ESCRIBO ESTO MIENTRAS CRUZO UN OCÉANO DE VUELTA AL HOGAR EN UN AVIÓN DE AEROMÉXICO



No tengo a nadie a quien rezar, pero sí tengo a quien decir ‘te necesito’.

Pensaba esto en el camino de regreso: varias horas cruzando el océano,

varias horas comiendo galletas de fresa en París, varias horas mirándote

mientras duermes, dan para mucho. Dan para demasiados sentimientos

como hormigas subiendo y bajando por los párpados de mi jet lag.

Así me imagino la palabra amor, y la palabra sueño, y el verbo envejecer.

Así, así me entretengo repasando tus afiladas cejas mientras la noche

de Barcelona es diamante, y en su cielo no hay nada salvo dos lunas

a la que no sé rezar.




DATOS DE LA POETA: Luna Miguel (Alcalá de Henares el 6 de noviembre de 1990), vive en Barcelona desde 2011. Trabaja como editora en Penguin Random House. Como periodista, sus artículos y columnas han aparecido en medios como El País, eldiario, El Cultural, Público, S Moda, Mercurio, RTVE Quimera

Ha publicado los libros de poesía Estar enfermo (2010), Poetry is not dead (2010), Pensamientos estériles (2011), La tumba del marinero (2013), Los estómagos (2015), El arrecife de las sirenas (2017) y Poesía masculina (2021), todos ellos editados por La Bella Varsovia. Varias selecciones de estas obras se han traducido y publicado en una docena de países.

Como narradora, es autora de la novela El funeral de Lolita (Lumen, 2018), de la nouvelle Exhumación (Alpha Decay, 2010) escrita junto a Antonio J. Rodríguez, y algunos de sus cuentos han aparecido en antologías como Cuadernos de Medusa (Amor de Madre, 2018), Ya no recuerdo qué quería ser de mayor (Temas de Hoy, 2019) y (h)amor5_húmedo (Continta me tienes, 2020). 

Además ha publicado el monólogo teatral Ternura y derrota (CNTC, 2021) y los ensayos El coloquio de las perras (Capitán Swing, 2019), Caliente (Lumen, 2021) y Leer mata (La Caja Books, 2022).



COMENTARIO: El trastorno del jet lag por el desfase horario es un problema temporal del sueño al viajar de un lugar a otro, provocado al pasar por distintos husos horarios en pocas horas. No suele ser nada grave, sin embargo, provoca fatiga, malestar, dificultad para mantenerte alerta o los típicos malestares gastrointestinales. No obstante, lo interesante de este síndrome es que demuestra que cada uno de nosotros tenemos un reloj interno que depende de los ritmos circadianos. 

Centrémonos en esto por un momento, porque para entender un poema, recurrir a la biología puede servir de grana ayuda. En el cerebro, en lo más profundo de él, en el hipotálamo, se encuentra un reloj biológico (los expertos señalan que ese reloj central es un conjunto de 20.000 neuronas, con pequeños relojes moleculares, que se coordinan como uno solo a partir de la experiencia evolutiva de vivir en el mismo ecosistema desde hace millones de años) que sincroniza al organismo con la hora que es. No es lo mismo un hígado durante el día, que por la noche. Con el jet lag, los mecanismos internos del reloj se desajustan. Y desde ese desajuste, pensémoslo, escribe el poema Luna Miguel.

Lo que se describe se hace desde esa situación extraña que, en el caso de nuestra poeta, le sirve para decir con exactitud como imagina la palabra amor, y la palabra sueño y el verbo envejecer. En el poema hay un ritmo que atrapa, gracias, entre otros recursos, a diversas repeticiones o reiteraciones (varias horas; o, por ejemplo, el adverbio, así) que, lejos de cansar, nos sitúan en el lugar exacto en el que Luna Miguel nos quiere situar. Y, bajo nuestro punto de vista, ese lugar se encuentra en el inicio del poema: No tengo a quién rezar, pero sí tengo a quien decir "te necesito". Porque rezar es complicado, necesitas creer en un dios que escucha, que está atento a tus súplicas, a tu desazón y no resulta fácil admitir que no haya (¿Dios?) nadie allí, tan lejos, para escucharnos. Y, en cambio, junto a nosotros, tenemos a una persona a la que necesitamos, a la que nos aferrarnos cuando la vida produce fatiga, malestar, dificultad para mantenernos de pie y no desfallecer. Aunque duerma, aunque ella no lo sepa nunca (como ese famoso poema de Luis García Montero), nos mantiene vivos en el viaje de la vida, porque es tangible, se le puede tocar, abrazar, dormir a su lado como si todo estuviera bien. Tener a alguien así, durmiendo cerca de nosotros (llámalo amor, sueño o envejecer -i se alarga en el tiempo), siempre es un lujo, como sentir bajo los párpados esas hormigas a las que se refiere la poeta en sus versos.

Agradecemos desde aquí la participación de Luna Miguel que ha encontrado en su apretada agenda unos minutos para leernos su poema y dedicarnos unos minutos que ya forman parte esencial de nuestro proyecto: la voz de la poesía. Un honor y un lujo contar con ella.

BONUS TRACK (por Esther Mañoso): 



Los viajes, al igual que el paso del tiempo modifican nuestro pensamiento, nuestra manera de vivir, de sentir y también de amar. Cuando amamos a alguien mientras duerme, en ese diminuto espacio sagrado y frágil que solo nos pertenece a nosotros, podemos amar sin condiciones, sin prejuicios y sin expectativas, de forma absolutamente pura. Amar como cuando éramos niños, cuando sentíamos que el amor era indestructible e inmutable al paso del tiempo y a los azotes del viento en las alas de un avión.  


ACTIVIDADES

  • En el Comentario no se hace alusión al final del poema. Explica con tus palabras qué pueden ser esas dos lunas.

  • El pensamiento con el que se inicia el poema de Luna Miguel nos ha recordado a este microrrelato de Eduardo Galeano:


¿En qué sentido se puede relacionar el inicio del poema con el microrrelato anterior?

  • Visita la página oficial de la autora. Elige alguna entrada que te haya llamado la atención  comparte su hallazgo con el resto del grupo explicando tu elección.

  • Busca en redes sociales a Luna Miguel, por ejemplo, en Instagram o en Twitter. Destaca algunos de sus post y explica tu elección.

  • Te dejamos con algunos de sus vídeos en su cuenta oficial de YouTube que te pueden interesar:






¿Qué destacarías de ella como persona y como poeta?


  • En el Comentario se habla del siguiente poema de Luis García Montero:



En nuestro blog podrás encontrar un poema de Luis García Montero en una experiencia musical única y que se contó en esta entrada, que por cierto, es la que aglutina más visitas desde que comenzó el blog: Life vest under your seat o pincha aquí


  • Desde nuestro centro os recordamos que sigue abierto el plazo para presentarse al Concurso de Microrrelatos, De la Imagen al Texto, con sugerentes premios y el compromiso de publicación didáctica para los finalistas. Os animamos a participar en la Modalidad de Adultos y de Alumnado.




Comentarios

  1. Me ha gustado mucho el poema por su sencillez y sinceridad
    Yo veo a la poeta en primer plano, en el centro de toda acción , primera personal del presente.
    Creo que hoy es la ideología, cultura, sentimiento, dominante.
    Hay una mirada interior sobre la materia , todo está aquí . Y sin embargo hay una duda final ,una incomprensión del cielo y la tierra en esas dos Lunas

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  2. Podemos preferir un tipo de poesía u otra: hay muchas formas. Actualmente, la poesía más mediática, la de las redes, se contagia o se alimenta de la inmediatez, la sinceridad o la confesión sin filtro alguno... Y se usa la poesía para expresar cualquier experiencias. No está mal, pq emplean el medio para tratar temas que llevan siendo tabú en muchos casos: como la brecha de género, la violencia sexual, el placer femenino y tantos temas (la propia Luna Miguel ha sido viral alguna vez por tocar estos temas, no lo he puesto para no confundir al alumnado, pero a poco que rastreen, llegarán a esos poemas). Lo verdaderamente importante es que dan salida a estas experiencias íntimas e insustanciales, a veces, y muchos jóvenes las leen. Yo me conformo con eso, conseguir lectores no es fácil.

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  3. Para más información:
    https://librosnocturnidadyalevosia.com/caliente-de-luna-miguel/

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