LAVADORA /LABADORA

LAVADORA

 

El día que moriste me compré una lavadora.

 

Al abrir la puerta

 

se me mojaron los pies,

 

el agua me pilló por sorpresa.

 

Ya sabes, ríos azules recorren mi pecho,

 

el mar se desborda por mi boca.

 

Fue aquella vez, mirando desde la escotilla al mar

 

entre el jabón y los trapos sucios,

 

cuando supe que te alcanzó la ola.

 

Metí mis manos al instante en el agua enjabonada,

 

buscándote en vano entre mi ropa.

 

Lloré con mi boca

 

con mis orejas con mi ombligo,

 

lloré con mis manos con toda mi piel.

 

Desde entonces, tengo ríos muertos recorriendo mis venas

 

y una nueva lavadora.

 

 

 

 

LABADORA

 

Zu hil zinen egunean labadora bat erosi nuen.

 

Atexka zabaltzean

 

oinak busti zitzaizkidan,

 

ezustean harrapatu ninduen urak.

 

Erreka urdinak ditut bularrean, badakizu,

 

itsasoak gainezka egiten dit ahotik.

 

Labadoraren eskotillatik itsasoari begira izan zen,

 

bat-batean xaboi eta trapu artean

 

olatuak eraman zintuela jakin nuen,

 

garbigailu barrura atzamarrak sartu

 

eta zure bila aritu nintzen alferrik.

 

Ahotik egin nuen negar

 

belarrietatik zilborretik

 

eskuetatik azaletik,

 

eta orain hildako ibaiak ditut zainetan,

 

eta labadora berri bat.

 


DATOS DE LA POETALeire Bilbao nació en 1978 en Ondarroa (Euskadi). A los catorce años empezó a participar en el mundo de la improvisación oral. Un día decide dejar de rimar y publica su primer libro de poesía, Ezkatak (Escamas) publicado por la editorial Susa en 2006. Desde entonces, sus poemas fueron traducidos al inglés, alemán, italiano, gallego, catalán y castellano. Tiene también más de 20 libros de literatura infantil, 3 de ellos de poesía para esas edades. No te puedes perder de ella sus Bichopoemas y otras bestias ni tampoco Bestiapoemas y otros bichos.

Colabora en revistas y medios de comunicación: periódicos, revistas, radio… Participa en recitales, conferencias y demás actividades culturales. Y ahora la tenemos con nosotros.


COMENTARIOTodas las lenguas son importantes y aunque en nuestro blog optamos hace tiempo por poemas en español, hay días señalados u ocasiones especiales que nos saltamos nuestros propios criterios. Algunas razones tienen que ver con el capricho, otras por cuestiones concretas y otras, como esta semana, porque la efeméride lo requería. No es la primera vez, de hecho, que le dedicamos nuestro espacio al euskera. Aunque no escondemos que la decisión de contar con la lengua vasca tiene que ver con la idea de remarcar que el fomento de la diversidad lingüística, requiere el fortalecimiento de las lenguas minoritarias de pleno derecho. En la Constitución se reconoce así y nuestro empeño es avanzar hacia la igualdad y la libertad y los derechos de la ciudadanía mediante la poesía y la literatura.

En este sentido, cualquier intento de nombrar el dolor, la distancia o lo que se pierde, debería ser una buena ocasión para escuchar otras voces. Y con el poema de Leire Bilbao tenemos la oportunidad de intentarlo. A veces tenemos que convivir con el dolor, seguir adelante porque la vida no se para y los quehaceres cotidianos imponen su inexorable ley de obligaciones, compromisos y supervivencia. Nos percatamos de ello cuando el duelo parece haber pasado, pero hay algo que sigue sin cuadrar en nuestras vidas desde el inicio. 

En el poema de esta semana los objetos que nos rodean -la Labadora en el caso de Bilbao- cobran una nueva materialidad, por decirlo así. La realidad ha cambiado para siempre cuando alguien muere, cuando un ser querido abandona esta vida y los objetos quedan transformados de una manera misteriosa, nuestra mirada los delata. Los objetos los podemos restituir, pero a las personas no.

Pero estos sentimientos desbocados en el poema (el mar se desborda por mi boca; eta orain hildako ibaiak ditut zainetan ), si se me permite la expresión, también pasa con otras pérdidas, no tan drásticas, pero igualmente definitivas. Algo se rompe para siempre y nada volverá a ser como antes. Los motivos pueden ser razonables, justificados incluso. Aunque también pueden ser bobadas, malentendidos sin mucha importancia pero que, finalmente, quiebran las relaciones. Nadie los desea, como nadie desea la muerte de un ser querido, pero ocurren y tenemos que seguir viviendo. El dolor puede ser inmenso, pero hay que seguir poniendo la colada, tender la ropa, recogerla y reconocer que la herida no desaparecerá. Hay una lavadora nueva en cada casa y pérdidas irreparables que no dejan de girar en nuestra cabeza, en nuestros corazones.

Le damos las gracias a Leire Bilbao por participar en nuestro Proyecto Aniversario, nos encanta poner poemas en euskera, en catalán, en gallego, porque España son sus lenguas oficiales, le pese a los que, en realidad, no defienden nuestra Constitución.


ACTIVIDADES:

  • Imagina otro título posible para el poema de Leire Bilbao.
  • Intenta convertir su poema en un microrrelato o en un cuento. O úsalo para el Proyecto Vídeo-poemas. Puede ser fácil de realizar un trabajo de este tipo con Lavadora / Labadora.

(Pincha en la imagen)


  • Escribiendo el Comentario, por una de las raras conexiones que ocurren en nuestro cerebro, me he acordado del irónico poema de Oliverio Girondo. ¿Qué te parece su poema Llorar a lágrima viva? ¿Es aconsejable en algunos casos utilizar este tipo de recursos para afrontar el dolor? 

(Pincha para ampliar).


Si quieres leer más sobre Girondo, es uno de los poetas que más ha aparecido por aquí, visita: Cansancio; ¡Todo era amor!; Siesta; y por supuesto su poema 12, que conocen todos los amantes de verdad...

  • Algunos de los poemas de Leire Bilbao están musicados. Además, en el 2008 les otorgan el Premio de la Música de España en euskera por la canción Irene de Jabier Muguruza, que os presentamos a continuación.


Busca información sobre Jabier Muguruza y elige alguna otra canción que te haya gustado de él. 

  • Te dejamos el siguiente vídeo sobre el euskera. ¿Qué te ha sorprendido más de lo que se afirma en el vídeo?



Deja un comentario en esta entrada si te apetece. Lo puedes dejar en euskera, por supuesto.

Comentarios

  1. Ese momento en que te das cuenta de que la ola (de la mar infinita) alcanza a una persona que tanto significa para ti..., lo es todo. Y ese momento queda bellísimamente reflejado en este poema, como también la melancolía (uno de los apellidos que suele llevar aparejado ese tipo de dolor) y hasta esos quehaceres que, a pesar de la aflicción, siguen distrayendo (salvando, quizá) nuestro día a día.
    Eskerrik asko, Leire.

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    1. Estoy de acuerdo contigo, Juan Diego, la melancolía se pega a las cosas que nos rodean y convivimos con ellas, pero de manera distinta...

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  2. Ay, las pérdidas! Cuánto dolor transita en esos momentos. Llorar y luego, qué pereza, toca sacar fuerzas, inventarlas, buscar una nueva lavadora que, en principio, nunca nos agrada como la vieja, aprender nuevos botones, nuevos usos,...y seguir adelante, que si no, la ropa, la vida, se nos acumula y luego es peor.

    Gracias, compañero.
    Saludos.

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    1. Cierto es, Isa ¡y qué pereza! Si te gusta Coixet, hay algunas escenas en sus películas que hablan de perdidas, distancias, dolor y cotidianidad al mismo tiempo en el que las lavadoras y las lavanderías de barrio aparecen al unísono... Leer este poema con el trasfondo de dichas escenas no es descabellado.
      Un saludo y gracias por seguir ahí.

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    2. " Ayer no termina nunca"
      Gracias por la recomendación. Me encantó. No me extraña que se te viniera a la cabeza este cine...' La lavadora no termina de centrifugar' bien podía haberse titulado.
      Saludos.

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  3. Buen poema, la pérdida siempre suele ser uno de los motivos que arranca la poesía que se lleva dentro.

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    1. Se canta lo que se pierde, que escribía A. Machado. Pero para intentar retener, aunque sea por un instante, lo que no habría que perder, supongo.

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