la mirada barnizada de fiebre
y los pies aherrojados con grilletes de hierro,
sin duda inofensivo
ante un escándalo de máuseres con botas.

¿Es el miedo al rebote de las balas?
¿A estar cerca del muerto?
¿O a la última esperanza de la víctima
que lleva al oficial
a atar la soga al pecho y que la tropa
se retire unos pasos
hasta que el cuerpo sea
una lámina de fuego?

He visto
constructores de palacios
espantarse de un trébol sigiloso.
Cacerías frustradas por un alce dormido.
Capitanes temblando en las bahías
donde se dobla el viento.

El poder desconoce el corazón de lo frágil,
la ilusión laboriosa
que anida en lo que siempre
se está a punto de romper.


DATOS DE LA POETA: Marisa Martínez Pérsico (Lomas de Zamora, Buenos Aires, 1978). Poeta y docente universitaria radicada en Italia. Sus poemarios: Las voces de las hojas (1998), Poética ambulante (2003), Los pliegos obtusos (2004), La única puerta era la tuya (2015), El cielo entre paréntesis (2017), Finlandia (2020). Es traductora de poesía italiana contemporánea. Su abuela materna emigró de Galicia a la Argentina en 1938 y, gracias a la Ley de Memoria Histórica –que reconoce a los hijos y nietos de quienes perdieron la ciudadanía como consecuencia del exilio el derecho a solicitarla–, en 2009 optó por adquirir, junto a la argentina, la nacionalidad española. En octubre de 2021 obtuvo el XXIV Premio Internacional de Poesía Ciro Mendía (Colombia) por su libro Un cielo para los gatos. La siguiente selección corresponde a su último poemario publicado, Principios y continuaciones, (Valencia, Pre-Textos, 2021), con prólogo de Joan Margarit. 

COMENTARIO: ¿Escucháis la belleza del poema? No es solo por la voz de Marisa Martínez Pérsico, ni el tono y la melodía de su acento argentino, eso contribuye, sin duda, pero la belleza viene del propio poema, de lo que nos cuenta, de lo que nos desvela al final. Por eso volvemos a leerlo una y otra vez, bajo los ecos de una guerra que nadie esperaba tan cerca de nosotros y nosotras. No podemos sustraernos a sus versos, sobre todo a la parte central y final del mismo. Las dos últimas estrofas se fijan en nuestra mente y, por decirlo así, resuelve las cuestiones que plantea el inicio del poema.

¿Cuál es ese poder al que se refiere la poeta argentina? Un poder más fuerte que el presunto poder político, social, económico o de cualquier otro tipo. ¡Cuánta belleza hay en los versos del poema! ¿Cómo renunciar a saborear de nuevo esa estrofa que describe escenas tan potentes como las siguientes?

He visto
constructores de palacios
espantarse de un trébol sigiloso.
Cacerías frustradas por un alce dormido.
Capitanes temblando en las bahías
donde se dobla el viento.

Creemos que, en el fondo, todos tenemos ese poder, porque en todos nosotros habita la herida. Nadie está libre de esa parcela del dolor que nos ha tocado vivir por el mero hecho de estar vivos. Y ni el más poderoso, ni el político más despiadado (sea un tirano o se vista con la supuesta legitimidad de los votos), ni el rico o el banquero más ruin, ni la persona más decidida y valiente, puede escapar de la fragilidad que es su propia vida, cuando ve ante sí la insignificancia, la nada que somos cuando contemplamos, como un espejo, nuestra vulnerabilidad, nuestra precariedad como seres humanos.

Tal vez, el poema de esta semana debería servirnos para aprender a ser menos prepotente, por un lado, y más solidarios con los demás, por otro. Si para ello tienen que venir de la otra parte del mundo y decirlo con un tono distinto al nuestro, bienvenida sea el regalo que nos ofrece Marisa Martínez Pérsico. Abrazémoslo con la misma delicadeza con el que está construido y nos dará fuerzas, sin duda, cuando nos creamos justos sin serlos, solidarios, pero mirando para otro lado... Aquí no caben medias tintas, me temo.

El poder desconoce el corazón de lo frágil,
la ilusión laboriosa
que anida en lo que siempre
se está a punto de romper.

Agradecemos el esfuerzo y la generosidad de Marisa Martínez Pérsico que, desde tan lejos, ha querido compartir con nosotros un poema tan duro y esperanzador a la vez. Esta semana que se celebra el 8 de marzo, de alguna manera, también puede servir como una reivindicación del papel de la mujer en la sociedades actuales.


ACTIVIDADES:

Marisa Martínez señala algunos ejemplos en los que personas que, aparentemente, tienen el corazón duro, se sienten desbordados por circunstancias concretas. ¿Puedes poner algún otro ejemplo como los de ella?

¿Crees que la fragilidad, en el sentido del poema, es una debilidad o una oportunidad para ser más justos, más generosos o más solidarios?

La autora es argentina, como Alejandra Pizarnik, y de esta poeta, podemos recordar unos versos inolvidables, que en cierto sentido se pueden relacionar con el poema de hoy. Dice así: 

Una mirada desde la alcantarilla

puede ser una visión del mundo,

la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos.

¿Qué crees que pueden significar estos versos de Pizarnik? ¿Puedes relacionarlo con el poema de su compatriota?

El 8M habrá muchas manifestaciones en toda España, podéis ver un mapa actualizado, aquí.

Os proponemos, si asistís, llevar carteles o pancartas con versos de poetas aparecidas en este blog.





Para encontrar los poemas, pincha aquí.

En esta ocasión, vamos a plantear pocas actividades más, tan solo leer poemas de poetas aparecidas en el blog bajo el Proyecto Aniversario.


En los datos de la poeta se señala que el prólogo de su último libro es del poeta catalán Margarit. En este mismo blog encontrarás los siguientes poemas de él: La libertad, Cosas en común, que, de alguna manera, guardan cierta relación con el poema de esta semana. ¿Piensas lo mismo?

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