ALDEA

Este piso podría ser un lugar en que morir, es un lugar alegre (fácil de inundar), un lugar donde alguien se preocupa si te has pasado en casa todo el día.

Aquí el lenguaje, algo infantil, nos exonera: convierte la cita fallida en material entrañable.

El inventario podría pertenecernos antes de la mudanza: aquellos cuadros, por ejemplo, que no compré en Porta Portese. Libros de otra juventud conviven con la nuestra (por ahora).

Pero también la costumbre, agotada y pulida: reflejarnos sobre el televisor. La nevera quejándose detrás del sofá.                          

¿Qué bajas

cuando bajas

las persianas?




DATOS DEL POETAAlberto Guirao (Madrid, 1989) es autor de los poemarios Ulises X (Hiperión, 2020), Los días mejor pensados (2016) y Ascensores (2010). Ha obtenido, entre otros, el Premio "València Nova" de la Institució Alfons el Magnànim (2020) y el XII Premio Nacional Félix Grande (2016)​. Durante el curso 2013-2014 formó parte de la XII promoción de residentes de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores (Córdoba). También disfrutó de una beca en la Residencia de Estudiantes de Madrid (2017-2018). En la actualidad, trabaja como profesor de Lengua Castellana y Literatura.


COMENTARIO: Esta semana, al presentar su poema Alberto Guirao, ya tenemos casi el comentario hecho, ya que nos sitúa en el tema central del mismo: el hogar, como él mismo dice. Literalmente, afirma Guirao es un tema que "habla de algo tan aparentemente prosaico" como una descripción de su piso de alquiler. Y sobre esto queremos llamar la atención en primer lugar. Porque el poema está escrito en prosa poética. La prosa poética suele diferenciarse de la escritura dividida en versos por el formato, liberado de la rima y la métrica, con esos tortuosos ejercicios de Lengua que hay que conocer para distinguir los poemas según las estrofas, el número de sílabas, los acentos, las rimas, etc. Sin embargo, yo me atrevería a afirmar que la prosa poética, en este caso, juega un papel estructural, su elección no es caprichosa, sino más bien, está impuesta por la temática elegida. Para hablar de algo tan aburrido como el propio hogar, nada se adapta mejor que la monotonía aparente del discurso prosaico.

Sin embargo, este poema no es tan sencillo como parece, ya que al final nos atrapa con una pregunta que martillea nuestra cabeza de manera constante. En realidad, y por decirlo también con un libro de José Ángel Valente, esos versos despiertan el fulgor poético. Van a la raíz de la realidad que describe. ¿Qué se baja, cuando bajamos las persianas de nuestra casa, cuando cerramos las puertas? En muchos casos, ese cierre supone acomodarse a una situación de bienestar, una paz que nos separa del exterior amenazante, que intenta aniquilarnos y del que nos apartamos encerrándonos en la familia o en nosotros mismos, aunque haya carencias materiales ("la nevera quejándose detrás del sofá"), dentro del hogar nos sentimos seguros e incluso, prosaicamente felices o alegres. O al menos, es un lugar donde alguien se preocupa por ti, que no es poco. Incluso podemos imaginar esas palabras comprensivas que hacen agradable, apacible el desajuste de la cita. 

Pero, ¿qué pasa cuando se bajan las persianas y se cierran las puertas y ese hogar es una cárcel que no te deja ser libre, que cercena tus deseos, que coarta cualquier iniciativa para desarrollarte? ¿Y qué ocurre con esos hogares en los que quedarse dentro es la antesala del infierno, cuando el daño hacia lo que más deberíamos amar se hace cotidiano y no parece que haya solución alguna al dolor creado porque se han quemado todos los puentes y la incomunicación es norma? ¿Puede algo la poesía en tales casos? 

Creemos que el poema de esta semana hará reflexionar a los lectores sobre la necesidad de crear espacios de encuentros en los que poder vivir con cierta armonía. No es fácil crear un hogar, pero eso no se consigue en ningún caso si lo exterior contamina y pervierte cualquier intento de lograrlo. Damos las gracias desde aquí a Alberto Guirao por su generosidad con nuestro proyecto y por la paciencia que ha tenido con nosotros, hace mucho tiempo que nos envió su colaboración y no ha sido hasta esta semana cuando ha sido posible materializarla. 


ACTIVIDADES:

  • Explica el sentido del título del poema, bajo tu punto de vista.
  • El poema pertenece a Ulises X, y sabemos que Ulises tuvo que invertir muchos años en volver a su reino, vencer muchos contratiempos, etc. Además, el protagonista de la Odisea es un arquetipo de la existencia humana y Kavafis nos dejó su inmortal Ítaca para pensar sobre qué significa partir y volver al hogar. Lee Ítaca. ¿Podemos imaginar a Ulises en la Aldea de Guirao? Justifica tu respuesta.  
  • Intenta realizar un videopoema a partir de ALDEA. Si lo piensas, da mucho juego.

  • En este mismo blog podéis encontrar otros poemas bajo la etiqueta hogar. Por ejemplo: Letra pequeña, de Carmen Camacho; Afinidad, de Alberto Tesán; Días de duro invierno, de Juan Peña Jiménez; 27, de Concha Méndez, entre otros. ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras entre los distintos poemas que aparecen bajo esa misma etiqueta?
  • De José Ángel Valente puedes encontrar en este blog su poema sobre Guernica y Picasso.
  • Si quieres profundizar en el concepto de Identidad, te proponemos hacerlo a través del Ulises Desnudo, de Antonio Monterroso.


Intenta convertir la estructura del poema en algunas de estas modalidades: pareados, tercetos, cuartetos. Para ello, tendrás que dividirlo en estrofas o versos. Puedes cambiar, quitar o inventar las palabras del mismo, por ejemplo, para que rimen o se adapten a los tipos de estrofas que definen. Para los más osados, proponemos que conviertan el poema en un soneto. ¿Cambia esa estructura algo del contenido del mismo? 

  • Elige algún poema de este blog y haz el ejercicio contrario: convierte en prosa poética lo que está dividido en estrofas y versos rimados.
  • Te recomendamos ver Eva. La película, de algún modo se puede relacionar con este poema.


Hay una pregunta clave en la película que encaja incluso con los versos finales del poema: "¿Qué ves cuando cierras los ojos?" Le preguntan a los robots para desconectarlos. (Si ves la película podrás establecer una relación con el poema más fácilmente). 

  • Echar las persianas es como cerrar las puertas. Y cada vez que lo hacemos, nos acordarnos del poema de Karmelo Iribarren que tanto gusta a nuestro alumnado y que reproducimos aquí también: 

MOMENTOS QUE NO TIENEN PRECIO

Llegar al fin

hasta la puerta

de tu casa,

entrar,

echar todas las cerraduras,

y, como quien saborea

el sabor de la venganza,

decirlo:

             “ahí

               os quedáis,

               hijosdeputa”.

  • Imagina el protagonista de este poema de Iribarren, sus circunstancias para llegar a ese momento de hartazgo, e incluso de ira. Haz un microrrelato basándote en él.
  • Deja un comentario en esta entrada, si te apetece.

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