AHOGAR LAS LÁGRIMAS


El mar se traga mis lágrimas

y los cuerpos de miles y miles

que no aprendieron a nadar.


Tuve suerte, aprendí a flotar

siguiendo la corriente, 

dejaba de resistir y flotaba.

Mi piel respiraba, el agua 

me acariciaba.


Pero mi piel es blanca,

las autoridades me ofertaban

cursos gratuitos de verano, 

me llevaron a la escuela,

me regalaron manguitos, 

y después chalecos 

salvavidas. 


Me daban de comer.


DATOS DE LA POETA: Antonia López Valera (Bullas, 1972). Realiza los estudios de Filología Hispánica en la Universidad de Granada, dedicándose a la labor docente en diferentes centros de Andalucía. Actualmente es profesora de Lengua y Literatura en Santa Cruz de Tenerife. Doctora en Estudios de las Mujeres y de Género por la Universidad de Granada con la tesis: Una lectura feminista y lesbiana de la obra poética de Cristina Peri Rossi. Exilio. Cuerpo y deseo

Como poeta ha publicado una plaquette en 2009, con el título de Sueño un  camino de libertad, y en 2014 vio la luz su primer poemario, Remolinos en septiembre. El poema de esta semana pertenece a su poemario Nunca te salvaría del mar.

COMENTARIO: "Les prometen una vía rápida, segura y legal. Les prometen que al llegar a Europa tendrán papeles y trabajo'', afirma desconsoladamente Ahmed Sardar, portavoz de la comunidad pakistaní en España. Pero lo que llegan son cuerpos sin vidas. 50 para ser exactos, después de dos semanas de travesía o infierno en un cayuco que nos se rompe, que es capaz de llevar a 84 personas, pero que destroza familias enteras, porque detrás de cada intento está la inversión de una comunidad que pone su esperanza en una Odisea imposible. Llegan a la muerte, náufragos, de Pakistán. Pero también de Afganistán, Siria, Bangladesh. La ruta atlántica de la muerte recorre África, pero sus víctimas vienen desde mucho más lejos, de regiones y países en conflicto que gritan, en las orillas de las playa de El Hierro, un SOS a Europa que hace oídos sordos a una barbaridad humanitaria. 

El poema de Antonia López aborda de manera sutil y desgarradora una de las mayores tragedias humanitarias de nuestro tiempo: la crisis de las personas migrantes y refugiadas. Ya sabía Ortega y Gasset que las circunstancias determinan en mayor o menor medida quiénes somos. No es lo mismo nacer en Canarias que nacer en Baluchistán. Las desigualdades definen las posibilidades de vida y de supervivencia: según el lugar donde nacemos, un lugar que nadie escoge por sí mismo, las oportunidades a las que tenemos acceso varían como el día de la noche.

Sin señalar culpables directamente, el poema ilumina una realidad cruel: mientras nosotros tenemos recursos y posibilidades de prosperar, recibimos manguitos y chalecos salvavidas, otros, una inmensa mayoría de personas, carecen de las mínimas condiciones para vivir con dignidad, para sobrevivir. Enfrentarse en su caso al mismísimo océano, después de un periplo que recorre medio mundo, parece la única alternativa, a pesar de que ese sea el mayor peligro. Así lo cuenta nuestra poeta: las autoridades ofertan cursos, escuelas y recursos a unos, mientras que otros, con mayor necesidad, son ignorados. Es esta desigualdad estructural la que el poema denuncia de forma explícita.

La intención del poema no es provocar una búsqueda de culpables, sino despertar nuestras conciencias sobre una catástrofe que, a pesar de ser cotidiana, no debe normalizarse ni silenciarse. Nos recuerda que la desigualdad, la injusticia, no es solo una cuestión económica o social, sino una cuestión de vida o muerte. Si bien el poema no señala soluciones concretas, sí nos enfrenta a una responsabilidad colectiva: la de no mirar hacia otro lado. En un mundo globalizado, lo que pasa en Bangladesh está íntimamente relacionado con nuestra vida diaria, por ejemplo, con nuestra ropa, como demuestran Human Rights Watch o Oxfam Inermón. Tenemos el deber ético de denunciar estas tragedias y buscar formas de acabar con esta locura. La poesía, tal vez no pueda hacer mucho, pero, al menos, es una herramienta para dar voz a quienes no la tienen, a los nadies, a los dueños de nada. La poesía sirve para ahogar las lágrimas en el otro, como un agua sagrada, que une y conecta, no que separa y produce dolor. El poema de Antonia López nos sirve para que estas historias no queden ahogadas en el olvido, al menos durante la lectura del mismo y el tiempo que sus palabras sacuden nuestra vida particular. (Si en alguna ocasión nos encontramos en una playa idílica, en el Mediterráneo o en las Islas Canarias, y asomados a la belleza del mar somos capaces de recordar este poema, tal vez, se active en nuestro interior un deseo auténtico de justicia, un deseo que no deberíamos ignorar ni silenciar tampoco ahora mismo).

Agradecemos, por tanto, el envío de Antonia López, ya forma parte de La voz de la Poesía. Esta semana que Trump asume el poder y amenaza con endurecer las fronteras, necesitamos, más que nunca, poetas como Antonia López. 

Completamos la entrada con la colaboración con NOSOTRAS: MUJERES Y POETAS de Olga RT.



ACTIVIDADES:

  • Imagina un título distinto del poema. Justifica tu elección.
  • ¿Por qué crees que la autora utiliza un tono sereno para abordar una tragedia tan dolorosa? ¿Qué efecto provoca el contraste entre las imágenes de cuidado y las de abandono?
  • Explica con tus palabras los siguientes versos: Tuve suerte, aprendí a flotar/ siguiendo la corriente,/ dejaba de resistir y flotaba.
  • Nuestra poeta es especialista en Cristina Peri Rossi. En nuestro blog puedes leer de ella Antropología, El viajero sobre el mar de nubes y Después. ¿Encuentras alguna relación entre los poemas de la poeta uruguaya Ahogar las lágrimas?
  • Busca información exacta de la tragedia de la que parte el comentario. Dibuja una ruta posible desde Pakistán hasta la isla de El Hierro. ¿Cuántos países y kilómetros recorre una persona que quiera llegar a las Islas Canarias desde la región de Baluchistán?
  • Busca información sobre la globalización económica. ¿Qué papel tiene la globalización en las tragedias que describe el poema? ¿Qué relación puede tener lo que ocurre en la industria textil en Bangladesh y nuestra forma de consumir ropa? Busca informes de organizaciones como Oxfam o Human Rights Watch.
  • ¿Hasta qué punto los europeos somos culpables de lo que ocurre en las Islas Canarias en este tema? ¿Podemos hacer algo más desde las instituciones europeas y españolas? ¿Qué puedes hacer tú como ciudadano individual?
  • El comentario dice: "La desigualdad no es solo una cuestión económica o social, sino una cuestión de vida o muerte." ¿Qué significa esta afirmación en el contexto del poema?
  • ¿Qué relación puedes establecer entre el poema del Proyecto Nosotras: Mujeres y Poetas, con el poema de esta semana?
  • La poesía debería servir para algo. Haz la siguiente actividad.





  • También os proponemos esta actividad de creación propia: ANUNCIANDO SENSACIONES, pincha aquí. Si lo piensas, puede servir para tratar los temas del poema de esta semana.


  • La actividad anterior puede relacionarse con  la Contrapublicidad, esta presentación puede ayudarte para saber más sobre este recurso educativo.


Intenta, por tu parte, hacer un anuncio de este tipo para tratar el problema humanitario de la inmigración.

  • Imagina que eres una persona que emprende un viaje desesperado en busca de una vida mejor. Describe tus pensamientos, miedos y esperanzas.
  • También os invitamos, ahora que se acerca el Día Escolar de la Paz y la No violencia, participar en nuestra V Convocatoria de mail art en la Escuela. La primera convocatoria fue sobre los refugiados, precisamente. Puedes verla aquí.

Deja un comentario más abajo, si quieres.


Comentarios